Planes

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Los fantasmas de aquella abandonada casa miraban atentos la escena, finalmente algo interesante ocurría en sus aburridas vidas, un niño estrellado en la pared trataba de levantarse mientras otro malhumorado se acercaba a Malleus.

—Lilia... ¿Qué hiciste? Pudiste lastimarlo.

Malleus pretendiendo no dar mucha importancia al asunto hablaba con su compañero de dormitorio, aunque más que su compañero era una especie de asistente. Sin embargo no dejaba de ver de reojo al muchacho que se quejaba en esa pared.

—Ese niño te estaba abrazando... ¿Por qué dejaste que te abrazara?

—Ni siquiera noté que lo hacía... ¿Por qué te enojas tanto?

Con un gesto confuso le cuestionó ante ese reclamo, el otro solo chasqueaba la lengua se cruzó de brazos sin dar una respuesta.

—Idiota... Eso me dolió. —Se escuchó el molesto murmullo de Ciel mientras se ponía de pie, su cuerpo se estremecía del dolor pero trataba con esfuerzo de no mostrarlo, estaba tan empeñado en no verse vulnerable.

—¿Qué acabas de decir? —Lilia con una sonrisa algo sádica cuestionó ante la queja de ese muchacho que apenas veía, aunque ya suponía quien era, ya que todos murmuraban entre los corredores de la escuela del novato con un parche en el ojo pero no creyó encontrarlo tan pronto y de esa forma.

—Lilia... —En un suspiro resignado Malleus le llamaba al notar las intenciones de seguir peleando con Ciel— Déjalo, no es justo que te enfrentes con alguien que apenas si conoce su magia.

Ciel no quitaba el ceño fruncido de su bello rostro, Malleus notó eso y debía admitir que este era un joven no muy ordinario, aunque no sabía precisar si era valiente o idiota al tener esa actitud desafiante.

—¿Olvidaste que teníamos una reunión? Te estamos esperando. —Lilia en un suspiro se calmaba.

—Lo olvidé, de vez en cuando puedo olvidarme de alguna reunión. Es igual como cuando ustedes se olvidan de mi.

—Bueno deja los resentimientos, dáte prisa, no podemos iniciar la reunión sin ti.

Era la conversación de los dos que vestían uniformes similares, ignorando a Ciel que solo los oía. Los fantasmas que habian permanecido callados se les acercaban.

—Señor Draconia ¿Qué hará con el niño bonito? —Cuestionó uno de ellos— Si usted lo desea podemos cuidarlo.

—¡Yo no voy a quedarme con ustedes!

El joven novato se negaba con molestia, trataba de rehuir al acoso de estos seres sobrenaturales que comenzaron a flotar alrededor suyo.

—Ni siquiera es tan lindo... —Lilia con un tono despectivo aclaraba, el joven no entendía mucho de estos asuntos pero al tener una prometida celosa de algo podía estar seguro ese fastidio eran los celos injustificados de alguien enamorado, como justamente actuaba este muchacho de cabello bicolor. ¿Ellos tenían una especie de relación amorosa?

—¿Cómo que no es lindo? —El otro fantasma refutaba, Ciel sintiendo escalofríos escuchaba esos halagos— Su piel es suave, el color de su cabello combina perfecto al de su ojo, tiene unos rasgos bonitos... ¿No creen? Se siente agradable verlo.

Malleus notaba el sonrojo de este niño, debía admitir que era hermoso pero eso no era suficiente para quedarse en este mundo ¿O si? Como sea tenía un trato aunque bien podía tomarlo como un reto personal, desarrollar la magia en alguien que tenía cero experiencia podría resultar interesante para sus investigaciones.

—Creo que por ahora dejáremos esto así, vamos Ciel.

Malleus se le acercaba, mirándolo fijamente tocaba su cabeza, el joven desviaba apenado la mirada.

Ciel In Twisted Wonderland Donde viven las historias. Descúbrelo ahora