Amor

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Malleus a pesar de las prejuiciosas y temerosas miradas de todos abrazaba a Ciel, sabía lo fuerte que era pero como cualquier humano tenía sus momentos de vulnerabilidad, el exponer su pasado de esa forma sin duda lo había alterado un poco. Reconfortarlo ahora, más que un deber era un privilegio por el amor que le embargaba, ser su soporte le hacia sentir importante en su vida y solo por este ambiguo sentimiento de felicidad refrenaba su enojo, en silencio pretendían retirarse cuando sintieron que alguien se les acercaba.

—No tienen que irse por unos inmaduros que les gusta chismear... Vengan a sentarse conmigo en primera fila. —Era lo que Vil con firmeza decía, los pocos que quedaban alrededor de ellos se alejaban al notar la molestia del lider de Pomefiore— No van a rechazar mi invitación ¿Verdad?  

Ciel al oírlo parecía entrar en razón, apartando un poco su rostro del regazo de Malleus dedicaba una mirada a Vil ¿Seguiría en pie su invitación al ver su ojo marcado?

—Sabía que te verías mejor sin ese horrible parche... Vamos. —Vil aclaró con una sonrisa sorprendiendo a la pareja, sin duda era un gesto muy amable de su parte.

—Si Ciel... Vamos adelante... Vil... ¿Me regalarás palomitas?

Grim decía mientras se acercaba a Ciel sin dejar de sonreírle lo animaba, tal vez no tenía mucho de conocerlo pero en esos pocos días juntos aprendió a quererlo y sabía que su pacto infernal no influía en su forma de ser. Ciel solo era Ciel no importaba nada más.

—¡No abuses de mi amabilidad!

Expresó Vil caminando firme por el pasillo hacia los asientos de adelante, Malleus lo miró, Ciel a su vez también fijó su mirada bicolor en él asintiendo con la cabeza afirmaba que podían quedarse. La vulnerabilidad propia de su naturaleza humana lo hizo verse frágil por unos largos segundos pero no era su manera de afrontar las situaciones complicadas, levantando la cabeza tomando la mano de Malleus seguía a paso firme al galante anfitrión de esa función de cine. Era la primera vez en años que afrontaba al mundo sin ese parche que ocultaba hasta ahora su mayor secreto, su alma no le pertenecía era propiedad de un  demonio en un mundo ajeno ¿Quién podía juzgarlo por tomar aquella desesperada decisión hace unos años?

El mago sentado a su lado sonreía sutil sintiendo el corazón latir con fuerza al mirar a su Ciel que era tan hermosamente fascinante, nunca había conocido a alguien que provocara tal cúmulo de emociones en su ser entonces así tuvo respuesta a una pregunta que rondaba su mente hace unos días. Si, haría lo posible por hacer que este niño se quedara a su lado, buscaría la magia perfecta para que no volviera a su mundo. No podía saber si Ciel quería quedarse o volver a su mundo ¿Estaba siendo egoísta al tomar esta decisión? No lo sabía pero de lo que estaba seguro era en no preguntarle, tal vez su amor era caprichoso pero a la vez sincero y profundo, su único anhelo era querer ser y hacerlo feliz.

Durante la película cuyo protagonista era Vil no hablaron de lo sucedido anteriormente, Ciel olvidó aquello para disfrutar entretenido de lo que se reflejaba en esa gran pantalla, las imágenes en movimiento lo tenían fascinado. Por momentos se sobresaltaba, sonreía y dedicaba miradas de reojo a Malleus que parecía más atento a sus gestos que a la película.

—¿Qué te pareció? ¿Crees que me vi bien? —Vil con una sonrisa cuestionó a Ciel cuando la película acabó— Vaya parece que sigues emocionado por la película. No te culpo es muy buena.

—Fue fantástica... No había visto algo así antes.

—Ohh bueno entonces si a Malleus no le molesta podría invitarte otro día a ver una maratón de mis películas favoritas. Sé que te gustarán.

—Si vengo con él no hay problema...

—Malleus que posesivo eres —Vil dijo irónico cuando se apartaba de la pareja— Yo les aviso sobre nuestra cita.

Ciel In Twisted Wonderland Donde viven las historias. Descúbrelo ahora