Prueba

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La mirada confusa de Ciel era evidente ante la presencia de este hombre de extravagante apariencia. Solo desvió la mirada ante su pregunta, no podía responderle que había algo en él que le recordaba un poco a Sebastian, el demonio que no podía apartar de su mente y vergonzosamente parecía encontrarlo en cualquiera de apariencia similar.

—Ciel es el nuevo estudiante que apareció de forma extraña aquí pero como soy muy amable no pude echarlo. —Acotaba Dire entrando a su oficina, rompiendo la tensión que se percibía entre los dos.

—No creo que su amabilidad supere las reglas de esta escuela. Este niño tiene talento para la magia. ¿No?

—Si, por ese motivo es que se quedó pero aún tengo dudas con respecto a su magia por eso quiero que me ayudes al respecto. Eres nuestro mejor y más talentoso estudiante, me ayudarás ¿Verdad?

—Ya decía yo que era raro que me invitara a desayunar de repente. Usualmente no me invita a ninguna de sus reuniones. —Con cierto aire de resentimiento este le hablaba.

—Malleus ya te dije que a la reunión de la semana pasada te envíe la invitación no es mi culpa que no la hayas recibido.

—Odio que me ignoren.

Ciel escuchaba atento la conversación de esos dos, ese chico de mirada verde luminosa y extrañas protuberancias en su cabeza parecía ahora un poco infantil a pesar de su seria apariencia.

—Bueno sigamos hablando mientras desayunamos. Mi pequeño amigo muere de hambre ¿No? —El director en tono burlón miraba de reojo a Ciel, quien le gruñía el estómago, avergonzado lo seguía hacia la mesa— Este chico de aquí es Malleus Draconia, descendiente del rey que reina sobre las criaturas de la noche, es uno de los magos prodigios de todo el reino.

—Mucho gusto, soy Ciel Phantomhive.

El joven lo saludaba formalmente con una tímida sonrisa mientras se sentaban para desayunar ¿Este chico era realmente tan poderoso? Y si así era ¿Podría ayudarlo a volver a su mundo? Entonces pensó que si debía formar lazos amistosos para su conveniencia tenía que ser con alguien como él, pero su plan se disolvió al instante porque esto sería difícil ya que este joven solo lo ignoró, groseramente ni siquiera respondió a su cordial saludo.

—¿Qué quiere que haga señor Crowley? Sabe que estoy ocupado con la organización del festival de magia para la próxima semana, no puedo perder el tiempo en tonterías.

Ciel contenía su molestia e incomodidad ante el tono despectivo que a el se refería pero era mejor callar así que decidió comer unas galletas que le eran ofrecidas para cerrar su boca y no discutir con este extraño tan arrogante.

—Quiero que averigues que tipo de magia posee y si es posible le ayudes a desarrollarla ya que el pobre Ciel no tiene idea de nada. Además te gusta investigar estas cosas. ¿No?

—¿A cambio de qué? De aceptarlo no lo haré sin recibir nada a cambio. —Malleus con seriedad hablaba tratando de formar este trato.

—Claro... Nada es gratis... Ampliaré el espacio para tu dormitorio como lo han venido pidiendo hace tiempo. ¿Qué te parece?

—Me parece bien pero ¿Por qué se toma tantas molestias por este niño? Ni siquiera parece especial.

—Porque mi instinto me dice que es especial y tu tarea es sacar su potencial sino no te lo pediría. —Con una sonrisa hablaba el director sirviendo el té a sus invitados esa mañana.

—¿Y a este niño le tendré que enseñar a hablar también?

—Yo lo saludé hace un momento y como no respondió no suelo hablar con quien me ignora de forma grosera.

Ciel In Twisted Wonderland Donde viven las historias. Descúbrelo ahora