Capítulo 23

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Un par de días después Gulf le pidió al alfa ver a los niños, le dijo a Kao que podía llevarlo mientras Mew resolvía un par de negocios en el conglomerado.

Stu, uno de los organizadores de la gala anual que ofrecía MSS, entró a la oficina del alfa con una pila de documentos.

—Necesito su firma, señor, todo ya está en orden para el fin de semana.

Firmo todo lo que necesitaba y luego se enfrasco en el proyecto de las granjas eólicas; tenía toda una estrategia por estructurar y últimamente no había tenido tiempo para ello.

Su celular vibró en el bolsillo, lo saco y tenía una foto de Gulf con los niños y el cachorro sin nombre. Estaba a punto de contestar su mensaje, cuando un texto de Sammy interrumpió su escritura.

Necesito hablar contigo, ¿nos vemos después de la gala? Ya sé por quién quieres mandar lo nuestro a la mierda. ¿Kanawut? Siempre te creí de mejores gustos... ¿Sabes que Dan fue quien tomó su virginidad? Pensé que en tu familia los omegas debían ser castos y puros, pero ya veo que a ti te gustan los cualquiera.

Mew trago la hiel en su garganta, y elimino el mensaje sin dar una respuesta, el viejo y amargo sabor de los celos se alojó en su boca y tuvo que recordarse que él también tenía un pasado, y que Gulf y Dan hacía tiempo que no estaban juntos.

Sin embargo, no pudo continuar con el proyecto, en vez de ello recogió todo de la oficina y se encaminó a casa, para trabajar desde el estudio. Pero no pudo hacerlo, tan pronto abrió la puerta de la mansión, escucho el violín de Gulf interpretando una melodía, algo que no había escuchado antes.

Entrego la chaqueta y el maletín a una de las empleadas y se encamino hacia la habitación.

Gulf estaba tocando y moviéndose de un lado a otro, su cuerpo apenas cubierto por ropa interior era una visión majestuosa para el alfa.

Se recostó en el marco de la puerta sin querer interrumpir al omega, pero bebiendo toda la puesta en escena. Gulf terminó con una melodía alta y luego abrió los ojos y miró al alfa. Aún había un poco de tristeza en sus facciones, pero verlo así después de días de llanto hizo que el alma de Mew elevara una plegaria de agradecimiento a la deidad que la había hecho tomar el violín por su cuenta.

Observándolo ahí, las palabras de Sammy carecían de sentido, Gulf era suyo.

—Eres lo mejor de mi día, ángel, sigue tocando así para mí.

Se miraron durante largo tiempo, en abierto desafío. Gulf levanto una ceja y sonrió, se iba a sentar a la cama pero el alfa no lo dejo.

—Quiero el espectáculo completo, Gulf, ese en el que danzas y al tiempo tocas, como lo hiciste en el balcón de mi departamento —pidió Mew con tono de voz ronco.

El omega notaba el animo de Mew sombrío, a lo mejor algo había salido mal o había recibido una mala noticia.

—Eres un pervertido.

Mew elevó la comisura de los labios.

—Yo diría que, más bien, sé virar las circunstancias a mi favor.

—Alfa listo.

—Eres mi tentación y esto es mi fantasía desde el primer día que te vi tocando, la luz daba un brillo sobrenatural a tu piel y me juré que, así como te odiaba, así tocaría tu piel hasta aprendérmela de memoria.

—Lo has hecho, alfa listo —repitió Gulf con una sonrisa bobalicona.

Gulf no dijo más y empezó a tocar, Mew se sentó en un sillón un poco lejos del omega, pero su mirada lo quemaba. A Gulf le era difícil concentrarse en la música pero lo hizo y empezó a bailar por toda la habitación al ritmo de la melodía, sintiendo como los ojos de Mew tocaban su piel.

Amor Honor y VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora