Confianza

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¿Qué obtenía él con este juego? Era la duda de Ciel ante la afirmación indirecta de Malleus sobre su falsa relación, duda que fue olvidada al llegar de nuevo a la fiesta ante el murmullo de todos al verlos.

—Esto es incómodo... ¿Qué estarán pensando de nosotros? —Murmuraba el joven a Malleus quien no soltaba su mano haciendo que los demás siguieran hablando.

—Quizás piensan que Cielito ya no es virgen... —Irónico respondía Malleus al agacharse un poco le susurró al oído para provocarlo.

Esa cercanía no pasó desapercibida por los chismosos, aún más el evidente sonrojo del joven ante esa insinuación. Ciel en su afán de no dejarse molestar le volvía la mirada y aprovechando que lo tenía cerca rozaba sus labios a los suyos en un tonto impulso que ni el mismo pensó hacer.

—¿Qué haces? —Malleus nervioso se le apartó de inmediato disimulando la vergüenza, nadie antes se había tomado tal atrevimiento, bien pudo castigarlo pero al final no lo hizo.

—Con tu reacción solo pensaran que los dos somos vírgenes todavía.

Malleus se sentía confundido, por un lado le embargaba el enojo por esta atrevida pero rápida treta, por otro lado le parecía encantador su gesto entre avergonzado y desafiante. Su sonrisa descarada dibujada en esos labios que cálidamente rozaron segundos antes, definitivamente Ciel era mucho más de lo que parecía, no en vano había convivido con un demonio, ese detalle le intrigaba. Ese furtivo beso que sabía no fue por afecto sino por impulso solo le confirmaba que este niño haría cualquier cosa para conseguir su objetivo, aún si era un tonto juego.

—Ciel... Ese tipo de afectos no están permitidos... No en público al menos.

Era lo que Kalim decía con una sonrisa al notar la extraña tensión entre la pareja, los demás dejaron de verlos al darse cuenta la mirada enojada que Malleus les dedicaba, no porque estuvieran en una reunión informal dejaba de ser el fuerte mago con el poder consumirlos en fuego si lo quisiera.

—Lo siento... Es que no pude evitarlo.

Sonrojado con una fingida inocencia Ciel respondía mirando de reojo al otro que no creía que tan mentiroso y manipulador podía ser su falso novio, decidió no desmentirlo apretando su mano como en un juego que ninguno quería perder se prestaba a decir algo que en un arrebato tonto pediría.

—Entonces ¿Tienes una habitación para que podamos estar a solas?

Kalim rascándose la cabeza un poco sonrojado dudaba que responder porque por las reglas no estaba permitido intimar en los dormitorios, no al menos tan indiscretamente pero no podía negarle nada a Malleus, solo notó como Ciel se ruborizaba más sin refutar, al parecer aceptaba el hecho, nadie sospechaba que era una especie de juego de egos entre ellos, uno un tanto infantil.

—Claro... Pero... —El líder de Scarabia titubeaba dudoso, los otros alrededor suyo que pretendían no haber oído esa sugerente petición empezaron de nuevo a murmurar— Por favor... Siganme.

—¿Qué haces? —Murmuró el joven a Malleus que no soltaba su mano y seguían al animado Kalim.

—Siguiendo tu jueguito... ¿No creíste que iba a quedarme así? 

—¿Herí tu ego al rozar tus labios?

—Eres un fastidio...

Eran las palabras de Malleus en esa pequeña discusión susurrada con su acompañante mientras caminaban a la salida del salón.

—¡Ciel ¿A donde vas? —Grim le cuestionó entusiasmado al parecer no estaba enterado de lo ocurrido antes.

—Vamos a una habitación a estar solos... —Fue la respuesta a su amigo con una fingida sonrisa.

Ciel In Twisted Wonderland Donde viven las historias. Descúbrelo ahora