El Libro de mi vida

14. Todo va estar bien

"TODO VA ESTAR BIEN", esas palabras siempre iban quedar en mi cabeza, las recordaba una y otra vez. Aunque en ese momento apenas podía asimilar lo que pasaba, pensaba que todo aquello era un sueño, o mejor dicho una pesadilla; pero aunque todo estaba mal, esas palabras me calmaban, me sentía muy segura, me sentía protegida, ya sé que suena cursi, pero en una situación donde estas en una completa oscuridad, algo viene así ti y tener la sensación de que en cualquier momento ya no vas a existir, lo único que esperas es que alguien te diga que todo iba a estar bien, bueno..., al menos yo necesitaba oírlo.

Me tranquilicé un poco luego de oír sus palabras de ánimo, me limpié las lágrimas, y guardé aquella nota en mi bolsillo (no necesitaba más amenazas, ya tenía suficiente con lo que estaba pasando). Cuando volví a ver el oscuro pasadizo había una silueta humana, parecía una niña, se iba acercando, cada vez se le podía ver más...

- Vámonos... - le grité a Alex mientras trataba de abrir la pequeña puerta que nos había conducido a aquel infierno - ¡Cerraste la puerta!

- Yo no fui

- Pero tú nos trajiste a este horrible lugar, ¡Todo es tu culpa! - le grité, estaba demasiado asustada y no podía pensar bien, no podía medir mis palabras.

- Solo quería ayudarte - me dijo un poco ofendido por lo que le dije.

- A veces pienso que solo quieres llevarme cada vez más a un encierro, a veces pienso que... no eres... real - le dije un poco más calmada, y con un tono de duda - Solo quiero que esto se acabe de una vez, quiero continuar con mi vida, quiero divertirme, ya no quiero tener miedo, ya no quiero luchar, quiero ser una chica normal, quiero ser FELIZ, es demasiado pedir - le dije soltando unas lágrimas.

- Te prometo que todo va estar bien, todo va a volver a ser como antes, tu vida va a ser normal, de mi cuenta corre que eso sea así.

Asentí con la cabeza, ya no tenía más palabras, y no solo porque tenía un gran nudo en la garganta; eso era un poco absurdo, un chico que apenas conozco me estaba prometiendo algo que ni yo podía conseguir, no lo creo, era inútil que lo metiera en mis problemas, más aún porque él no sabía lo que me había pasado, y lo que creo es que lo dijo para que me calmara para no tener que soportar a una niña llorando porque detesta su vida, sí eso era.

- Ya salgamos - le dije con un tono serio, secando mis lágrimas y poniéndome fuerte, no iba a permitir que piense eso, o que solo me tenga lástima, NO, iba a ser la de antes.

- A donde van... me piensan dejar sola... - dijo una voz proveniente del oscuro pasillo

Volteamos lentamente, era una niña, tenía dos trenzas amarradas con dos ligas negras, un cerquillo que le tapaba toda su cara, tenía la cabeza baja por lo que no pudimos ver bien sus ojos, era una linda niña, tenía las maños para atrás, estaba vestida con un vestido blanco, en realidad era un bonito vestido, parecía un vestido de bautizo.

Estaba atónita quería gritar pero antes que pudiera hacerlo, Alex me dijo al oído:

- Tranquila, no grites, es solo producto de nuestro miedo.

- ¿producto de nuestro miedo?

- no es hora de explicar, solo no la mires a los ojos.

- no me piensan dejar, porque tengo miedo, me está siguiendo... - dijo con una voz tierna y asustada.

- no, claro que no - dijo Alex

- ¿qué haces? - le dije a Alex en voz baja.

- sígueme la corriente... - me dijo guiñándome un ojo.