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Luego de aquellas palabras que salieron de la boca de Jimin, salí corriendo como una cobarde, como una pequeña niña, cuando le gritan, pero con las mejillas sonrojadas, mi cara parecía un tomate.

Paso exactamente una hora, caí rendida a la cama, me moría de sueño, solo faltaba unas horas para que amanezca. Me tape con la sabana, conciliando el sueño.

[...]

Sentí un aire caliente en mi nuca que me hizo despertar, parpadee varias veces, era imposible moverme, los brazos de Jimin me tenía aprisionada a su cuerpo, ¿Cómo lo sabia?, por el olor del perfume que entraba por mi fosas nasales, no había ningún hombre mas, que solo el en mi casa, además ese aroma ya se me estaba haciendo costumbre.

¿Cómo rayos entro a mi habitación? yo le había puesto seguro.

De nuevo los recuerdos volvieron, un Jimin sobrio pidiendo que lo bese, sus manos tocando mi cuerpo descaradamente, su lengua en mi cuello, había mucho que procesar en mi cabeza aun, todos aquellos pensamientos fueron interrumpidos al escucharlo reírse, la mano que estaba en mi cintura, subió hasta mis pechos en donde los apretujo, para luego sentir un beso en mi cuello.

Mordí mi labio, deteniendo que salga algún gemido, opte por cerrar mis ojos y hacerme la dormida. Podía sentir su dura erección en mis nalgas, se restregó lentamente sin nada de vergüenza, soltando un gemido ronco por aquel roce, yo solo pase saliva, debía admitir que se sentía bien.

‒ Deja de hacerte la dormida, se que estas despierta Heesook ‒ su voz ronca de Jimin recién levantado era tan adictivo para mís oídos. No dije nada, a los segundos otra vez empezó a moverse lentamente, soltando uno que otro gemido ‒ dime...¿Te gusta? ‒ preguntó.

‒ Jimin de-tente ‒ pedí, pero no me hizo caso, este siguió restregándose ‒ ba-basta Jimin ‒ rápidamente me volteo quedando esta vez boca abajo, y ahí es donde solté un gemido al sentir una nalgada, muy fuerte.

‒ Se que no quieres que me detenga, lo puedo sentir Heesook, deja de hacerte la difícil, joder ‒ otra vez sentí su mano en mi nalga, bofeteándola, no iba mentir si decía que no me dolía, estaba segura que mi trasero iba a quedar rojo, luego ‒ se que deseas que te coja muy duro ‒ susurro en mi oído, demasiado satisfactorio para mi.

De un rápido movimiento de parte de el, quedamos cara a cara, solo a unos centímetros tenia esos labios carnosos, este empezó a acercarse, yo por instinto cerré mis ojos. Pero no hizo lo que pensaba, al contrario lo escuche reírse.

‒ Pensabas que te iba a besar ‒ una sonrisa socarrona adorno su lindo rostro ‒ pues no lo hare ‒ se paró de la cama, dejándome totalmente confundida ‒ Buenos días Heesook ‒ abrió la puerta, pero antes de salir habló ‒ gracias por dejarme quedarme en tu casa ‒ dicho esto cerró la puerta, desapareciendo de mi vista.

Como de costumbre, Namjoon estaba en la entrada de la escuela, parado con los brazos abiertos, corrí y lo abrace, este me dio un beso en la frente para luego entrar a nuestras respectivas aulas.

Toda la mañana había trascurrido normal como de costumbre. El timbre sonó, dando a entender que las clases habían terminado, empecé a guardar mis cosas en mi mochila.

‒ Joder Heesook, desde aquí me das una buena vista de tus pechos ‒ escuche a hablar a Jungkook, que por cierto tuve que soportarlo toda la mañana.

Rodee los ojos, ignorándolo, termine de guardar mis cosas y me puse la mochila en la espalda, para luego salir del aula, dejándolo solo.

Se me hizo raro que Nam no me esté esperando, tal vez en un rato viene. Decidí sentarme en una de las bancas cerca a la puerta de salida del colegio, esperando a Namjoon.

Los minutos pasaron, y mi mejor amigo no venía, al no verlo, decidí ir sola a casa, no era la primera vez que me iría sola, ya lo había hecho antes. Suspire, me pare de banca en dónde estaba sentada, para luego salir del colegio.

Caían pequeñas gotas de agua, si, estaba apunto de llover, y yo que no había traído un paraguas para poder cubrirme, llegaría a casa empapada.

Escuche como un carro freno a un lado mío.

- ¿Cuándo aprenderas a llevar un paraguas Heesook? - voltee encontrándome con Jimin - vamos, sube.

Negué, era mala idea subirme, después de aquel momento tan caliente en mi habitación, tenía demasiada vergüenza.

- Andale sube, o prefieres llegar toda mojada a tu casa, y que te de un resfrío- habló, para despues susurrar algo inaudible, que por suerte logré escuchar perfectamente - aunque me gustaría verte mojada.

Rodee los ojos, él tenía razón, no quería llegar empapada a casa, no quería enfermarme otra vez, asi que opte por subirme a su carro, sentandome al lado de él, este arrancó de inmediato.

Saqué mi celular de mi mochila al escucharlo sonar, era un mensaje de Namjoon, en donde me decía el porque no me había esperado.

Pequeña, disculpa por no haberte esperado en la salida, tuve que quedarme a ayudar a Jin a recuperar un curso, lo siento mucho, prometo el lunes acompañarte, ¡Te quiero!.

Guarde mi móvil a mi mochila, apoye mi cabeza en la ventana, mirando todo el camino. Pegué un brinco al sentir su mano en mi pierna.

- Tranquila, no me tengas miedo Heesook - me regalo una sonrisa, tratando de mostrar confianza - dime..¿Te gusto lo de hoy en la mañana?.

Me quedé atónica, yo tratando de olvidar aquel momento toda la mañana, y el viniendo a recordarmelo.

- Yo... - su mano subió un poco más, desconcentrandome por completo - no me... - no me dejo terminar de hablar, interrumpiendome de inmediato.

- No me digas que no te gusto, porque se muy bien que eso es mentira - frenó el carro, para luego voltearse, mirándome fijamente, con aquella mirada que me intimidaba - puedo hacerte aún mas cosas, de las cuáles te encantaran, pero no lo haré sin tu consentimiento pequeña, quiero que de esa linda boquita que tienes salga un " si, hazme lo que tu quieras ", no es nada difícil ¿cierto?, puedo llevarte al mundo de las maravillas.

Saco su mano de mi pierna, para de nuevo arrancar. Él tenía razón cuando decía que mentía, porque en realidad me había gustado lo de esta mañana.

Después de aquellas palabras dichas por él, me sentía muy inquieta, tenerlo a un lado mío, me ponía nerviosa, al tal punto que empecé a mover mis pies; eso siempre hacía cuándo estaba muriéndome de los nervios.

- Heesook deja de mover tus pies, haces que tu falda se levanté, no quiero descontrolarme, no hagas que me arrepienta de lo que acabó de decir, y te folle aquí mismo.

- 爱;;

¡Holaa! sí, volví, luego de algunas semanas sin actualizar, disculpenme por la demora. Espero que les guste este capítulo, prometo volver más seguido.


Si ven algún error mil disculpas, lo corregiré^^

Desire; pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora