SABOR - 맛이 나다 **Jikook / Taejin / Kookmin / Jintae Fiction**

Palomitas🍿

Intento concentrarme en la película que transcurre en la tablet de Jimin pero me resulta bastante complicado cuando parte de mi cuerpo está en contacto con el suyo. Estamos sentados sobre la cama, con la espalda apoyada en el cabecero y la almohada como cojín. Pero nuestros brazos se rozan y nuestras piernas chocan inevitablemente unas con otras con el mínimo movimiento.

¿Qué estoy haciendo? La ínfima cata de su boca que he hecho hace apenas una hora está martilleando mi cerebro sin cesar, llenando mi pecho de culpa y mi mente de remordimientos. ¿Qué he hecho? Me pregunto sin cesar, sin dejar ningún otro pensamiento en mi mente, y mucho menos el argumento de una película japonesa de culto. Mis dedos martillean sobre la colcha, mis pies se agitan bajo la manta.

Me tengo que ir. Me voy a ir. Yo debería estar en mi casa, esperando a que regrese mi novia. Yo no debería estar en la cama de mi empleado. Yo no debería hiperventilar por sentir el vello de su brazo contra el mío. Yo no debería ni notarlo. Yo no debería sentir este calor en mi estómago al recordar el tacto de sus labios. Me tengo que ir. Tengo que volver a mi lugar. Recuperar las riendas de mi vida.

- ¿Estás bien? - pregunta Jimin deteniendo mi momento de auto fustigación y poniendo en pause la película.

- Perfectamente - respondo en forma automática, sonriendo sin sonreír y manteniendo la mirada fija en la tablet.

- No lo parece... llevas rato moviéndote como si tuvieras hormigas en tus calzoncillos - insiste Jimin.

- No lo creo... - respondo absurdamente.

- Yo tampoco, el sitio es cutre pero no tiene bichos- me sigue la corriente en un intento de destensar el ambiente con una broma.

- Creo que me voy - escupo de repente, poniendo en palabras lo que todas las alarmas de mi cuerpo me gritan desde hace un rato.

Me destapo y saco las piernas de la cama dispuesto a huir despavorido de este mundo paralelo que está poniendo mi mundo contra las cuerdas, pero Jimin, como siempre hace últimamente, me toma del brazo deteniendo mi escapada.

- ¿Puedes parar un momento? Estás enloqueciendo - me dice con esa sinceridad tan aplastante y desinhibida que le caracteriza, y que ahora mismo, me aterroriza. No quiero hablar de esto. No quiero saber nada, solo quiero volver a mi vida. A la vida donde la comida y mi restaurante son el foco principal, donde soy feliz compartiendo mi hogar con mi futura esposa. Volver a la vida donde todo está en orden y yo soy el que manda sobre ella.

- No estoy enloqueciendo, solo me voy porque se ha hecho tarde -

- Son las nueve y media, no se ha hecho tarde - me contradice.

- Sí, es muy tarde, me voy porque quiero descansar -

- Estás enloqueciendo - insiste.

- No estoy enloqueciendo, solo es que prefiero dormir que ver esa película, me va a explotar el cerebro con tanta metáfora -

- ¿Cómo se llama la película? -

- ¿Qué? - contesto descolocado.

- ¿Cómo se llama la maldita película que hemos estado viendo durante la última hora? - me pregunta cruzando los brazos sobre su pecho, claramente ofuscado por mi comportamiento infantil.

No tengo ni idea. Hace un rato me ha recitado varios títulos de opciones que podíamos ver y he elegido una al azar, sin escuchar, sin pensar, estaba demasiado absorto en mis propios pensamientos tortuosos sobre mis acciones descontroladas.

- Y yo que sé, alguna mierda sobre los cerezos en flor - intento salir del paso utilizando el cinismo como vía.

- Y una mierda. No tienes ni idea porque no estás aquí desde que me has dado esa mierda de beso - lanza sin dudar, directo a mi estómago.