SABOR - 맛이 나다 **Jikook / Taejin / Kookmin / Jintae Fiction**

Arreglos florales 💐

- ¡Ya estoy en casa! - grito desde la puerta tratando de llegar a los oídos de Lisa, que probablemente se encuentre en el ático trabajando en el estilo de algún nuevo cliente. 

No obtengo respuesta, así que tras despojarme de mis zapatillas y quitarme la camiseta, subo las pequeñas escaleras que llevan hasta el segundo y último piso de nuestro funcional dúplex. Nuestra casa no es muy grande, pero tiene dos alturas, lo que es ideal para que ambos tengamos nuestro espacio. Yo me quedo con la parte baja, ocupada casi al completo por una enorme cocina y un salón. Lisa se queda con la parte de arriba, distribuida en nuestro dormitorio, el cuarto de baño y un hermoso cuarto de estudio abuhardillado, donde Lisa hace sus investigaciones sobre las últimas tendencias en moda y diseño, donde crea sus bocetos y cierra su agenda. 

Efectivamente, la encuentro frente a su ordenador, ensimismada con sus auriculares y absorta en su tarea. Pero cuando me aproximo a ella dispuesto a saludarla, me doy cuenta de que no está consultado páginas de moda ni tiendas de ropa. En su pantalla aparecen flores, plantas, ramos, uno tras otro, de todos los colores, con todo tipo de flores, ordenados en diferentes estilos, ramilletes, bouquets, centros de flores.  

- ¿Vas a montar una floristería? - digo tras quitar el auricular de su oreja y dejar un suave beso en su cuello. 

Ella da un pequeño respingo en el asiento, asustada por mi llegada, pero al momento reacciona y me busca con sus brazos, tratando de traer mi cara hasta la suya. Se inclina hacia atrás y me besa en los labios antes de responder: 

- No, amor. Estoy tomando ideas para los arreglos florales de nuestra ceremonia. Si queremos casarnos antes de la primavera tenemos que empezar a prepararlo todo - 

- Faltan meses, estarán marchitas cuando llegue el momento - digo en broma, pero tratando de retrasar el momento de tener que hacer este tipo de elecciones. 

Me aburre todo lo que envuelven estas celebraciones. Ojalá simplemente poder ir al juzgado, firmar, ponernos las alianzas y disfrutar a solas de un menú exclusivo creado por mí, inspirado en nosotros, nuestros gustos, nuestros recuerdos. Es lo más especial que se me ocurre. Y no la boda que sé que tendremos: más de trescientos invitados, varios vestidos de novia, varios de novio, pajes, damas de honor, madrinas, padrinos, flores, mucha comida, fotógrafos, bailes, saludos interminables, sorpresas... en fin, una pesadilla. 

Pero Lisa no querría una boda íntima por nada del mundo. En el fondo lo entiendo, su vida es la moda, el diseño, y una boda es uno de los momentos clave en la trayectoria de una estilista. ¿Cómo no va a querer tener la suya propia, y además, tenerla al completo?

Así que le concedo el deseo. Pasaré por esa pesadilla por ella, porque se lo merece. Y porque se lo debo. Diez años de relación a distancia son muchos años. Idas, venidas, dudas, dolor... pero lo hemos superado. Durante todos los años que dediqué a cultivar mi pasión, a descubrir el mayor número de sabores que mi cuerpo pudiera asimilar, pasamos por mucho. No todo ha sido un camino de rosas. Terminamos nuestra relación en numerosas ocasiones, hemos tenido otras parejas, pero siempre efímeras. Porque al final, siempre era ella. Era ella la que aparecía en mis sueños, en mi futuro, en mis deseos.

Cuando sentí que era el momento de volver a casa, en mi mente siempre estuvo ella. Lisa forma parte de mi hogar, de mi ser, de mi historia. Así que, cuando hace poco más de una año volví a casa, retomamos nuestra historia de la forma más natural. En el mismo punto donde lo dejamos cuando con veintiún años decidí que necesitaba descubrir el mundo. Cuando decidí que necesitaba viajar, empaparme de historias, de otras vidas, de otras tierras. Cuando decidí que la dejaba atrás, con todo el peso de nuestra relación. Cuando le prometí que volvería pronto, que seguiríamos juntos y que nos casaríamos en cuanto regresara. Lo que ninguno de los dos pensó es que tardaría más de diez años en regresar.