12. Bienvenida a detención

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  • Dedicado a Valeria Mory Fretel
                                    

- eeeee....... - me había quedado helada, no sabía que decir, aun mas cuando en mi cabeza retumbaba la palabra "castigo"

- contesta niñita testaruda, te estoy hablando

- ...

- veo que no fue suficiente lo que te dije, ¿no?

- no, no lo fue, necesitaba saber - le dije sin voltear ni moverme un poco.

- pues bien, ahora vas a ver como pasas tus tardes limpiando los salones chiquita malcriada, porque cuando se entere el director que entraste a su oficina, ahí quiero verte

- no va ser fácil vencerme, tengo los papel.

- eso veremos y trae esos papeles.

- nooooo.

Nos pusimos a medir fuerza allí en la oficina, ella trataba de quitarme los papeles, mientras yo trataba de zafarme de sus afiladas uñas, y poderme ir corriendo para salirme con la mía, en ese momento sonó la puerta rechinar, el director nos veía molesto:

- cómo puede pegar a una alumna, y usted señorita que hace aquí.

- señor director, solo estaba enseñando a esta alumna buenos modales - dijo la secretaria, poniendo un tono de ruego y luego de sarcasmo - eso le pasa por andar de chismosa en su oficina

- igual, no tiene por qué pegar a un alumno - dijo el director

- pero... señor

- sin peros, retírese ahora mismo, que luego hablaremos de su descuento

La "secretaria" se retiró muy molesta, pero sin antes mírame con una mirada amenazadora; yo no me podía resistir de la risa, esta partida la había ganado. Estaba a punto de irme cuando escuché:

- a donde cree que va usted, tenemos que hablar - me dijo con un tono severo y algo fuerte, luego me señaló la silla que estaba en su delante, yo me senté - a ver qué hacías aquí.

- bueno, yo solo queríaaaa...., felicitarlo por el premio que ha ganado el colegio, seguro que es un buen director como para ganar semejante reconocimiento.

- bueno sí, solo es perseverancia y compromiso.

- ha de ser muy buen director..., okey, eso es todo lo que vine a decirle, yo me retiro...

- un minuto, que estas llevando allí - dijo señalando el folder que Andrea que estaba llevando, pensando que no se daría cuneta.

- nada...., mmm.., solo es un simple folder de trabajo, es un proyecto muy importante, debe de ser entregado mañana temprano, así que me daré prisa para terminarlo -le dije un poco nerviosa pero sonriendo.

- de que curso, tal vez puede ayudarte, me gustaba los trabajos de investigación en el colegio, además estoy en mi tiempo libre

- no creo que sea necesario, más bien debo de apurarme que ya va empezar la clase.

- falta todavía 10 minutos, vamos entrégame el folder! - esto último me lo dijo con un todo más agresivo y decidido.

No sabía qué hacer, si darle el folder, o darle otra escusa, o salir corriendo, pero con la forma que me lo dijo creo que sería mejor idea entregarle el folder.

- ¿qué es esto?, es el archivo de unos de los alumnos, señorita esta en serios problemas...

Y para que contar lo demás, recibí mi reprimenda, y sí mi castigo, no puede ser, detención.

Y… allí estaba en el aula A-66, a las cuatro de la tarde, tal vez dos o tres minutos más, en frente de aquella puerta grande de madera, que me esperaba, unas mil planas de cómo no portarse mal, a limpiar los pupitres, hacer cien planchas; dos aburridas horas aprendiendo la lección, aashhh.

Tome aire, gire la perilla, y entre, supuse que ya era tarde porque la puerta estaba cerrada (cuando voy a entender que cuatro o cinco minutos después de la hora no es tarde es exageradamente temprano, sociedad impuntual), pues al abrir la puerta solo vi las carpetas completamente vacías y al conserje limpiando el piso, aaaaa…., tomé mi mochila, y me dirigí a un asiento de los tantos vacíos; cuando escuché una voz dulce diciendo:

- “Bienvenida a detención”

El Libro de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora