CHAPTER FOUR

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"¿Podrias dejar de pasearte en mi mente y
pasearte mejor por aquí?"

Draco

Sonrio para mi mismo con malicia al ver que no tiene escapatoria y tendra que tomar el mismo ascensor que yo. Tiene la misma cara de amargada de siempre. Entra diciendo buenos días sin mirar a ninguno de los presentes. Se va a un rincón y tiene la mirada fija en un lugar vacio.

Nott no disimula al mirarle el trasero, me dan ganas de decirle que se mire el pito, pero mantengo la compostura.

Cada uno llega a su piso y antes de que Nott se fuera me habia guiñado el ojo. Ninguno pasa palabras, me quedo solo con ella, vamos hasta el piso 30 y no creo que soporte la incomodidad que me crece en la entrepierna con tan solo verla de pies a cabeza.

Su trasero bien ajustado en ese pantalón en gris, que si es formal hace que quiera hacer cosas informales con ella, me provoca y me dan ganas de hacer algo que no debo, pero debo obstenerme.

Mirada al frente, fria y lejana. Evitando cualquier contacto conmigo.

No me gustan los silencios incomodos.—¿Tomas cafe?—pregúnto para alivianar la tensión.

—No.—responde sin voltear.

—Maldita maleducada.—murmuro.

La mujer de negro fue la más hermosa de aquella noche, pero esta chica provoca con su sola presencia.

Al parecer escucho y se giro colocando uno de sus mechones de cabello por detras de su oreja.

—¿Disculpe?

—¿Te levantaste con el pie izquierdo?

—No lo se, pero no le interesa.

—Me debe de interesar, vamos a trabajar juntos como amiguitos, tu oficina esta a lado de la mia, compartiremos estudio y nos vamos a portar bien.

Detengo el ascensor.

—Voy a llegar tarde.—me reclama.

—Yo soy el jefe y no te recriminare por eso.

Se peina el cabello color caramelo que le cae lacio más abajo de la cintura. Ese cabello es mucho más hermoso que la peluca negra que tenia puesta la noche en la que...

Bueno el chiste es que va más con esa presentación de niña caprichosa.

—Necesito salir de aquí.—exclama.

Trata de llegar al boton pero me coloco delante de el para que no pueda abrir la puerta.

Me divierte la cara de fustración que expresa, pero me jode que aún se vea tan bella, sus ojos verdes brillan y su piel como porcelana resalta sus facciones.

Debo reconocer que es bellisima.

—Primero debemos hablar.

Ella se niega.

—No tengo nada que hablar con usted.

—No tendras tú, pero yo si tengo muchas cosas que decirte.

De echo no se que carajos decirle, pero siento que mientras más claras sean las cosas entre los dos, nos ira mucho mejor. Anoche no pude dormir bien solo de pensar en cosas que no llamare por su descripción.

Me molesta que justo ahora se vea fria sin rastro de emociones, no como el modo perra en el que la conocí, cuando la tenia en mis brazos siendo tan dulce y sensible a mi tacto.

—Lo escucho.

Pongo el ascensor en marcha.

—Hablaremos en mi oficina.—ordeno.

PLAYING WITH FIRE | d.mDonde viven las historias. Descúbrelo ahora