21. Amenazas

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- Soy Alex... Y soy hermano de Andrea

- Lo sabía, tú eres Alex, pero ¿qué? ¿Hermano de Andrea?..

Por eso se me hacía tan familiar ¡HERMANO DE ANDREA! No puede ser, esto explica muchas cosas, pero ¿cómo...? ¿Qué...?

- Ya lo sabes, ¿contenta? - dijo enojado, seguro porque reveló su secretito

- Sí, claro, es que..., es decir.... ¡Sorprendente!

- Okey, ahora puedo irme - trató de retirarse

- No, un momento, aún tienes muchas cosas que aclarar

- Tu dijiste que solo sería una pregunta y me entregarías la foto, ahora cumple con lo que prometes

- De acuerdo - le entregué la foto - Pero tú sabes que de cualquier forma lo voy a descubrir tarde o temprano

- Prefiero tarde

- Ay, vamos, que le pasó a Andrew, el bromista e irónico Andrew

- Saber, no tengo tiempo para esto, tengo que irme

- A mí no me vengas con eso de que te hace tarde, te he visto llegar todos los días y quedarte leyendo por un largo tiempo.

- Esta bien, eres muy perseverante; pero no esperes algo increíble

- Okey

- Andrea es mi única hermana, se parece muy a ti, creo que tienen la misma edad

- Si, cumplimos años el mismo mes

- Pues son muy parecidas en su forma de ser, me haces recordar a ella - dijo muy triste

- ¿Qué le pasó?

«Silencio»

- ¡Que le pasó! ¿Dónde está? ¿Está bien? ¡Habla! - Exclamé muy nerviosa

- NO LO SÉ, no la he visto hace mucho tiempo

- Pero... estudiaban juntos, estuvo en el colegio hace unos meses

- Claro, es que... es algo complicado

- Creo que la vida es complicada, y no podemos andar por el mundo diciendo que solo algunos cosas lo son cuando todo lo es.

- Ay cosas sobre mí que no puedes entender

- Al menos déjame intentarlo

- Te diría que no, pero solo porque eres tú te digo que si - mostró una ligera sonrisa, yo traté de hacer lo mismo

- Sabía que dirías que sí, te conozco tan bien Alex, pero al mismo tiempo no te entiendo Andrew — también traté de sonreír, pero creo que no lo he hecho hace mucho tiempo que mi cerebro se olvidó como hacerlo

- Yo crecí en esa cabaña que ves allí - dijo señalando la foto - Andrea y yo solíamos jugar en esos campos cuando éramos muy pequeños, unos niños inocentes que no teníamos idea de nada, DE NADA. Vivíamos solo nosotros y nuestros padres; no me acuerdo muy bien que pasó; lo único que recuerdo son unos pasos. Estaba en la parte trasera de la casa, no me recuerdo que estaría haciendo, creo que jugando a las escondidas, el punto es que en ese preciso momento escuché un ruido, mejor dicho un crujido luego unos pasos; me asusté un poco, corrí hacia el interior de mi casa, no había nadie y por más que buscaba no había rastro de nadie.
Se escuchó un gran silencio, no sabía qué hacer. Después de unos minutos llegaron las patrullas. La policía rodeó la casa, solo pude verlos por una rendija, era un caos allá afuera, estaba a punto de esconderme cuando siento que alguien me agarra por detrás...

- Y... Que más...

- Después todo lo vi borroso, lo único que recuerdo es como me llevaban muy lejos, luego me hicieron dormir. Desperté en una casa, exactamente en una pequeña habitación con muchas camas; luego de un minuto descubrí que estaba en un orfanato, pasé parte de mi niñez en ese lugar. Unos años después una familia con una economía regular me adoptó, no sé porque lo hicieron si yo no era el típico niño que todas las familias querían (bebés), pero me alegra que lo hicieran.

El Libro de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora