Capítulo 26

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Dormir fue imposible para Gulf: la mentira de Mew, las acciones de Qiu y las palabras de Samantha se paseaban por su mente sin darle un segundo de tregua.

Sentía el corazón afligido por su madre, no se hacía ilusiones, Qiu y Hao Mei le habían hecho daño y a medida que transcurrían los días disminuía la esperanza de encontrarla con vida.

Un rato más tarde se levanto, se baño y se cambio, iba a la cocina a comer algo cuando se dio cuenta de que la puerta estaba cerrada con llave.

La furia hizo erupción en el omega una vez más, ¿hasta cuándo iba tener que tolerar el encierro? Espero pacientemente a que le subieran el desayuno. En cuanto se abrió la puerta, diviso a Kao en la entrada como cancerbero y Cornelia entró sonriente con una bandeja. Para nadie era un secreto que la mujer lo detestaba, pero verle la expresión le confirmó lo que ya sabía.

—No lo disfrutes tanto.

La mujer levantó una ceja y depositó la bandeja en una mesa auxiliar.

—No sé de qué habla, joven Gulf.

—No te caigo bien, las razones las sabemos todos, pero no te voy a permitir a que te burles de mi encierro en mis propias narices.

Destapo los platos, había huevos, beicon y panqueques, el estómago le gruñó, no comía desde la tarde del día anterior.

—Puedes irte —dijo en tono altanero. 

La mujer lo observó unos momentos como si estuviera dilucidando si hablar con él o no.

—Quería mucho a la madre de Mew

—Lo sé.

—No merecía morir como lo hizo.

Gulf estaba harto de que todo el mundo lo relacionara con la muerte de los padres de Mew, como si hubiera sido él el perpetrador del crimen. Esto acababa hoy.

—Estoy cansado de estarme justificando, no lo haré más, si quieres creer que yo blandí el arma que la mató, adelante, vete de mi habitación y déjame en paz.

La mujer abrió la puerta y se dispuso a salir cuando tomo el pomo y le dijo a Kao.

—Dile a tu jefe que quiero hablar con él.

El hombre asintió y quedo de nuevo encerrado. Mew no apareció ni ese día, ni el siguiente.

Al tercer día, alguien golpeó la puerta y le dijo que siguiera. Una de las mucamas entró con un enorme ramo de rosas negras. Qué diablos... La mujer, al ver su rostro, salió enseguida de la habitación dejando solo a Gulf.

Busco enseguida el significado de regalar ese tipo de flores, la primera definición que apareció en el buscador fue: "Luto, pesar o dolor por algo que terminó o murió...".

La ira le impidió continuar, ¿Cómo se atrevía Mew a enviarle un regalo así? ¿Qué quería decir Mew con ese gesto? ¿Luto por la relación? ¿Se burlaba del fin de lo que tuvieron? ¿Qué diablos le pasaba? Solo una mente retorcida y enferma era capaz de hacer algo así.

Tomo el arreglo de flores y lo tiro por la ventana. Paso el día como fiera enjaulada, ¿hasta cuando pretendía tenerlo encerrado? Había pasado mucha agua bajo el puente como para someterse al mismo encierro del comienzo de todo. Necesitaba saber qué estaba pasando con el hermano de Yang y si Mew habría logrado sonsacarle el paradero de su madre, si es que aún estaba viva.

Poco después del mediodía, estaba recostado en su cama cuando escucho el sonido de un vehículo que se detenía bruscamente. Se asomo de nuevo por la ventana: vio a un hombre abrir la puerta trasera y a la maldita zorra de Samantha bajarse del auto.

Amor Honor y VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora