Capítulo 16

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Avanzo por el pasillo casi en un trance. Lo único que veo son las botas de Walker caminando frente a mí.

Después de lo que sucedió, no pude dormir. Volví a mi barracón casi en la madrugada, la habitación nunca había estado tan silenciosa. Me acosté en mi litera y miré el techo hasta que salió el sol. Estuve observando la camiseta blanca de dormir colgada junto a la cama de As. Ella la dejó ahí justo antes de salir a correr al campo. Observé las cosas de todos, y a pesar de estar en penumbras las pertenencias de mis compañeros parecían brillar y acecharme en la oscuridad. Cada vez que cerraba los ojos ellos aparecían frente a mí: en el Rancho, en los entrenamientos, aquí mismo, en la habitación jugando a las cartas o comiendo dulces durante los descansos...y por último, todos ellos con la ropa empapada de sangre en el suelo del campo.

No lloré. Es como si no pudiera, como si no fuera digna de llorar por ellos. Walker no apareció para la carrera matutina, lo que tenía sentido, ya que ahora el pelotón 57 solo tiene un miembro. Llegó al mediodía, antes de la hora del almuerzo. Esperó que me vistiera, lo hice con la mayor lentitud que pude, por lo que se irritó bastante. Aun así no me gritó, solo me ordenó que lo siguiera.

Nos dirigimos al edificio principal, veo varios soldados por el camino, pero ninguno me presta atención. Veo que no se ha corrido la voz, tal vez ni siquiera saben qué sucedió anoche en el campo de entrenamiento.

Mientras camina, a paso firme, como si fuera dueño del lugar, me entran unas ganas inmensas de envolver mis dedos alrededor de su cuello y apretar hasta que se me caigan las manos.

Él no cambia de postura, solo continúa caminando, está cerca. De un salto podría alcanzarlo, el factor sorpresa me ayudaría, aunque es mucho más grande y tiene más fuerza.

-No hagas nada estúpido. De nuevo- dice, como si pudiera leer mi mente. Casi me largo a reír ahí mismo por lo ridículo de la idea.

No haré nada, no puedo hacer nada y lo sé. Ambos lo sabemos.

No le respondo, por lo que aprovecha el silencio para seguir hablando -¿Sabes? Me sorprende que no hicieras nada cuando maté a tus compañeros frente a ti- su tono de voz es grave, pero me parece escuchar una pizca de diversión que me hace hervir la sangre -. Pareció que no te importaba. Sabía que actuarías así, no te importa este lugar, no te importaban tus compañeros. Pero yo quería que perdieras el control, hubiera tenido un motivo para matarte- suspira -. Pero parece que decidiste que la vida de tus compañeros no valía más que la tuya, cosa que de hecho, es cierta.

Su cambio de actitud me sorprende y me molesta a partes iguales. Nunca lo había escuchado hablar tanto sin insultar o gritar. Está muy conversador.

-¿Qué va a pasar conmigo?

-Ya verás, es interesante.

No vuelve a hablar, tampoco lo hago yo.

Pero me pregunto... ¿Cuál es el motivo por el que no puede matarme? Sí, dijo que le sería útil, pero es obvio que me odia. Podría matarme, decir que tuvo que hacerlo porque intenté escapar, o algo parecido. ¿Acaso es idea de Vosch? ¿Por qué no ha aparecido él en persona? Es decir, acaba de suceder una masacre en su base militar.

Walker se detiene frente a una puerta. Luego entra y yo lo sigo.

Es una habitación bastante pequeña. Solo hay una mesa y la única silla se encuentra ocupada por una chica. Ella levanta la mirada cuando me ve entrar. Sus ojos son completamente negros, al igual que su cabello, lo que contrasta mucho con su piel pálida.

-Soldado Hacha, venga conmigo, hoy le presentaré a su nuevo pelotón después de unas pruebas.

Ella se pone de pie y asiente.

Ya veo. Es una chica de pocas palabras.

Volvemos los tres por el mismo pasillo, pero ésta vez nos desviamos hacia el campo de entrenamiento.

Un escalofrío me recorre la espalda al poner un pie allí, si me esfuerzo creo que todavía puedo ver los cuerpos de quienes fueron mi pelotón, ahí en el suelo, sin vida.

Walker se dirige al campo de tiro. Dijo que 'Hacha' haría una práctica primero, supongo que será con el fusil. Lo único que me desconcierta es el por qué yo estoy aquí, la verdad no tengo idea.

No sé si estar en este preciso lugar es peor o mejor que permanecer en mi barracón, sola, con las cosas de mis antiguos compañeros ahí como si ellos solo hubiesen salido a entrenar. Pero no, ahora deben estar a punto de ser incinerados junto al resto de cadáveres. Y tal vez otro pelotón de niños estén 'procesando' a mis compañeros mientras nosotros caminamos hacia el puesto de tiro.

No lo puedo evitar. Hecho un vistazo hacia el lugar dónde ocurrió todo la noche anterior, el área se ve limpia más allá de la humedad que permanece en el cemento. Está vacío, es cómo si nunca hubiese sucedido nada.

-Esperen aquí. Su nuevo instructor militar vendrá por ustedes.

Dice eso y se va.

¿Nuevo? Sé que dijo que Hacha iría con su nuevo pelotón. ¿Pero también yo? Al parecer seré reasignada. Me pregunto dónde.

En cierta forma es un alivio, no tendré que volver a ver su asqueroso rostro por un tiempo.

Mientras esperamos que regrese, nos quedamos en silencio. Hacha está a mí izquierda, no me está mirando, no me presta atención.

Yo a ella sí. La observo.

Tiene complexión delgada, no es muy alta pero se ve atlética. Sus piernas son largas y también sus dedos, por lo que imagino que sería una gran pianista. Aunque ahora, en ésta situación, solo sirve para una cosa: ser una marioneta para Vosch y los otros. Al igual que yo, que todos.

Hay algunos otros pelotones en el campo, entrenan de forma normal. Ben no está aquí, lo sé porque lo busco con la mirada.

¿Qué le diré cuándo lo vea? ¿Tendré el valor de contarle lo que sucedió?

Es cierto que podría fingir que no sucedió nada, mantener la distancia y no volver a hablar con él. Tal vez lo haga. Después de lo que sucedió anoche no quiero que corra peligro solo porque es cercano a mí. Debería alejarme de él, por su propia seguridad.

O podría colgarme en el baño, con algunas sábanas, y se acabaría el problema.

Pero no. No podría.

Aún en éstos momentos, y aunque suene egoísta, quiero vivir.

El mundo está podrido, muerto, pero un instinto ancestral impreso en mi genética me incita a hacer todo lo posible para mantenerme con vida. Aunque me sienta una mierda de persona. Aunque no lo merezca. Aunque haya hecho cosas terribles. Porque así es el mundo, y yo soy parte de él.

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Próximo capítulo.

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La Quinta Ola - El Inicio (Ben Parish)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora