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Estuve un par de días en el hospital, me hicieron exámenes y análisis, cada día Rin estaba junto a mí y los ninjas médicos para ello, llegando a la conclusión de que lo que me pasaba nunca antes lo habían visto, se podía definir como una filtración de chakra y un bloqueo de chakra ya que no estoy reteniendo chakra y tampoco estoy obteniendo, las razones se desconocen, pero creen que se puede revertir, además de que mis músculos están deteriorados y la manera en cómo han sanado mis huesos no ha sido la mejor, el episodio en la oficina del hokage fue solo el comienzo y llamado que se necesitaba, mi cuerpo me hablaba desde hace tiempo pero solo lo ignore queriendo y creyendo que no era la gran cosa y sola podía solucionarlo, pero como sabemos, no fue asi, con tiempo y terapia se puede solucionar, ese es el pensar inicialmente, y tengo esperanza de que así será, pero no hay garantías de que así sea o que funcione, pero como dije, tengo esperanza de que así será,

Volví a pintar.

Pintar mientras estoy en el jardín es muy relajante, y tener lienzos nuevos lo hacía mucho más cómodo, el día anterior Rin dijo que era una buena terapia ya que me relajaba y esos ayudaría a la circulación de chakra, así que llegó a mi casa con varios lienzos, latas de pintura y pinceles, reí un poco ya que no conocía mi cuarto de pinturas y no sabía que era excesivo, pero aun así le agradecí y no dude en ponerme a pintar un poco.

Sonreí al sentirlo mientras seguía mirando el lienzo, y que más se puede esperar, este jardín es como nuestro lugar, sentí un kunai clavarse junto a mí en la escala de madera que daba a la entrada de casa

-Así que es verdad – escuche su voz, por el tono que usaba sabía que se venía un gran sermón de su parte, baje el lienzo lentamente – en otra época hubieras usado el Shinra Tensei para enviar ese kunai a mi dirección – dijo obvio y suspire

-No lo hice porque sabía que eras tu – su único ojo descubierto me miraba con reproche

-Eres una presumida, lo hubieras hecho así fuera yo – ladee mi cabeza mientras le miraba y trataba de ocultar mi sonrisa

-Lo dijo el ninja menos presumido y arrogante de toda la aldea de la hoja – dije con sarcasmo, su cara seguía seria

-No estoy de humor Kona – lo escuche con la voz apagada mientras se acercaba a mí, retire el kunai clavado en la madera y él se sentó junto a mí, guarde silencio mientras la calidez de su cuerpo rozaba un poco mi piel

-¿Dura misión? - cuestione mientras jugaba un poco con el kunai en mis dedos, bufo y dejo caer su cuerpo en la madera de mi casa

-No vengo hablar de la misión insignificante – le mire -¿Por qué no me dijiste? - me miro por unos segundos, pero se veía dolido, decepcionado, frustrado y también cansado, mire hacia el cielo, me sentaba mal verle así

-No quería que te preocuparas – confesé

-Tonta – susurro – sabía que algo te estaba pasando, debiste decírmelo Kona - ahí estaba el regaño que me esperaba – te podía ayudar, o ... acompañar en todo esto – el tono de su voz fue bajando cada vez más mientras hablaba – Rin me dijo que era muy grave – confeso

-Eso dicen, pero me siento bien ahora – le reste importancia

-Solo llevas unos días Kona – me recordó

-Por eso, si solo llevo unos días y me siento así de bien en unos meses estaré como si no hubiera pasado nada – dije con optimismo

-Si me hubieras dicho cuando te lo pregunte no tendrían que pasar meses para que tú te mejoraras – se volvió a sentar esta vez para mírame a la cara – estas cosas debes decírmelas - su carita se veía cansada, asentí levemente mientras miraba mi lienzo que yacía en el suelo – ahora solo nos tenemos el uno al otro Kona, no sé qué haría si te pierdo a ti también – mi corazón se detuvo, mi respiración se hizo un poco más rápida, la melancolía emanaba de todo su ser, parecía ahogarse con solo ese pensamiento, palabras tan simples pero tan llenas de un sentimiento que ambos sentíamos

-Perdón- me disculpé – solo no quería que se preocuparan de más y eso solo hizo que se preocuparan más- dije con obviedad al notar lo estúpido que es esa idea

-Ya no nos podemos lamentar- suspiro -ahora debes cuidarte y dejar de ser tan terca – me miró con reproche y rodé los ojos -no hagas esa cara, sabemos que si lo eres – trate de ocultar mi risa – BA KA – dijo con lentitud mientras se acercaba a mi rostro

-BA KA- hice lo mismo acercándome más a él mientras arrugaba mi nariz y fruncía mi ceño levemente, trate de no sonreír pero me tomo por sorpresa el leve golpe que me dio en la frente, puedo jurar que sonreía bajo su máscara -Eso duele – me queje – te aprovechas de que esté débil – reproche

-Tu nunca eres débil – susurro para acostarse de nuevo en la madera, lo escuché suspirar para cerrar sus ojos lentamente, sonreí al verle, extrañaba verle tan relajado y tenerlo tan cerca

-Deberías comer algo antes de dormir por dos días Tonto-kashi- le reproche y se quejo

-Comeré cuando me despierte- susurro, su voz sonó más ronca de lo habitual haciendo que mi piel se erizará

-Kakashi, por lo menos entra a la casa, por favor- dije suplicante – no te voy a llevar hasta adentro – lo escuché roncar y bufé - eres muy desconsiderado conmigo – me queje mientras me levantaba – a ver – susurre acercándome a él para ayudarle, podría llevarlo como bebe, o como un costal, pero podría lastimarlo y más si estaba lesionado de la misión de la cual acababa de volver -¿Kakashi? - lo nombre con la esperanza de que me respondiera, pero no fue así, aunque no lo demuestre mis músculos están destrozados, me pesan como si cargara con una tonelada de rocas, pero no lo podía dejar ahí, así que como pude lo cargué en mi espalda, se quejó un poco pero no evito que lo hiciera, al contrario, se acomodó de mejor manera, bufe –Ya veré como te cobro esta tonto-kashi- sentí su aliento en mi cuello causando que un escalofrió pasara por todo mi cuerpo

-Luego te invito a unos dangos – susurro en mi oído, mis músculos se tensaron, por un instante ni pude respirar, su voz ronca siempre me hacía estremecer, y que lo hiciera de tal manera, su aliento rozando mi cuello, tan cerca, causo en mi cuerpo una sensación nunca antes experimentada, no sé cómo expresar lo que sentí en ese momento –O tal vez un ramen – lo siguió haciendo, por un ínstate sentí que lo hacía a propositivo, como si me estuviera provocando, mis piernas temblaban y no sabía si era por su acto o por el hecho de que lo estaba cargando en mi espalda – O vamos a ese restaurante que tanto te gusta, donde hay barbacoas – susurro, en ese instante me obligue a tener el control de mi cuerpo y no dejar que su actuar me afectara, estaba medio dormido

-Cállate, Kakashi – pedí mientras caminaba a la sala, por un momento pensé en dejarlo en mi cuarto, pero cuando empecé a caminar sentía que me iba a desmayar del dolor y el esfuerzo que estaba haciendo en ese momento, así que lo más viable era dejarlo en sofá de la sala, he dormido ahí y él ha tomado siestas ahí antes, es cómodo, así que sé que estará bien allí; suspire al momento de dejarlo en el sofá, debo reconocer que fue como si lo hubiera tirado en él, pero no se quejó ni nada por el estilo, caí de rodillas junto al sofá mientras me quitaba el sudor de la frente, algo tan sencillo de hacer se me hizo relámete desgastante, le mire, se veía tan tranquilo, me sentí aliviada con solo verlo ahí, en el sofá de mi casa, durmiendo tan plácidamente, me acerque un poco más para poder quitarle la bandana, con cuidado lo hice para dejarla en la mesita de centro, me levante para volver al jardín

-Kona-chan – susurro haciéndome detener ¿¨chan¨? -Arigato- de nuevo susurro y lo mire rápidamente, seguía en la misma posición, sus ojos estaban cerrados, todo fue tan rápido, tan inesperado que llegue a la conclusión de que solo lo imagine. 

Siempre Fuiste Tu - Kakashi Hatake Donde viven las historias. Descúbrelo ahora