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Cinco alfas platicaban en las duchas del club deportivo luego de tener un partido amistoso de basketball con otro equipo.

El grupo de amigos se reunía los lunes antes de comenzar sus actividades del día.

Todos exitosos con puestos importantes en empresas de renombre, en los medios de comunicación o en la política.

Todos menos JungKook...

Era un alfa atractivo, nadie podía negarlo. Tenía la mirada dulce como un cachorro, pero sus intenciones eran todo lo contrario cuando se trataba de omegas bonitos.

Y en sus bolsillos llevaba una tarjeta que le gustaba mostrar para impresionar y hacer alusión a su cuantiosa fortuna en el banco. Aunque no lo había conseguido por mérito propio.

Su abuelo había fallecido hacía unos años y le había dejado una herencia que ni en mil años de trabajo como simple mortal conseguiría, además de sus acciones en algunas empresas en las cuales era inversor.

Así que su trabajo consistía en asistir a juntas de accionistas tres o cuatro veces al mes. Que gran vida tenía.

-Escucharon?- Preguntó uno de ellos mientras se envolvía en su toalla.

-Qué?

-Los hermanos Park regresaron.

-¿De verdad? ¿El menor también? Él no había venido desde que se fueron hace 9 años...

-Si, ambos volvieron. Al parecer piensan quedarse. Hablé con NamJoon ayer, están quedándose en un departamento en el centro.

-Y por qué no se quedan con sus papás?

-Según Joon, es por su trabajo y JiMin quiso quedarse con él.-

JungKook escuchaba todo mientras se enjuagaba el shampoo.

Ya no se acordaba de él. Había pasado tanto tiempo, que ya no recordaba siquiera sus facciones o su voz.

Un JiMin de 10 años corría entre los árboles, huyendo de su cazador. Su corazón latía rápido, su respiración era errada, sus piernas le fallarían pronto pero debía llegar a dónde estaba su appa si no quería morir a manos del tirano.

Justo antes de entrar al territorio seguro, se detuvo. En silencio, miró para todos lados, sus orejitas trataban de escuchar algún ruido, una respiración... algo que le indicará que su atacante estaba cerca.

Unos ojitos lo miraban desde los árboles. Camuflado entre los troncos y hierba.

-Waaaaaahhh!

-Ahhh... -

Una pesada pantera saltó sobre él, tirándolo al pasto.

-Kookie, me espantaste! Creí que ya no querías jugar y te habías ido.

-Estaba escondido, no me viste?- Preguntó la panterita de 12 años.

-Creo que debo mejorar...

-Lo harás con el tiempo Mimi.

-Niños, vengan a comer. Ya está lista la comida!- gritó la señora Park en la ventana de la cocina.

-¿Qué hacen los niños?- Preguntó el señor Park, adentrándose a la cocina, abrazando por la espalda a su esposa.

-Estaba jugando en el jardín.

-Crees que deba hablar con JungKook?

-Dejalos tranquilos. Son unos cachorritos, no les quites su inocencia!- gruñó la Omega.

🧭Still with you! 𖥸 KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora