Encuentro

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"Joven amo, lamento esta situación pero no podré acompañarlo esta vez. Tenga cuidado, por favor"

Petición con sabor a despedida era lo que Sebastian con un tono triste le decía, su sonrisa parecía expresar melancolía al igual que su mirada que brillaba sutil en un fulgor carmesi. El conde Phantomhive con sus mejillas sonrojadas sentía como su mayordomo soltó su mano que segundos atrás sujetaba con fuerza, quiso alcanzarlo de nuevo, aferrarse a él pero no pudo hacerlo, el vértigo en su cuerpo le alertaba que caía en un abismo que se oscurecía, la figura de su mayordomo desaparecía de su vista. No entendía el sentido de esas palabras de despedida, con su mano estirada al vacío solo susurró con tristeza el nombre de su mayordomo, cerrando los ojos perdió la conciencia a la vez que rememoraba la dulce sensación que le invadió cuando los labios de su demonio rozaron los suyos, antes de pronunciar esas inquietantes e incomprensibles palabras de amargo adiós.

"Sebastian... ¿Volveré a verte?"

—Oye niño... ¿Qué haces aquí? ¿Estudias aquí? —Era una voz masculina que hizo que de un sobresalto Ciel se levantara— Vaya al menos estás vivo... Ya iba a botarte a la basura.

—¡Sebastian!

—Yo no me llamo Sebastian... Es mas no hay un Sebastian aquí, no al menos que yo conozca.

—¿Quién eres tú? —Cuestionó Ciel confundido, al ver a un extraño hombre frente suyo al abrir los ojos.

—Yo debería preguntar eso... Tú eres el extraño que apareció en medio del patio de repente. Lamento decirte que si no estudias aquí será mejor que te vayas no querrás meterte en problemas.

—¿Estudiar? Ni siquiera sé donde estoy... —Confundido el joven miraba a su alrededor, solo observaba plantas que le rodeaban, lo único cierto era que estaba en un patio.

—Oh ya veo, eres uno de esos casos especiales, quizás deba llevarte a la dirección ahí verán que hacer contigo. —Este hombre con una aparente amable sonrisa le ofrecía la mano para que se levantara, Ciel dudó un poco pero no tenía más opción que aceptar su amabilidad.

Estando en un lugar desconocido y sin Sebastian se sentía vulnerable, a la deriva, no podía sobreponer su orgullo en este momento, la mejor táctica era quizás mostrarse sumiso, agradable. Era consciente que poseía un particular encanto para provocar cierta simpatía en los demás si se lo proponía y eso haría hasta que su demonio se dignara a aparecer, no quería deprimirse ante su separación en lo profundo de su ser guardaría la esperanza de volverlo a ver. Eran sus pensamientos cuando caminaba junto a este hombre extraño que parloteaba de algo, solo avanzaron unos metros cuando salieron de ese patio, sus ojos se abrieron con sorpresa al ver una enorme infraestructura parecía un castillo como el de los cuentos de hadas que leía cuando era más pequeño.

—¡Bienvenido a Nigth Raven College!

Dijo este hombre con mucha emoción abriendo los brazos, presentaba la prestigiosa escuela de magia en la que laboraba. Los estudiantes alrededor miraban la escena comenzaron a murmurar y burlarse de la reacción de sorpresa del chico nuevo.

—Esto es... —Murmuró Ciel aún sin salir de su asombro. No comprendía donde lo había enviado Sebastian.

—¿Alucinante? ¿Espectacular? Lastimosamente todavía no puedo decir que seas parte de la escuela, eso no me corresponde decidir a mi. Así que no te emociones demasiado.

—¿Qué se necesita para permanecer aquí?

—Niño... Ya te lo dije mientras caminábamos —El otro murmuraba mientras lo miraba— Es una escuela de magia ¿Qué crees que necesitas?

Ciel In Twisted Wonderland Donde viven las historias. Descúbrelo ahora