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Han pasado un par de semanas desde que me entere que a Ryota le quedaba poco tiempo de vida, acepte no volver a hablar del tema de Orochimaru, y no seguir insistiendo con ir a buscarlo, me limite a compartir cada segundo con Ryota, comiendo, divirtiéndonos o haciendo cualquier cosa juntos, quería guardar mis mejores recuerdos de él, la risa que solo me regalaba a mí, la manera en como amarra su pañuelo en el cuello, el negro de su cabello alborotado y el excepcional color violeta de sus ojos, la manera divertida como jugaba con mis orejas, o lo torpe que era con los palillos, nunca fue bueno con ellos; lo delgados que son sus dedos y lo largas que son sus piernas, como me acompañaba en esas noches de insomnio mientras mirábamos las formas de las nubes y la luz de las estrellas, la manera de hacer sus sellos de manos era única, nunca vi dedos tan rápidos; como se limitaba cuando entrenábamos y siempre le partía el trasero para luego pedirle que no lo hiciera, que quería que fuera duro con migo para hacerme más fuerte, nunca me hizo caso, nos queríamos y protegíamos como hermanos, y es que lo éramos.

-¿Qué haces? – escuche la voz adormilada de Ryota tras de mi, hice que se viniera a vivir con migo, no lo dejaría solo en su casa

-Veo que despertaste – dije sin dejar de pintar -¿quieres ayudarme? – me gire para regalarle una tierna sonrisa, el asintió y tomo una brocha para juntos pintar de blanco mi mural

-Estaba lindo – susurro sin dejar de pintar, sonreí, ha sido el único que ha visto mis pinturas -¿Por qué lo borras? – tome pintura de la lata

-Hare uno mejor -, asegure – apúrate, tengo hambre – no había desayunado, estaba esperando que él se levantara para hacerlo juntos

°|°

-Tienes que decirle – me dijo por enésima vez Ryota mientras caminábamos por la orilla del río, rodé los ojos harta

-No le diré Ryota, es una pérdida de tiempo, el me ve como su hermana – si ya le había contado todo acerca de Tonto-kashi

-Pues yo también pero reconozco que eres hermosa e inteligente – suspire

-No lo se Ryota-kun, prefiero dejar las cosas como están –

-¿quieres estar toda tu vida en las sombras mientras el disfruta estar con otra chica? – pregunto sorprendido, asentí

-Si el es feliz, yo también lo soy – repetí las palabras de Obito

-Si que eres idiota – dijo ya rendido a mi terquedad, suspire

-Supongo – me encojo de hombros – pero estaré bien –, seguimos nuestro recorrido en silencio

-¿No has hablado con el? – pregunto luego de un largo rato sin decir nada

-No – dije fría – No estoy muy contenta con lo de la misión -, patee una pequeña roca y lo escuche reír

-¿Estas celosa? – mi ceño se frunció ante tal idea

-No por el hecho de que fue atento con la Ayaka esa – el rio sonoramente – es por el hecho de que me mintió, no solo una si no dos veces, eso no era necesario – frote levemente mi ojo izquierdo ya que sentí algo dentro de el

-Kona – me detuvo tomando mi mano izquierda, lo mire confundida – No te sigas engañando -, sus largos dedos estaban fríos – Te irrita en hecho de que este con ella y no contigo, y no solo eso, también el hecho que ella es interior a ti – mire a otra parte evitando su mirada – Porque lo es- rio divertido – ella no te llega a los talones, ósea si es bonita, pero tu lo eres mas, eres inteligente y muy fuerte, demasiado – lo mire sonriendo levemente, poso su mano en mi mejilla, me ruborice – Tu, eres asombrosa Usui – mis ojos se cristalizaron y en cuestión de segundos comencé a llorar, no es justo que una persona tan maravillosa como el muera, abrace su torso haciendo que nuestros cuerpos estuvieran juntos, el me tomo con suavidad mientras yo sollozaba en su pecho, me daba miedo abrazarlo muy fuerte y lastimarlo, tome con fuerza su camiseta, lo sentí suspirar mientras daba leves caricias en mi cabello y espalda

-Te voy a extrañar mucho – confesé aun llorando sin control, el me abrazo con fuerza – ¿Por qué la vida es tan cruel? – pregunté con la voz entrecortada sobre su pecho, lo sentí encogerse de hombros

-No lo sé – eso me hizo llorar con más fuerza -Supongo que es su fundamento principal para hacernos más fuertes -, era la primera vez en estas semanas que tocábamos en tema, y yo me encontraba en sus brazos llorando descontroladamente, me dolía mucho, no me imaginaba una vida sin él

-No sé qué hare sin ti – confesé y el me aparto rápidamente de su cuerpo

-Yo si – tomo mi rostro entre sus, aun frías, manos – Vivirás – limpio mis mejillas y conecto nuestros ojos – Vivirás cada segundo de tu vida como si fuera el ultimo, reirás, lloraras, te enfurecerás, te enamoraras, protegerás a los que amas como lo haces a diario – mis lágrimas no se detenían, tome sus codos con fuerza – Lo harás por mí, y, por Haru – volví a romper en llanto mientras me aferraba a su cuerpo – Me lo tienes que prometer – suplico abrazándome con fuerza - ¿Lo prometes? – asentí sobre su pecho, el me aparto -¿Lo prometes? – volvió a preguntar ahora mirándome fijo a los ojos

-Lo prometo – ahora él fue en que me abrazó con fuerza

-Te quiero mucho idiota – apreté su camiseta

-Y yo a ti -, beso mi coronilla

-Lo sé –

Al día siguiente murió agonizando en el hospital, en la noche me dijo que le dolían mucho las piernas así que lo lleve allí, el dolor se le esparció por todo el cuerpo haciéndolo sufrir hasta que finalmente su corazón se detuvo.

Siempre Fuiste Tu - Kakashi Hatake Donde viven las historias. Descúbrelo ahora