Nicholas Snape

Capítulo 17

Agosto 21, 1994, Marauder's Mansion, Inglaterra.

Cuando Nicholas había vuelto, dos días atrás, exhausto y con la ropa totalmente manchada, los Merodeadores y su madre se habían asustado mucho. Habían intentado preguntarle qué había pasado, pero Nicholas se había negado a decir una palabra. Lo único que les había mencionado era que no quería ver a su padre nunca más en su vida, y que Calypso era una bruja.

Iris había salido de inmediato por la chimenea, y había aparecido en la Mansión Prince, donde le había dado una buena reprimenda a Severus, y le había prohibido volver a acercarse a su hijo. Severus había asentido en silencio, pensando que luego tendría la posibilidad de hablar con Iris y con Nicholas en el momento en que ambos estuvieran más calmados. Pero aunque había tratado dos días seguidos, James, Sirius y Remus se preocupaban de no dejar entrar a Severus a la casa.

Al final, Severus se había rendido, y había decidido que lo mejor era hablar con Nicholas cuando estuviera en Hogwarts. Había tenido, además, una larga conversación con Calypso, en la que la mujer le había pedido perdón de todas las maneras posibles, diciéndole que simplemente estaba enojada con Nicholas por la manera en que había tratado a Darren en la fiesta. Por unos días, Severus y Calypso habían dormido separados, en distintas habitaciones de la mansión, porque Severus no soportaba verla debido a la rabia que tenía, pero después de unos días, no había sido capaz de seguir sin hablarle. Sabía que había sido muy mala con Nicholas, pero no podía evitarlo... la amaba, y no quería perderla. De todas formas, le había hecho prometer que en el futuro, cuando recuperara a Nicholas, sería amable con él, y no trataría de inculparlo y excluirlo de los momentos familiares. Al final, Calypso había aceptado, y incluso Jasper, que había perdido toda la confianza en la novia de su padre, la había perdonado.

Pero Nicholas, que en ese momento se encontraba sentado junto a Sam en la sala de estar de la mansión de los Merodeadores, no iba a olvidar tan fácil. Su padre no lo había defendido, y se había pasado días enteros trabajando, agotado, siendo tratado injustamente. Su padre, por lo que él sabía, no había ido a verlo y pedirle perdón, simplemente había desaparecido, y cuando Nicholas le había preguntado a su madre si sabía qué había pasado con Calypso, ella simplemente le había dicho que su padre seguía con ella.

Nicholas no podía creerlo. Era su padre. Nicholas había sido su hijo mucho antes de que conociera a esa bruja, y nuevamente Severus estaba eligiendo a otra persona por sobre él. Nicholas no volvería a confiar en su padre, nunca más. No volvería a llamarlo "papá". Nicholas ya no tenía papá.

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Ese mismo día, a las 6:00pm, Nicholas estaba más nervioso de lo que había estado en mucho tiempo. Ese día tendría una reunión con la Orden, y sabía que su padre estaría allí. Iris, notando el nerviosismo de su hijo, le había preguntado si prefería quedarse en la casa, pero Nicholas no era de los que escapaban del peligro. Enfrentaría a su padre, y le haría entender que Severus Snape y Nicholas Snape ahora simplemente compartían el apellido, y que esperaba que eso cambiara pronto.

Junto con los Merodeadores, sus hijos y sus parejas, Nicholas se metió en la chimenea, con polvos flu en su mano, y desapareció en dirección a Grimmauld Place, el cuartel general de la Orden. Cuando llegó, se encontró con todos los miembros de la Orden que ya conocía, entre ellos Dumbledore, que normalmente no se veía en todas la reuniones. Algo debía haber pasado.

Nicholas y Sam se miraron confundidos por la presencia de Dumbledore, y, para distraerse, comenzaron a saludar a los demás miembros, que los recibieron con abrazos y risas, sobretodo Ojoloco Moody, que siempre había adorado a esos dos chicos.

-¡Cuarto año! ¿Están emocionados?-preguntó Moody, poniendo ambas manos en los hombros de los chicos y guiándolos a la cocina, donde todos iban a sentarse para comenzar la reunión.