-Konan-chan – escuché la voz chillona de un pequeño Naruto llamándome, estaba tan lleno de energía como siempre, solo verle era un recordatorio de mis errores en el pasado, su cabello amarillo y ojos azules como los de su padre me llenaban el alma de nostalgia, pero también de mucho amor, y es que es inevitable verlo a él y no pensar en Minato, un ser tan maravilloso y del que inconscientemente aprendí tanto. Minato no era mi sensei, pero el relámpago amarillo de Konoha es una leyenda y el haber estado a su lado para mi es, y será siempre un honor y un privilegio.
-Hey Uzumaki – sonreí con nostalgia hacia él y me sonrió ampliamente, desde su nacimiento no es que sea su nana, ni su hermana mayor, pero si he estado pendiente de el y su crecimiento, en las sombras, pero ahí estoy y el 3ro se encargó de que el pequeño acuda a mi siempre que estoy en la aldea
-Te estaba buscando – mi ceño se frunció levemente
-¿A mí? - cuestione y el asintió
-Escuché que tienes una enorme colección de pintura – dijo con complicidad y entrecerré mis ojos mirándole
-Son rumores – dije simple y me gire para seguir mi camino atreves de a las pequeñas calles de la aldea, había tenido una pequeña reunión con el 3ro, comimos un poco de ramen y hablamos de las futuras misiones inexistentes para mí, por mucho que le discutirá el hecho de salir de la aldea, el viejo se empeñaba en dejarme allí, diciéndome que era bueno un descanso y también el darle misiones a los demás miembros de la organización, ya que no quería que se viera un favoritismo hacia mí porque siempre me estaban dando misiones, además quería que me empape un poco de la aldea, según él estaba muy desentendida de lo que pasaba en la aldea, y puede que sea un poco cierto, pero ¿qué más se puede esperar?, cuando por años he evitado el estar aquí y buscando por todo el país a Obito, obvio quiero mi aldea, lucho por y para ella cada día conmigo misma y evolucionado tanto física como personalmente, pero también puedo refutar eso, ya que al ser alguien callada y sigilosa me entero muchas cosas, si no estuviera empapada de la aldea, como sabría el hecho de que la hija de la florita se está viendo a escondidas con el hijo del carnicero, o que itachi y Uzumi Uchiha de vez en cuando pasean por el río a la madrugada, o que la hija de Teuchi está por comprometerse, o las disputas entre la familia Hyuga, o como el odio de los Uchiha cada vez es más grande, ya puedo seguir enumerando las incontables cosas que se dé la aldea, y ni hablar de los secretos más profundos de la misma, como la creación de Raíz, le enumera estas y muchas cosas más al 3ro demostrado que no tenia del todo la razón, pero aun así me está obligado a tomar unas pequeñas vacaciones no deseadas.
-No mientas, me lo dijo del viejo – rodé los ojos odiando el hecho de que el 3ro me lo descargara
-Y tu ¿cómo para que quieres MIS pinturas? - el pequeño Naruto me seguía el paso, lo vi hacer un puchero
-Solo regálame unas cuantas, por favor – suplico parándose frente a mí obligándome a detenerme y ver su carita de perrito, me crucé de brazos y me mantuve seria lo máximo que pude, pero su carita me gano, bufé y apreté el puente de mi nariz con mi pulgar e índice, suspire
-Está bien – celebró – sígueme - dije pasando a su lado y caminando en dirección a mi casa.
Sin darme cuenta había contribuido a sus actos de vandalismo por toda la aldea.
-De haber sabido que harías estas cosas no te hubiera dado nada, baka – dije cuando lo atrape mientras escapaba por la escultura de los Hokages, Iruka llegó donde estábamos, el pequeño Iruka que fue mi compañero ya era un adulto y ahora es sensei
-Naruto – dijo con un tono de reproche, el chico estaba de brazos cruzados y haciendo pucheros – Gracias Kona, me haré cargo a partir de aquí - asentí soltando su camiseta y dejándolo con suavidad en el suelo
-No fue nada Iruka – le reste importancia – no puedo creer que confié en ti, niñato - me incline un poco hacia Naruto y lo mire con los ojos entrecerrados – me devolverás las pinturas – ordene y se negó – así no quieras no voy a orquestar esto Uzumaki - señale y las pequeñas cuatro latas de pintura que nunca soltó se las retire – no solo está mal si no que es hasta fea la caligrafía – estaba dispuesto a discutir haciendo que me causara gracia su reacción, oculte mi sonrisa debido a lo irritable que es este pequeño niño, tiene muy buen corazón pero también tiene la mecha muy corta – no lo vuelvas hacer – pedí acariciando su cabeza, y luego de mantener mi mirada con la suya la apartó aun haciendo pucheros, tome las cuatro latas en mis manos y brazos como pude y luego de una leve reverencia hacia Iruka me aleje de allí, varios ninjas había llegado a la escena del crimen horrorizados por los actos vandálicos e irrespetuosos del pequeño, al llegar a las calles de la aldea, hablaban mal del pequeño niño poseedor del zorro de las nueve colas.
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Siempre Fuiste Tu - Kakashi Hatake
FanfictionDebo reconocer que la vida de un ninja no es fácil, y menos la de un ANBU. A la edad de 4 años asesinaron a mis padres, motivo por el cual no recuerdo casi nada sobre ellos, pero si como agonizaban y morían lentamente ante mis ojos. Desde su mue...