CHAPTER SEVENTEEN

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"Vale más actuar exponiéndose a arrepentirse de ello, que arrepentirse de no haber hecho nada".

Maxine

Estoy observando mi reflejo y no veo más que una chica suspendida en una cuerda en medio de dos problemas. Desearia poder negar que con Draco mis confesiones son falsas pero tengo el sentir de no deber ocultarle nada, no es necesario ser la chica qué debe comportarse, no tengo que fingir estar comoda en una situación y mucho menos atrapada.

Bueno no del modo en que siento que cubre la piel.

—¿Esta bien o te doy una nalgada para que te despabiles?—Interrumpe mi estado de concentración.

No se en que momento regreso de jugar como niño en la nieve.—No me va el masoquismo, gracias.—sonrio falsamente mientras se quita su abrigo.

Tiene la piel rojiza por el frio, haciendo que la punta de su nariz se torne roja, en este caso puedo decir que se parece a rodolfo el reno pero más bello.

—Pero si dices papi como una buena sumisa.—mis pomulos se enrocejen y veo forzada a darle una mala mirada disimulando el calor que me provoca.

La chimenea hace más intenso el calor, parece que el rubio quiere provocarme, el torso marcado, la espalda ancha y la piel palida son un atractivo acompañados por la altura y los muslos bien trabajados, no obastante mi mente nonse concentra demaciado en el.

Pues mi preocupación es más grande que su fisico.

—¿Quieres chocolate caliente?—saca su varita.

—Si porfavor.

—¿Lo quieres con malvaviscos?—Le pregunto.

—Como tu lo quieras.

Hace aparecee dos tazas con una bebida no tan caliente pero gustoza al paladar con una capa de ese dulce suave y esponjoso. Doy un sorbo de la bebida perdiendo la vista en esos inmensos árboles. Bosteza abriendo los brazos, sus ojeras son notorias, al igual que la falta de sueño y estrés.

—¿Por qué no has estado durmiendo?-Indago.

—Siendo sincero no lo sé.—toma de su taza.—Me acuesto en la cama pero cuando cierro los ojos se torna un fodo oscuro que me perturba, siento como si estuviera en el tiempo en donde me obligaron a hacer algo que no era capáz y me tenia muy asustando.

No digo nada solamente asiento. Pasa la boquilla de su taza por mis labios y lo dejo degustando el liquido marrón que fotra en mi paladar concentrandome en ello.

Evito levantar la mirada para no acabar peor.

—De pequeña tenia curiosidad de ti.—confieso.

—¿Que te daba curiosidad?—Se concentra en mi, sus ojos no lucen más claros, al contrario el mercurio se acentua más.

—Cuando te veia en el diario profeta que compraba mi padre debo admitir lo inmaduro que te veias y ahora que eres un hombre, cambiaste... antes decian que tú familia despreciaba a los muggles y ahora puedes tener una conversación con ellos.

—Las personas cambian.—alza los hombros.

Asiento.—Pasame la manta.—Extiendo el brazo para alcanzarla y se la paso de inmediato fijandome en la marca que tiene en el antebrazo pero no comento nada.

—¿Que?-sonrie con picardia.—Pervertida.

Me roba un pico de forma inesperada, no me queda más que rodar los ojos y seguir bebiendo del chocolate en silencio.

PLAYING WITH FIRE | d.mDonde viven las historias. Descúbrelo ahora