A Cruel World

CAPITULO XIII: POR FAVOR, NO MUERAN

Año 850

Le dio la mano a Reiner para que se pusiera de pie. El rubio la tomó entre carcajadas, admitiendo su tercera derrota en la semana. —Aún no puedo creer que estemos a punto de graduarnos y no haya podido vencerte ni una sola vez. ¿Realmente eres humana, Mikasa? — le preguntó el rubio, sacudiendose los pantalones para quitarse el polvo.

La pelinera sonrió orgullosa. Aquellos tres años de entrenamiento la habían convertido en una joven fuerte, segura de sí misma y de sus habilidades. Mikasa había aprovechado cada minuto de aquellos tres años para volverse fuerte. Era la más fuerte de su clase, y según el Instructor Shadis, la cadete más fuerte salida de la academia. No hubo materia en la academia que no dominara con facilidad. Pero, lejos de que sus destrezas crearan una división entre ella y sus compañeros, la había acercado más.

La tropa de cadetes número 104 tenían muy buena relación. Incluso Annie, quien solía ser más apática y distante, solía intercambiar una que otra palabra con sus compañeros. Mikasa había desarrollado una amistad muy cercana con Eren, Armin, Krista, Sasha, Jean, Marco y Reiner. Solía pasar todo su tiempo libre junto a ellos.

—Oh, ¿todavía no superas que sea la número uno, Reiner? — Le dio un leve golpe en el hombro. —Intenté no ser tan dura contigo.— Mikasa se amarró su larga cabellera en una cola de caballo, apartando los mechones rebeldes de su frente.

Reiner chasqueó la lengua. —¡Como si pudieras! — exclamó el rubio, negando la cabeza. Los dos cadetes se fueron a sentar junto al resto de los compañeros, esperando pacientemente a que el combate entre Historia y Armin finalizara.

—No sé como distinguirlos., — comentó Jean, provocando que Ymir le diera un zape en la cabeza.

Mikasa observó en silencio como los dos rubios buscaban encontrar una apertura para atacar al otro. Los dos muchachos eran los menos fuertes en combate cuerpo a cuerpo, sin embargo, estaban haciendo todo lo posible para que su puntuación final no fuera tan baja. —No entiendo para qué es necesario todo esto. No es como si fueramos a luchar cuerpo a cuerpo con los titanes, — comentó Eren, sentado a su lado.

—Lo dices porque aún no superas que Annie te haya ganado. — El muchacho la miró con falsa indignación. La Ackerman rió. Ante su risa, Eren cambió su mirada, sus mejillas ligeramente ruborizadas.

Al finalizar el combate cuerpo a cuerpo, los muchachos tuvieron el último examen del uso del equipo de maniobras. Como era de esperarse, Mikasa quedó con la puntuación más alta, seguida por Reiner Braun y Jean Kirshtein. Los dos jovencitos eran los rápidos utilizando el equipo, tras de ella.

Esa noche, en medio de la cena de celebración, los instructores colocaron los nombres de los cadetes que habían quedado en los primeros diez lugares. Para sorpresa de nadie, Mikasa fue la primera, seguida por Reiner, Berthold, Annie, Eren, Jean, Marco, Connie, Sasha y Krista, quien había logrado entrar finalmente luego de que Ymir fallara su última prueba con el equipo de maniobras. La celebración fue en grande para los muchachos, quienes no podían creer que su entrenamiento había culminado.

—La comodidad de la Policía Militar me espera, — comentó Jean, recostándose en su silla con cara de felicidad. A pesar de haber expresado su molestia por quedar debajo de Eren, el jovencito estaba complacido por lograr un lugar entre los mejores diez. Su espacio en la Policía Militar era seguro.

Eren colocó los ojos en blanco. —Los titanes esperan por volver a atacarnos. ¿Cómo puedes ser tan inconsciente? — De esa forma comenzó una discusión entre Jean y Eren. Mikasa había perdido la cuenta de cuantas veces los dos se habían enredado en discusiones. No era nada nuevo, por supuesto. Los dos muchachos tenían caracteres demasiado parecido, por ello se enfrascaban en luchas sin fin todas las semanas.