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Sonreí al escucharlo y sin resistirme lo agarré de la mandíbula atrayendolo a mí para besarlo nuevamente y susurrarle:

- Házlo, no esperemos más hazme tuya una vez más.

Y eso era lo que él esperaba para seguir, hizo que me parará para luego el también hacerlo quedándome confundida.

- ¿No querrás hacerlo aquí teniendo los ojos de todos encima de nosotros de aquí no? - dijo vacilando.- yo no tengo problema con eso linda, pero no sería de buen agrado para algunas personas vernos, perturbariamos a niños, y también no quiero que nadie te vea sin nada, mejor vayamos a un lugar más seguro.

Reí, por un momento estaba pensando en hacerlo aquí en frente de todos. Solo asentí y me deje llevar por lo él. Caminamos hasta llegar a una pequeña cabaña abandonada que estaba cerca del lugar dónde antes estábamos.

- Aquí nadie entra porque según dicen que hay fantasmas, supongo que hoy sabremos si es verdad - sonrió para agarrarme de la cintura apegandome a él y cerrar la puerta con su pie.

- ¿Estás seguro que nadie viene aquí? - dije poniendo mis manos en sus hombros.

Asintió besando mi mandíbula para luego detenerse y verme a los ojos.

- ¿Te estás arrepintiendo? - elevo una de sus cejas - dime si quieres que me detenga, lo podemos hacer...

No lo deje terminar cuándo esta vez fuí yo quien lo agarro de la mandíbula para acercar mis labios y besarlo como si nunca más lo haría de nuevo, él por su parte solo sonrió bajando sus manos a mi trasero para después apretarlo haciendo que suelte un jadeo en su boca.

- No me estoy arrepentiendo, quiero hacerlo. - dije muy segura al separarme de él.

- Nunca pensé que aquélla chica orgullosa y inocente se convertiría en una muy lista y descarada, me encanta ese lado tuyo pero prefiero el primero, yo soy el que manda aquí linda.

Dijo para cargarme y empezar a subir unas escaleras llevándonos al segundo piso en donde había una puerta la cuál entramos viendo una cama ahí raramente, al parecer esta cabaña ya tenía un dueño porque la habitación estaba muy bien decorada, ¿no se suponía que estaba abandonada?.

- Esta cabaña al parecer si tiene dueño - solté cuando me dejó caer en la cama cayendo sentada en esta.

- Dueña - me corrigió con una sonrisa.

- ¿Pero no que estaba abandonada? - pregunté confundida.

- Lo estaba, pero ahora es tuya eres tú la dueña - dijo sacándose el polo, ahora estaba más confundida.- bien lo de que estaba llena de fantasmas era mentira, te pondré en contexto pero en un par de segundos - habló mirando el pequeño reloj que estaba colgado en la pared.- 5,4, 3,2,1, es mi regalo de cumpleaños para ti Heesook.

Dijo señalando el reloj dándome cuenta que ya eran las doce siendo por fin mi cumpleaños, sonreí como tonta al saber que el había planeado todo esto desde días y el haberme dado una cabaña al frente del mar como regalo.

- Yo..no lo puedo creer - dije aguantando las ganas de llorar en frente de él.- Gra-cias, enserio muchas gracias.

Me tiré a abrazarlo siendo correspondida al instante, Jimin cada día me sorprendía con cada cosa que hacía lo cual me dejaba sorprendida. Después de un rato abrazándolo me separé para mirarlo y besarlo, no podía esperar ningún segundo sin estar separada de sus labios se habían vuelto mi droga, Jimin se a había vuelto mi droga, mi adicción y mi perdición.

Nunca pensé que Jimin haría esto, el recordar mi cumpleaños es díficil de asimilar aún. Él lo tenía todo planeado ya desde hace días por eso me había pedido viajar con él.

Desire; pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora