CHAPTER TWENTY

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De vuelta al ruedo.

Draco

Comienzo a hojear los pergaminos que habia realizado Maxine, la cual se mantiene quieta revizando papeles de otros aurores.

Aún no entiendo como es que le hizo para hablar con su padre para regresar como si nada al trabajo. Pero esta claro que esto no es por mi sino porque ella quiere estar lejos de toda su familia, pero tampoco quiere quedarse en casa sin hacer nada.

No puede regresar al ministerio por lo mismo de su condición es por eso que me tomo el atrevimiento de venir a su departamento para continuar con el trabajo y tendra ventaja de estar cuidandola asi como también Klaus.

Casi no entablamos conversación como antes, algo de lo que paso la hizo más fria, se que me lo meresco, no le dije nada ocultandole su ejecución.

La miro de reojo por breves instantes, de momento tiene la piel empapada de sudor y se nota palida.

—¿Que pasa?—Dejo un pergamino a un lado.—¿Te sientes mal?—Me atrevo a tocar su frente, tiene fiebre lo que hace que asuste.

—Tengo escalofrios.—contesta en un murmullo entrecortado.

—¿Donde estan tus medicamentos?—Sigo tanteando su frente y la fiebre aumenta más.

—Estan ahi.—señala su bolso, veo que sus mejillas estan tornandose en un rojo cerezo.

Saco las pastillas del bote y pongo dos en su boca, acerco un vaso de agua a sus labios y me lo tiene ya acabando de beber.

—¿Quieres darte un baño de agua tibia?—Cuestiono.—Puede ayudar a bajar la fiebre.

—¿Acaso me quieres ver desnuda?

—Ven.—le tomo la mano.

Abro la puerta del baño y dejarla sentada en el escusado, pongo a llenar la tina alternando el agua para que su cuerpo no sufra un cambio brusco de temperatura. Intento ayudarle a quitarle la ropa y se rehúsa.

—No quiero que me veas desnuda, estoy enojada contigo.

—Mi prioridad es que te baje la calentura.

—¿Contigo aquí?

—La fiebre te pone atrevida.—Deja que le levante la blusa del piyama mostrando la desnudes de su torso.

—Callate, estoy enojada contigo.—Envuelve mi cuello con sus brazos, aprovecho para bajarle el short y sus bragas al mismo tiempo, me topo con su sexualidad tan atractiva y provocadora.

La meto en la tina, la sumerjo casi por completo casi por completo, liberando su cabello de un liga que formaba antes un moño alto.

La dejo ahi mientras ella se humedese todo el cuerpo, desvio la mirada a la pared preguntandome a mi mismo porqué el intinto de cuidar surge con ella, que se ve fuerte e invencible, pero a la ves vulnerable.

Cuento los minutos y percato lo que dispone la medicina.

—¿Haces eso con todas las mujeres que quieres follar?—Dirijo la vista a ella.—Me sorprendes.

—No soy un hombre malo. Y contestando tu pregunta... solo hago esto con rubias calientes.

—Es ilógico que te siga pareciendo caliente.

—Partiendo de que tenias fibre y destacando que estas malditamente buena y deseable.

—Ya callate, estoy enojada contigo.

—¿Si te compro unos waffles con miel y frutos rojos con un batido, se te pasa?

—A menos de que me compres un terreno y lo pongas a mi merced.—guiña el ojo.

PLAYING WITH FIRE | d.mDonde viven las historias. Descúbrelo ahora