Febrero 12, 1991, Marauder's Mansion, Inglaterra.
Remus, sentado junto a Sirius en la sala de estar de la mansión de los Merodeadores, no paraba de reír al ver a Nicholas y a Sam, en sus formas animagas, jugando en el suelo. Los chicos se mordían y giraban por el suelo, uno encima del otro, sin dejar de maullar, en el caso de Nicholas, y ladrar, en el caso de Sam.
Los chicos habían pasado mucho tiempo en sus formas animales desde que les habían mostrado que sabían hacerlo en Navidad. Incluso había veces en las que dormían en sus formas animales, debido a que decían que era mucho más cómodo dormir así.
Lily y Iris no estaban muy de acuerdo a que pasaran mucho tiempo en sus formas animales, decían que era importante que los chicos no se olvidaran que, por sobre todo, eran humanos, y por eso mismo Harry y John, que eran muy obedientes a sus madres, muy pocas veces se transformaban. Pero Nicholas y Sam, que siempre habían sido mucho más traviesos que los demás chicos, estaban siempre corriendo por la casa en sus formas animales.
Nicholas, además, decía que cuando pasaba tiempo en la casa de su padre, que era por lo menos dos veces a la semana, no se podía transformar, debido a que a su padre, Severus, no le gustaba mucho cuando lo hacía, así que Nicholas aprovechaba de hacerlo todo lo que podía cuando estaba en la mansión de los Merodeadores.
Remus no entendía qué problema tenía Severus con que Nicholas se divirtiera como Albo, después de todo, no era peligroso y el chico lo pasaba increíble cuando podía jugar como un pequeño cachorro de león blanco.
-¡Chicos! ¿De nuevo?-preguntó Iris, entrando en la habitación. Lily, Harry, John y Evan venían detrás de ella.
James estaba sentado en uno de los sillones que había en la sala de estar, también riendo al ver a Nicholas y a Sam jugar.
Sam y Nicholas volvieron a convertirse en humanos de inmediato, y sonrieron traviesamente.
-¡Es muy divertido ser Albo!-dijo Nicholas, levantándose y acercándose a las galletas para diabéticos que su madre había traído a la mesa.
Ese día era sábado, y Nicholas no había podido ir a la casa de su padre, debido a que Severus estaba trabajando en la poción para diabéticos. La poción se había convertido en todo un éxito en Inglaterra, y Severus había tenido que hacer muchas versiones para San Mungo, que la pedía con ganas. Nicholas ya la había tomado, y le había ayudado mucho, por lo que ahora muy pocas veces se inyectaba para regular la insulina.
Pero como Nicholas no había podido ir a la casa de su padre, habían decidido tomar el té todos juntos, como siempre aprovechaban cuando estaban todos los que vivían en la casa.
-No pueden estar convirtiéndose todo el tiempo-dijo Lily, negando. Se sentó junto a Harry y lo abrazó por los hombros.
-¡Es divertido!-exclamó Sam, riendo-además así podemos jugar bruscamente sin que nos castiguen.
James, Remus y Sirius rieron frente a esto, pero Evan enarcó una ceja. Evan siempre había sido el más serio de sus amigos.
-Albo, Neger, ¿por qué no nos muestran ese truco que aprendieron el otro día?-preguntó James, acomodándose en su asiento. Desde que Nicholas y Sam se habían transformado, los Merodeadores habían comenzado a decirles por lo que ellos llamaban sus "apodos Merodeadores". Nicholas y Sam se sentían tan orgullosos de sentir que eran parte de los Merodeadores, que sonreían cada vez que los adultos usaban esos nombres.
Nicholas y Sam volvieron a transformarse, para disgusto de Iris y Lily, y Albo se puso de pie sobre las patas de Neger, que estaba de espaldas en el suelo.
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Nicholas Snape
Fanfiction¿Como sería la historia del hijo de Severus Snape? ¿Cómo sería crecer alrededor de los Merodeadores cuando tu papá es Quejicus? ¿Cómo sería si Harry nunca hubiera sido el niño de la profecía si no un chico común y corriente que crece con sus padres...