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Han pasado un par de días desde que volví a la aldea, Rin ha venido a visitarme y hemos hablado un poco, la vida la trata muy bien, siempre está en el hospital ayudando a los aldeanos, también está llevando a cabo varias investigaciones las cuales no se sabe mucho ya que es su proyecto personal y secreto, la verdad me alegra mucho la idea que se esté enfocando más en si misma ya que suele ser muy egoísta con ella misma la pensar primero en los demás que en ella.

El día de hoy me encontraba haciendo limpieza general en la casa, ya que a decir verdad estaba un poco descuidad; durante toda la mañana estuve barriendo, sacudiendo el polvo y así, hasta que llegué al cuarto de artes, ese pequeño cuarto en el que guardado todas las pinturas que el Hokage me daba mensualmente, pilas y pilas de latas llenaban la el pequeño cuarto, las brochas estaban tiradas en el suelo con pequeños trapos llenos de pintas de pintura, hacía años que no pintaba, el mural lo había destruido, en el pateo de la casa no hubo nada por unos tres años, hasta que Kioshi-sensei construyo un nuevo mural diciendo que era mi regalo de cumpleaños, que no dejara de hacerlo ya que sentía que esa era mi manera de expresarme y necesitaba hacerlo ya que no hablaba con nadie, también me empezó a regalar lienzos en blanco los cuales también se fueron acumulando en el cuartito. Si se preguntan por el sensei se casó y tuvo 5 hijos, es broma, es un lobo solitario, vive solo en una casa con un enorme jardín lleno de plantitas con las que practica sus jutsus, desarrollo varias plantitas curativas a diversas enfermedades comunes en niños, y también administra la tienda familiar de antigüedades que su padre le heredo, mientras estuve fuera con mi jutsu de invocación mes tras mes le recordaba que tuviera una vida tranquila y que no se preocupara por mí, la ultimas vez que desaparecí recuerdo que al volver él se encontraba muy mal, así que prefiero que tenga tranquilidad por mi parte, el primer día de mi regreso me obligo a cenar con él, pero debo reconocer que estaba feliz de verle, se veía feliz y eso me reconforta.

Que puedo decir, la vida en la aldea estaba siendo muy tranquila y todos mis conocidos estaban teniendo una buena vida, y aunque no lo parezca, eso me hace sentí un poco de satisfacción, ya que mientras yo estoy afuera en misiones, ellos están en la aldea y están bien, siguiendo con sus vidas.

-Hey – dije al momento de sentirlo cerca, sonreí un poco al no escucharlo decir nada y como su aura se iba relajando

-Sin importar cuanto tiempo pase, siempre lo haces – me gire y lo vi, estaba en medio del jardín, pasado con sus manos metidas en los bolsillos, su bandana cubriendo su ojo y su mascarilla tan distintiva puesta – no se si eres muy buena o yo soy muy malo, cosa que dudo – me gire de nuevo para seguir pintando

-Tal vez sin darte cuenta, bajas la guardia conmigo – dije con orgullo, y me quede en silencio por un momento –no lo creo, en definitiva, soy muy buena – le escuche bufar divertido

-¿Cómo estuvo tu misión? - cuestiono paseándose a mi alrededor, no deje de trazar líneas con el pincel y la pintura negra por el lienzo

-Bien, no murió nadie – informe sin interés, lo escuche hacer un ruido con la garganta - ¿A ti, como te fue? - ahora cuestione yo

-Bien, murieron varios – guarde silencio

-¿Tuviste esta misión con la Ayaka? - seguí pintando

-No, estaba con Yamato – se paró junto al lienzo obligándome a mirarle -¿Qué te pasa? - mi ceño se frunció – tienes algo raro – elevé las cejas – bueno más raro – reí un poco y volví a pintar

-Estoy de buen humor hoy – me encogí de hombros

-No es eso – se acercó a mi haciéndome detener, su rostro estaba a centímetros de mi cara, me analizaba con detenimiento, mi corazón comenzó a latir muy rápido, ahí estaba esa sensación que solo él sabe causar en mi con solo su cercanía, después de tanto tiempo, ese efecto seguía existiendo

-¿Qué haces Hatake? - cuestione obligándome a actuar con naturalidad, su único ojo visible se achino levemente

-Me estas ocultando algo – afirmo haciéndome helar, pero me mantuve lo más serena posible ante el

-Como ANBU, siempre oculto cosas Kakashi – dije obvia y el negó

-No es eso – ahora dio un paso hacia adelante quedando demasiado cerca de mí, me quede inmóvil, así lo quisiera, mis músculos no respondían con su cercanía y es que cuando estoy con la guardia baja y él aparece, mi cuerpo siempre se comporta como quiere

-¿Estas intentando intimidarme? - cuestione divertida y al no obtener respuesta lo empuje  juguetonamente y volví a pintar – no actúes tan extraño Kakashi – dije divertida tratando de organizar mi respiración de la manera más sutil posible – bueno más extraño - me burle de él como lo hizo minutos antes conmigo

-Como sea – cambio de tema -¿Quieres ir a ver el espectáculo final de luces? - cuestiono

-¿Es hoy? - dije con confusión y el hizo un sonido de afirmación con la garganta

-Cuando eras niña te gustaban las luces en el cielo – recordó y el hecho que lo recordara me hizo sonreír

-No es cierto – me negué

-Si, tu cara se ilumina cuando miras el cielo y más con las luces – mire detrás del lienzo ya que él se encontraba ahí parado, miraba con desinterés el cielo

-En todos los años que nos conocemos solo fuimos un par de veces al festival – dije obvia y el me miro y se encogió de hombros

-Pues de esas pocas veces lo recuerdo muy bien – asentí y volví mi mirada al lienzo, la verdad no estaba entusiasmada con la idea de ir, pero el hecho de que Kakashi me invitara hacía que dudara un poco sobre si ir o no

-Esta bien – cedí para luego suspirar – solo porque quiero dangos y no quiero cocinar la cena – justifique

-Esta bien – dijo con desinterés

-Eh, pero tú pagas – le señale mirándolo fugazmente tras el lienzo y luego de un "como quieras" de su parte, su presencia desapareció. 





***

De nuevo, gracias por leer espero les guste <3


Siempre Fuiste Tu - Kakashi Hatake Donde viven las historias. Descúbrelo ahora