Observó los ojos de Dita Ness abiertos de par en par, en una mueca de horror. Había sido su última expresión antes de morir en manos del titán. No sabía si había muerto antes de que aquella bestia le diera vueltas como un objeto o si lo había hecho por el impacto de su caída. Fuera cual fuera su causa de muerte, el amable hombre había tenido un terrible final. Mikasa esperaba que Charlotte, la yegua de Ness, estuviera viva y a salvo.
—¡Teniente Ness!— gritó Jean, alarmado. Los tres muchachos habían llegado hasta donde ella estaba, horrorizados por encontrar el cadáver de Dita. Él los había entrenado y cuidado durante aquel mes en la Legión. Genuinamente había sido una buena persona con ellos, y sin embargo, allí estaba. Muerto. —Ese maldito las va a pagar,— chilló el muchacho, preparando su caballo para su ataque. Jean no podía confrontar las muertes de sus compañeros. No desde que Marco había muerto.
Mikasa lo tomó por el cuello de su camisa, deteniéndolo en su sitio. Entendía su furia y sus deseos de cortar al titán con sus propias manos, ella también lo sentía. Pero no podían dejarse llevar por la ira. Solo causaría errores en sus acciones. —No. No hagas una estupidez.— Jean la miró a los ojos y ella pudo ver la variedad de emociones que recorrieron sus pupilas ámbar. Al final solo hubo resignación. Él asintió. Armin observaba el titán al otro lado del terreno con curiosidad, mientras que Reiner parecía estar perplejo por sus nervios. —Solo morirás si vas hacia ese titán.— Todas las alertas de su cuerpo parecían estar activas ante aquel titán. Algo en aquel ser la hacía sentir nauseabunda y terriblemente enojada. "Pase lo que pase, veas lo que veas, no cometas una imprudencia, Mikasa."
—Levi, ¿esto es a lo que te referías?— se preguntó mentalmente. Levi no le había dicho nada sobre la expedición, tampoco le había explicado porque sus amigos tenían mapas distintos. ¿Acaso no confiaba en ella? No, negó la cabeza. No. No era sobre confianza. Él confiaba en ella. De seguro lo había hecho para que toda la misión pareciera ser natural. Si ella se mantenía a la espera de un enemigo... el enemigo lo descubriría. Levi confiaba en sus capacidades para enfrentarse a cualquier cosa. A veces no eran necesarias las palabras entre ellos.
El titán de rasgos femeninos se mantuvo de pie, observándoles fijamente. No se movió ni hizo ningún tipo de ápice en hacer algo. Parecía como si estuviera congelado en el tiempo, en la espera de algo. —Espera nuestro movimiento,— dijo Armin a su lado, en voz baja. Él parecía estar perdido en sus pensamientos y razonamientos. Ahora que lo recordaba... ¿no había sido citado ante el Comandante Erwin la noche anterior? Había pasado por alto preguntarle qué era lo que quería Smith de él.
—¿Q-Qué?— preguntó Jean, confundido.
—¿A qué te refieres, Armin?— preguntó Reiner, perplejo.
Armin abrió la boca y luego la cerró. Mikasa lo observó con el rabillo del ojo. Su amigo parecía estar enfrentándose a sus propios pensamientos. No había persona más inteligente que el rubio. Mikasa admiraba cuan rápida y perspicaz era la mente del muchacho. En ocasiones le enojaba que él no fuera capaz de apreciar sus propias capacidades. —No sé. Solo supuse,— murmuró con una sonrisa nerviosa. Mikasa mantuvo la serenidad ante el cambio de su amigo. Él había tomado la decisión de desconfiar en todos.
Era una excelente decisión.
—Yo creo que debemos retroceder,— dijo Reiner, sus ojos claros nerviosos por el miedo. —Si corremos rápido quizás podemos alcanzar al Capitán Levi. Él podría enfrentar ese titán.—
—¿Y dejar que esa cosa nos persiga hasta el ala izquierda frontal?— preguntó Jean, horrorizado con la idea. —¿Estás demente? ¡No lograríamos alcanzar al Capitán Ackerman!—
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A Cruel World
FanfictionMikasa Ackerman perdió a sus padres con solo diez años. Nadie la salvó, sino que ella misma despertó la habilidad propia de su clan, bañándose en la sangre de sus enemigos. Encontrada por Kenny Ackerman y dejada a la tutela de Levi Ackerman, la más...