Agosto 1, 1994, Ministerio de Magia, Inglaterra.
Ese día Nicholas cumplía 14 años, ese día se haría una gran celebración en la mansión de los Merodeadores, a la que James y Sirius habían invitado a mucha gente, a pesar de la guerra, diciendo que era importante que Nicholas fuera celebrado como era debido.
Sam y John, que ya eran pareja oficialmente y todos sabían al respecto, se habían encargado de la decoración, mientras Harry ayudaba a Iris y a Lily en la cocina con la preparación de la comida.
Los Merodeadores se habían encargado de comprar todas las cosas necesarias para que Nicholas tuviera un cumpleaños increíble, desde globos que explotaban hasta fuegos artificiales.
En resumen, todos se estaban preparando lo mejor posible para que Nicholas tuviera el mejor cumpleaños posible.
Nicholas esos días había estado desanimado, escondiendo su tristeza. No había hablado mucho con su padre y se había enterado, por medio de Jasper, que Calypso y Darren se habían mudado a la casa de su padre. Nicholas sabía que Darren entraría a Hogwarts el curso siguiente, y estaría en el mismo curso que Nicholas, pero el chico ya le tenía rabia, no quería que estuviera en su misma casa. Ese chico tenía la oportunidad de estar con SU padre todo el día, mientras que Nicholas ni siquiera lo había visto en las vacaciones. Sabía que en parte era su culpa, debido a que su padre había intentado invitarlo a su casa, pero Nicholas siempre ponía la excusa de que estaba cansado, o de que estaba haciendo algo con Sam y los demás Merodeadores, así que no tenía tiempo. Pero la verdad era que no quería ir a la casa de su padre, no quería ver su habitación siendo usada por un chico que ni conocía, no quería saber nada de la nueva familia que su padre estaba formando, una familia que no lo incluía, una familia de la que nunca se sentiría parte.
Estaba enojado con su padre, pero no podía evitar extrañarlo, querer estar con él... pero no sabía cómo hablar con su padre y decírselo, así que había preferido alejarse. De todas maneras, tenía a los Merodeadores, que siempre habían hecho el papel de padres con él, así que no estaba realmente solo. Con James, Sirius y Remus, había veces en que se hacía difícil extrañar a su padre, se hacía difícil recordarlo cuando ellos estaban siempre haciendo reír a Nicholas.
Pero de todas formas lo extrañaba, y se sentía tonto por eso.
A Nicholas le habían encomendado quedarse en su habitación durante el día. Querían que la celebración fuera una sorpresa para Nicholas, querían que el chico no supiera lo que estaba pasando en la casa. Pero Nicholas había encontrado una mejor manera de pasar su tiempo. Desde que habían salido de Hogwarts, Sam y él habían entrado a la academia de Aurores, a la que iban dos veces por semana, a entrenar. Así que Nicholas había decidido tener una clase extra con Ojoloco, que también estaba invitado en la noche. Tener una clase personal con Ojoloco era mucho más divertido que quedarse en su habitación todo el día.
-¿Estás listo?-preguntó Ojoloco. Nicholas tomó su varita y asintió.
Se encontraban en una de las habitaciones de práctica para los Aurores en el Ministerio de Magia, lugar que Ojoloco había preparado especialmente para preparar a Samuel y a Nicholas.
Ojoloco agitó su varita y de pronto la habitación cambió. Se encontraban en un bosque muy espeso, y no se veían las paredes de la habitación. Nicholas aguzó el oído, Ojoloco ya no estaba a su lado, estaba solo. Se puso de pie detrás de un árbol, con la varita en ristre. Sabía que vendría un ataque, esas habitaciones estaban hechas para practicar con "mortífagos" y prepararse en una situación de peligro.
Y entonces Nicholas escuchó el sonido de una rama rompiéndose. Alguien estaba cerca. Nicholas se dio la vuelta justo a tiempo para encontrarse con cinco mortífagos. Sonrió. Ojoloco se la había puesto difícil esa vez. Comenzó a lanzar maleficios a diestra y siniestra, agachándose y rodando por el suelo para que no le llegaran los maleficios de los mortífagos. Todos los maleficios que lanzó los hizo en silencio, Ojoloco (contra lo que creía su padre) había dicho que era importante que supiera hacer magia sin hablar, así que Nicholas se había esforzado y en menos de tres semanas había aprendido cómo hacerlo, había logrado hacer magia sin decir una palabra, sólo pensando.
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Nicholas Snape
Fanfiction¿Como sería la historia del hijo de Severus Snape? ¿Cómo sería crecer alrededor de los Merodeadores cuando tu papá es Quejicus? ¿Cómo sería si Harry nunca hubiera sido el niño de la profecía si no un chico común y corriente que crece con sus padres...