Capítulo 12

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Enero 1, 1994, Marauder's Mansion, Inglaterra.

Nicholas despertó sintiéndose muy cansado, sintiendo la garganta extraña, como si hubiera tragado algo particularmente seco. Abrió los ojos de a poco y notó que había alguien durmiendo a su lado. Al principio pensó que era Sam, que muchas noches se recostaba junto a Nicholas porque, aunque no le gustaba admitirlo, Sam odiaba dormir solo. Pero cuando abrió más los ojos, se dio cuenta que no se trataba de Sam, sino que de su padre. Lo miró confundido, e intentó moverse, pero Severus tenía un brazo alrededor del pecho de Nicholas, lo cual le hacía imposible moverse, y su padre estaba profundamente dormido.

Miró a su alrededor. Estaba en su habitación, pero ninguno de sus amigos estaban allí. Iris, su madre, estaba dormida en la cama de John, y tenía la cara marcada por las lágrimas. ¿Habría pasado algo? La verdad era que Nicholas no recordaba nada de lo que había pasado el día anterior, no tenía idea qué había pasado en la fiesta. Sabía que había bebido y fumado marihuana, pero no sabía qué más había pasado, no lo recordaba.

-¿Papá?-susurró, moviendo a su padre levemente.

Severus despertó sobresaltado y miró a su hijo, con ojos cargados de cansancio.

-Nick... ¿estás bien?-susurró su padre, poniendo una mano en su frente.

-Si...-susurró el chico, confundido-¿Qué pasó?

-¿No recuerdas nada de ayer?-preguntó Severus, mirándolo sorprendido. Nicholas negó-realmente estabas muy borracho, entonces.

Nicholas se puso rojo y corrió la vista-papá, nosotros convencimos a James y a Sirius, fuimos Sam y yo, no ellos.

-Ellos son los adultos, Nicholas-dijo Severus, sentándose y mirándolo-ellos deberían haber sido capaces de decir que no, y lo sabes.

Nicholas también se sentó-ya somos grandes, papá. Tienes que entender eso.

-Tienen 13 años, ESO no es ser "grande"-respondió Severus, levantándose-de todas maneras, estás castigado.

-¿Castigado?-repitió Nicholas, frunciendo el ceño-vamos, papá...

-No-dijo Severus, duramente-te pusiste en riesgo, demostraste que no puedo confiar en ti cuando se trata de la diabetes.

-¡No es mi culpa ser diabético! ¡Me cuido lo mejor que puedo!-exclamó Nicholas, furioso-¡estoy siempre inyectándome y midiendo el azúcar! ¡No como nada que no debería! ¡Siempre me cuido!

Severus se cruzó de brazos-cuidarse es en todo momento, incluso en una fiesta. Tienes que entender, Nicholas, que a mi y a tu madre nos matarías si te pasara algo.

-¡No puedo vivir con miedo todo el tiempo!-exclamó Nicholas, levantándose-¡no puedo vivir teniendo miedo a que me pase algo! ¡Tengo derecho a vivir!

-¡Pero tienes que vivir con cuidado, Nicholas! ¡¿Quieres morir?! ¡¿Quieres entrar en coma diabético y que te perdamos?! ¡Tienes que pensar en la gente que te rodea, Nicholas! ¡En mi! ¡En tu madre! ¡En Samuel! ¡Te amamos y nos volveríamos locos si algo te pasara!

Iris abrió los ojos y los miró sorprendida-¿Nick...?

-¡Nunca me entienden!-gritó Nicholas, empuñando las manos-¡Siempre me tratan como un bebé!

-Ten cuidado a quien le gritas, señor...-susurró Severus, peligrosamente.

-¡NO! ¡Estoy harto de ustedes! ¡TODOS creen en mi! ¡Me mandan en misiones peligrosas! ¡Me confían las cosas más importantes de la Orden! ¡Y siempre lo hago bien! ¡Pero ustedes son los únicos que no creen en mi! ¡Nunca han creído en mi!-gritó Nicholas, caminando hacia la puerta-¡Tienen que creer en mi!

Nicholas SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora