Capitulo 12

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Arizona Robbins

Desperté ya que la alarma sonó. Hice mis cosas rutinarias. Bañarme, vestirme, lavar mis dientes y así.

Ya lista, tome mis cosas y me dirigí al departamento de policía. Hoy tendría que ir al piso 18. En ese está el jefe, el que manda a todos aquí, incluyendo Herman.

Llegué a las 7:58, dos minutos antes. Me gusta la puntualidad. Estacioné mi auto, baje y me dirigí hacia adentro. Marqué mi llegada como siempre y dejé mis cosas en mi oficina.

Me dirigí al ascensor. Corrí al notar que estaba cerrando sus puertas.

- para para para. –dije evitando que cerrará y así poder entrar–

- Robbins. –alcé la mirada–

- Torres. –sonreí y entré–

Al cerrar las puertas otra vez volvió esa tensión sexual. La misma que había ayer en el bar. Creo que hasta más grande.

Estábamos en el piso 15, pero de la nada el ascensor comenzó a moverse. Estaba temblando. El mínimo movimiento hizo hacerme sentir pánico.

De la nada las luces comenzaron a parpadear. Mire a callie y está me dió una mirada que me tranquilizó. Las luces dejaron de parpadear y el temblor paro, pero de todas formas aún seguíamos ahí encerrada, quizá por cuánto tiempo más.

- Tranquila, no estés nerviosa. –se acercó un poco más y acarició mi brazo– ya saldremos.

Cuando me tocó, sentí una ola de electricidad y frío recorrer mi cuerpo.
Eso hará solo aumentar las ganas de besarla.

- Gracias. –asintió y volvió al mismo lugar donde estaba–

De reojo vi como comenzó a mirarme, cerré los ojos y solté un jadeó. Me estaba dando calor, mucha calor.

- Estás con Penny? –dije con la mirada hacia el frente–

Callie Torres


Otra vez con la preguntita, cuántas veces tenía que decirle que con Penny no teníamos nada.

- No arizona, ya dije qu...

Se abalanza sobre mi y me empuja contra la pared del ascensor. Antes de que pueda darme cuenta está me sujeta las muñecas con una mano, me las coloca por encima de la cabeza y hace presión con su pierna en mi centro. pega sus labios con los míos, dios! Es tan dulce. Con la otra mano me agarró del pelo y lo tira levemente, haciéndome soltar un gemido, lo que le permite meter su lengua y recorrerme la boca con experta pericia. Mi lengua acaricia la suya y se une a ella en una lenta y erótica danza de roce y sensaciones. Sus manos recorren mi cuerpo y me gusta, algo bastante extraño. Nunca dejo que me toquen, pero está vez es todo distinto, ella, su toqué, sus besos, todo. Nos separamos por falta de aire, jadea y pega su frente con la mía.

- Soy la mejor? –me soltó las manos y acarició mis mejillas, de forma cariñosa–

- Si, eres la mejor. –Sonreí-

- Te lo dije. –su mirada bajo a mis labios– tus labios son dulces.

- Deseaba esto hace tiempo. –la besé–

Me lo correspondió. quise tocarla, pero sentí que podría molestarle así que evite hacerlo.

Nos detuvimos, por qué sonó el pito que suelta el ascensor, indicando que las puertas abrirán.

Se arregló el cabello y yo hice lo mismo. Las puertas abrieron, nos miramos y reímos, recordando lo que hace 2 minutos atrás sucedió.

Me dirigí a la oficina del jefe con Arizona, ya que empezaremos a llevar a cabo todo el plan contra izzie.

Mírame y Dispara (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora