Capítulo 2

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Bostece por ¿quinta vez? y me tallé los ojos con los dedos

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Bostece por ¿quinta vez? y me tallé los ojos con los dedos. La sensación era tan satisfactoria. Conciliar el sueño me fue difícil y despertar me resultó muy fácil, agh, odio eso. El colchón del departamento es, por mucho, más cómodo que este. ¡Lo hubiera traído arriba del techo del auto de Miguel de haber recordado que este ya está muy viejo!

Lo tengo como desde que... tengo uso de razón.

El renacuajo y yo acordamos el lugar y la hora de nuestro encuentro. Sugerimos vernos al día siguiente, es decir hoy, desde muy temprano ya que ambos teníamos el día libre.

Quisiera decir que estoy bien mentalmente y que no pienso mucho en el tema de nuestro encuentro y de lo que pueda suceder, pero mi cabeza ya a creado muchos escenarios, algunos han sido tan tristes que no he podido evitar derramar un par de lágrimas, y otros han sido tan emotivos y felices, que me muero de la envidia por qué se eso no pasará y es deprimente.

Y físicamente tampoco estoy bien... dramática, sí, otra vez. Me estremezco al repetir en la mente el susurro de sus palabras, lo decidido que sonó al decirme que me extraña y quiere verme.

Llevé mi dedo índice a la boca y lo aplastó con los dientes, inevitablemente, solté un grito cargado de muchas emociones positivas.

Un poco recuperada mire una vez más la hora en la parte superior de la pantalla del teléfono. Era demasiado temprano para alistarme y aun así me surgió una fuerza poderosísima y me levanté de la cama.

Extraño, es muy raro.

Bueno, si tiene una explicación: no sé porque siento que se me hará tarde si no comienzo hacer las cosas desde temprano, odio esa sensación.

Bueno, si tiene una explicación: no sé porque siento que se me hará tarde si no comienzo hacer las cosas desde temprano, odio esa sensación

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Hice un mohín al abrir la puerta del armario, había mucha ropa que no me había llevado más la que traje conmigo. Entre todo eso, quizá la tercera parte era vieja, otra parte sin usar y la última es la que siempre uso. «Algo cómodo, Desirée».

Bien, una falda, chamarra y botas de estilo militar cortas, todo eso de color negro y una blusa blanca de tirantes que tiene un estampado de una carita feliz.

Desvíos del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora