Descanso

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Pensamiento de Sebastian

Han pasado varios días desde que llegué a este retorcido y mágico mundo, es tan fascinante que no me ha dado tiempo de sumergirme en pensamientos deprimentes o echarme a llorar para curar la herida de mi corazón roto, es cruel que la primera vez que siento algo intenso por alguien salga lastimado de esta forma, supongo que es el riesgo de eso que llaman "amor".

Sin embargo no pienso arruinar este descanso que tengo bien merecido, son mis vacaciones de esos años trabajando como perfecto mayordomo ahora con una paga pospuesta. En esta nueva mañana ya no me preocupo por levantarme temprano para preparar el desayuno de mi joven amo después de todo tiene fieles sirvientes que devotos le sirven como el consorte de un futuro Rey. Mi amo aspiró muy alto y debo reconocer su capacidad al conseguir tan distinguida posición, no esperaba menos de él.

—¡Sebastian! —Es el llamado de Lilia que aparece flotando sobre mi mientras sigo recostado en la cama— Volviste a dormir sin ponerte la pijama, esa ropa no es para dormir.

—Pero no duermo... Es innecesaria la pijama.

—¿De verdad no duermes?

—Si quieres comprobarlo quédate conmigo esta noche. —Coqueto sugiero, todos estos días lo he molestado con eso aún así mis insinuaciones no hacen efecto, se hace el difícil pero terminara cayendo. Le gusto, lo sé por la forma en que me mira y como está pendiente de mi desde que llegué.

—No gracias... ¿Y qué haces cuando no duermes? Yo me aburriría.

—Leer, tengo tanto que aprender de este mundo o veces salgo a caminar por el jardín oscuro, el silencio es agradable.

Le digo mientras me levanto y él evitando un acercamiento se aparta de inmediato, de reojo miro mi uniforme de mayordomo colgado dentro del armario abierto, debo admitir que extraño usarlo, me había acostumbrado a esa ropa oscura pero no teniendo que cumplir ese rol era tonto seguirlo usando.

—¿Dónde iremos hoy? —Cuestiono mientras cambio mi camisa. 

—Hoy vamos a ir a una aldea al norte junto a Malleus, Ciel y los muchachos.

—Ya veo... ¿Debo ir?

—¿Por qué no quieres ir? Será divertido. —Él trata de animarme mientras flotando me abraza por detrás sintiendo su aliento rozar mi cuello— Vamos... Quizás hoy no estén empalagosos esos dos.

—Siempre están empalagosos.

—Si —Sonreía Lilia— Parece como si vivieran en una luna de miel eterna, supongo que así es el amor...

Suspiro entre resignado y molesto por sus palabras ya que reflejan esa triste realidad para mi, he sido testigo de su afectuoso amor cuando los veo pasear tomados de la mano por el jardín, al besarse y abrazarse en algún pasillo creyendo que nadie los ve, las conversaciones que tienen y solo ellos parecen comprenderse, es su idílico romance que envidio un poco. Mi amo se ve tan enamorado que parece un espejismo producto de mi mente delirante, no es el mismo humano lleno de odio y venganza que conocí, me pregunto si realmente yo hubiera permitido este cambio al seguir juntos, amarnos hasta que su alma perdiera la oscuridad que deliciosamente la envolvía, tal como es su estado actual. ¿Hubiera valido la pena por un beso y una caricia suya? Quizás mi respuesta sea un "Si".

—Sebastian sé que debe ser difícil para ti pero si no vas me aburriré. —Era la voz de Lilia interrumpiendo mis pensamientos, ante su ruego animado acepto su invitación asintiendo con la cabeza— ¡Si! ¡Entonces debemos preparar lo que llevaremos! ¡Será un paseo divertido ya lo verás!

Él se emociona fácilmente trata de contagiarme su alegría, es su manera de ser, mientras termino de arreglarme habla de los bocadillos y el té que prepararemos o más bien prepararé para este paseo, entusiasta sin dejar de abrazarme por detrás salimos de la habitación. Sin haberlo planeado, por simple casualidad en el pasillo nos encontramos con mi joven amo y su novio quienes nos ven sospechosamente por la forma en que estamos.

Ciel In Twisted Wonderland Donde viven las historias. Descúbrelo ahora