Capítulo 14

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 La mañana siguiente Mew estaba desayunando con los chicos cuando Gulf apareció en la cocina. El alfa pensó que no lo vería, al menos no hoy, pero Gulf sentó al lado de Jom dejando un beso en su mejilla

Mew se obligo a comer sin siquiera darle una mirada, sin importarle la tensión que se había instalado en la mesa. Can y jom parecían ajenos a ellos. Una vez que el alfa termino se levanto, no sin antes anunciar la decisión que había tomado al despertar.

—La próxima semana nos trasladaremos a la mansión.

Los chicos se emocionaron, pero el omega no dijo nada. Mew abandono la mesa sin decir una palabra más.

Una semana después estaba en el estudio que había pertenecido a su padre cuando Leo entró en la oficina y se sentó frente al alfa.

Se habían trasladado días antes a la mansión, y ver la cara de tristeza de sus hermanos en cuanto entraron a la casa le encogió el corazón. Mew estaba también inquieto y triste, le parecía que iba a escuchar la ruda voz de su padre dando órdenes o la melodiosa de su madre omega reprendiéndole por algo; estaba aún lejos de superarlo, pero tenía la esperanza de que para los chicos el estar en su entorno fuera beneficioso.

—Luke y Joss se están reuniendo esta noche —dijo Leo tomando la copa que estaba a un lado de su computador y bebiendo un trago de ella.

Mew no dijo nada, estaba demasiado ocupado para discutir por una copa. Luke era el nuevo superintendente de la policía de bangkok y Joss el presidente de los Bastardos, esa noche llegaría uno de sus principales cargamentos de contrabando.

—Bien, mantenme informado. —Volvió a los documentos que estaba revisando.

—¿Dónde está el omega?

Mew no le había dicho a Leo que Gulf y él habían intimado, pero tampoco habían compartido mucho esos últimos días.

El día después de el encuentro del alfa con Gulf solo vio a este en el desayuno, Mew se salto las cenas y por los soldados se entero de que Gulf tampoco intentó acercarse a los niños, en cambio, pasaba todo el día practicando su violín. Ni siquiera intento hablar con él omega, porque las notas musicales que salían de su habitación le decían que se sentía exactamente como él. Gulf experimentaba culpa, quizá la misma que le carcomía al alfa desde la noche en que se separo de su cuerpo desnudo sin decir una palabra.

—Debe estar en su habitación —contestó Mew sin más.

—Pensé que tendría las mismas libertades del penthouse.

—Las tiene, simplemente no le apetece salir de su nueva habitación.

—¿Cómo le está yendo a los niños en sus clases?

—Bien, creo. Jom no estaba muy feliz de llevar a Great con ella y Kao está a cargo de Can.

Los hermanos del alfa habían vuelto a la escuela el día anterior. Dos soldados estarían fuera de sus salones de clases y los cuidarían como si fuesen sus jodidas sombras. Dos más estarían en el exterior de la escuela monitoreando toda el área. 

—¿Sabes que encontraron una rana azul en el estanque del patio?

—Sí, la vi esta mañana.

—No sacaron ninguna rana azul de tus estanques, Mew, finges revisar esos documentos, pero estás distraído, no has pasado de esa página en el tiempo que llevamos hablando.

El alfa levanto la cabeza y lo miro confundido.

—Lo sabía, pero a preguntas estúpidas respuestas más estúpidas y no he avanzado en la lectura porque tú estás aquí haciéndome perder el tiempo.

Amor Honor y VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora