Capítulo 5

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Septiembre 8, 1990, Hospital San Mungo de Enfermedades y Heridas Mágicas.

Nicholas llevaba 3 días en el hospital, siendo pinchado más de cinco veces todos los días, cosa que el chico odiaba. La mayor parte del tiempo estaba dormido, debido a que se sentía muy débil, y le costaba mucho comer, porque la mayoría de lo que ingería terminaba vomitándolo. Habían días en los que los sanadores creían que Nicholas estaba más grave, porque su respiración se aceleraba y el aliento con olor a frutas, que era lo que más demostraba la cetosis diabética, empeoraba, pero después de unas horas, el chico se recuperaba, lo que dejaba a los sanadores más tranquilos.

Severus, en cambio, no había podido dormir nada esos días. Se pasaba día y noche sentado junto a la cama de Nicholas, tomando su mano, tratando de que comiera, cuidándolo y tratando de que el chico estuviera cómodo. Una vez al día, iba a su casa en Spinner's End, se duchaba y se ponía ropa nueva, solo para volver a estar junto a Nicholas. Simplemente no podía dejarlo solo.

Se suponía que él y Iris se turnarían para quedarse en las noches con Nicholas, debido a que Iris tenía que ir a ver a John, que era prácticamente su hijo, pero de todas maneras Severus no se quería alejar de su muchacho. Se le era imposible imaginarse a sí mismo durmiendo mientras Nicholas estaba internado en San Mungo.

Ya les habían indicado que cosas Nicholas no podría comer, y entre ellas estaba una gran cantidad de comida, tanta que Iris no podía imaginarse qué podría comer su hijo. Ni siquiera jugo de frutas podía tomar, así que Iris y Severus habían decidido que seguirían al pie de la letra la dieta del sanador, y ya habían comprado todo para que en sus respectivas casas la comida estuviera disponible para Nicholas. Severus, que a diferencia de Iris no tenía a nadie más que Nicholas viviendo con él de vez en cuando, había decidido que para hacerle la dieta más fácil a su hijo, la seguiría con él, y comería lo mismo que el chico. Después de todo, a Nicholas se le haría más fácil sabiendo que estaba acompañado, y además era una dieta muy sana, que Severus no tendría problemas en seguir. Además, Dumbledore les había dicho que permitiría que Nicholas jugara en primer año Quidditch, en cualquiera fuera la casa en la que quedara, para que el chico pudiera hacer deportes en Hogwarts, y además se le avisaría a los elfos domésticos que el chico necesitaba comida especial, para que pudiera encontrar lo necesario para comer. Debido a que no era una enfermedad común en los magos, Nicholas era el único niño en Hogwarts que tenía diabetes, así que sólo por él se harían esos arreglos. Severus y Iris le habían agradecido enormemente a Dumbledore, pero él, después de mover la mano dando a entender que no importaba, les había dicho que para él también era importante la salud de Nicholas.

Y en ese momento, allí se encontraba Severus, sentado junto a la cama de su hijo, que estaba sentado haciendo sus deberes de matemáticas. Severus se había preocupado de traerle todo lo necesario para que se pusiera al día con sus tareas, y aunque Nicholas había alegado al principio, después había admitido que no tenía nada más que hacer y que al final era más divertido hacer tareas que estar sentado todo el día sin hacer nada.

-¿Papá? ¿Cuánto es 7x6?-preguntó Nicholas, frunciendo el ceño.

-42-respondió Severus, mirando los deberes de su hijo. Nicholas no era el mejor en matemáticas, pero por lo menos le ponía esfuerzo-y 5x5 no es 23, es 25.

Nicholas tomó su goma y borró su resultado equivocado-ups.

-¿Quieres tomarte un descanso?-preguntó Severus y al ver que Nicholas asentía, tomó el cuaderno y lo dejó sobre la mesita de noche.

Después, tomó la mano de su hijo y depositó un tierno beso en el dorso de la mano.

-Te quiero mucho-susurró Severus, mirando a su hijo.

Nicholas SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora