Jeon JungKook lo tenía todo: rico, atractivo, soltero, joven.
Su vida era perfecta.
Ahora; luego de una noticia inesperada, descubrirá qué es lo que no tiene.
🌻 Omegaverse
🧭 Romance
🌻 Fluff
🧭 Un poco de comedia
🌻 Jeonlous
🧭 Omega dominante-su...
-HoSeok me invitó a jugar con ustedes… espero que no haya problema.- dijo mientras botaba un poco el balón en la cancha
-No, nada de eso hyung.
-Pues… que esperamos entonces?-
Saludaron al equipo contrario y jugaron como todos los lunes.
Afuera hacía frío y comenzaba a nevar de nuevo. Había estado nevando toda la noche.
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-Como te fue con JiMin?
-Eh? Ah… bien.
-Supe que te llevó al restaurante de cocina molecular… tiene gustos un poco diferentes.- comentó con una sonrisa.
-No estuvo tan mal.
-Cuando estábamos en Canadá, le gustaba ir a comer a restaurantes de cocina fría y esas cosas. Yo nunca me acostumbré a eso pero es mi bebé y haré lo que sea por verlo felíz.
-Hyung…
-Si?
-Como está?
-Yo estoy bien, gracias por preguntar.
-Me… Eh, me refiero a JiMin.
-Está bien. Ha tenido algo de trabajo así que no va al departamento a comer. La verdad me preocupa que se mal pase…
-Y en dónde trabaja?- Preguntó, esperando que NamJoon no se diera cuenta de que trataba de investigar cosas de JiMin.
-Está en el museo nacional de arte.
-Ahhh. Mimi debe ser muy artístico y listo!
-Siempre lo ha sido.- respondió de mal modo, recordando lo que ese alfa de quinta le había hecho a su bebé.
-Te llevo?
-No, traje mi auto. Nos vemos luego!-
JungKook dió una reverencia antes de entrar a su auto. La temperatura había descendido mucho durante las dos horas que estuvieron en el centro deportivo.
Cómo siempre, llamó a su papá para preguntar cómo estaban.
No lo admitiría pero le gustaba ser el niño de papi aún.
Su papá lo consentía y mimaba siempre que volvía a casa. Se permitía ser un cachorrito sin responsabilidades ni preocupaciones por un par de horas.
-Horneaste croissants?- Preguntó sorprendido.
Amaba cuando su appa horneaba cosas.
Además de dejar la casa aromatizada a mantequilla y vainilla, su papi también se impregnaba del delicioso aroma de la pasta y podía olisquearlo mientras lo abrazaba.