Sus orbes grises observaron con cuidado los ágiles movimientos de Levi. Era tan rápido como la brisa en otoño. Sus pasos nunca se equivocaban, y sus ojos azules tampoco mostraban ningún tipo de sentimiento que no fuera tranquilidad y concentración. Mikasa imitó el movimiento de sus pies, esquivando con relativa sutileza el puñetazo que la habría enviado a volar como había pasado ya en otras ocasiones. —Derecha, izquierda, centro. Esquiva. Lanza golpe.— La voz suave de Levi era lo único que podía escucharse en la soledad de aquella abandonada calle en la ciudad Subterránea.
Isabel y Farlan los observaban sentados sobre un tejado. Ninguno de los dos decía o hacía algo más que mirarlos entrenar. Desde hacía más de tres semanas que habían iniciado un entrenamiento exhaustivo. Todo lo que había ocurrido con Creigthon Rush había hecho que Mikasa estuviera más que deseosa de entrenar con seriedad.
No sería secuestrada una tercera vez. No pondría en peligro a su familia una vez más.
Ella sería fuerte. Tan fuerte como su primo.
Levi Ackerman se había convertido en una leyenda en la ciudad subterránea. Había vencido a Creigthon por sí solo. Y eso le había conseguido un poco de paz a la pequeña, sin embargo, no por ello iba a quedarse sin aprender. "Siempre vendrán más hijos de puta como Rush" le había comentado Levi mientras le limpiaba la sangre de las mejillas.
No vio la patada de Levi y por ello recibió un fuerte golpe en su pecho. Cayó sobre su trasero con un quejido de dolor. La había tomado desprevenida. —Debes enfocar toda tú atención en tú oponente. Si piensas en otra cosa, morirás.— Levi le dio su mano y la ayudó a ponerse de pie. Con una amabilidad muy pocas veces vista en él, su primo le dio un par de palmadas sobre su cabeza, en forma de conforte. —Has mejorado mucho, Mikasa.—
Sus mejillas se ruborizaron levemente ante el cumplido de su primo. Rara veces Levi era tan amable. —Volvamos de nuevo, ¿si?— Él arqueó una de sus cejas. —Si no te desarmo no me enseñarás a "volar" con tú equipo.—
Levi lo consideró por unos instantes, antes de asentir lentamente. —Vuelve a tú posición.—
Los dos volvieron a su lucha, moviéndose con rapidez. Levi mantenía su cuchilla fuertemente sujetada por una de sus manos, mientras que con la otra esquivaba los golpes y patadas que le proporcionaba la pequeña. Para quien los viera desde lejos, solo podía verse dos siluetas moviéndose demasiado rápido como para descifrar quien era quien.
Mikasa mordió su labio con fuerza. Estaba cerca... demasiado cerca. No sabía si Levi había perdido el equilibrio por perder la concentración o si se debía a que ella había mejorado más, fuera cual fuera la justificación, Mikasa logró robar de los dedos de Levi su cuchilla. Y tan pronto sus delgados y delicados dedos se aferraron al frío metal, la pequeña sintió una alegría indescriptible recorrer su cuerpo.
—¡Lo hice! ¡Lo hice!— gritó, mostrándole a Isabel y a Farlan la cuchilla en sus manos.
Isabel fue la primera en correr hacia ella, revolcándole los cabellos negros. —¡Eres genial, Mikasa!—
—No es para tanto, mocosa,— comentó Levi, cruzándose de brazos, observándola con serenidad. Farlan se detuvo a un lado de él, y Mikasa pudo ver en sus ojos la pregunta silenciosa que ella también se había hecho. ¿Realmente había ganado o Levi la había dejado ganar? Ninguno de los dos tuvo una respuesta pues el Ackerman se dio la vuelta y comenzó la marcha de regreso a casa.
Esa noche practicó junto a Farlan su lectura. En aquellas tres semanas la pequeña había mejorado muchísimo en sus estudios. Sus letras eran mucho más pulcras y su lectura más rápida y sin tartamudeos. Gracias a Farlan había comenzado un libro de cuentos de hadas e iba por la mitad de este.
ESTÁS LEYENDO
A Cruel World
FanficMikasa Ackerman perdió a sus padres con solo diez años. Nadie la salvó, sino que ella misma despertó la habilidad propia de su clan, bañándose en la sangre de sus enemigos. Encontrada por Kenny Ackerman y dejada a la tutela de Levi Ackerman, la más...