La Quinta Ola - El Inicio (Ben Parish)

Capitulo 30

Estoy sentada junto al resto, todos alrededor de una hoguera.

Casi parece una de esas noches de campamento antes de la Llegada. Ignorando la cantidad de armas y los uniformes militares amontonados en una pila junto a nosotros, por supuesto.

A mi lado está Frijol, que al aparecer se llama Sammy, y el soldado que resultó ser su hermana.

Ambos duermen abrazados y no puedo evitar sentirme un poco traicionada, solo un poco.

Dumbo termina de acomodar los instrumentos en su morral, y se duerme en cuestión de minutos.

Está entre Bizcocho y Tacita, que con una mano aferra su M16 y con la otra la muñeca de Hacha.

-¿Aún sigues despierta?- levanto la mirada y veo a Ben frente a mí, está con la espalda afirmada en el Humvee y con una manta sobre las piernas.

-¿Tampoco puedes dormir?

Niega con la cabeza -No si no hay alguien vigilando.

-Gajes del oficio, supongo- sonrío a las llamas -. Pero deberías descansar, mañana será un día largo.

-Para ti también.

-Sí, pero yo no soy quién da las órdenes aquí.

-Podrías, lo harías de maravilla.

-No. Demasiado estresante, durante todo el tiempo que no estuviste envejecí unos quince años. Y fueron solo horas, no me imagino más tiempo.

Nos quedamos un momento en silencio, observándonos. De repente aparta la manta de sus piernas y palmea el suelo a su lado con la mano. Me levanto y esquivo a Frijol y a su hermana hasta llegar a él. Me siento en el suelo, junto a él. Nos cubre a ambos con la manta y luego pasa su brazo por sobre mis hombros sin darse cuenta, se aparta al instante -Lo siento.

Vuelve a parecer el adolescente futbolista de preparatoria que solía ser.

Me río, no le digo nada.

Me acerco más a él y afirmo la cabeza en el hueco de su cuello teniendo especial cuidado en no rozar su herida.

Su cuerpo se siente tan familiar que me dan ganas de llorar. Me abraza por la cintura. No hablamos durante varios minutos en los que mis pensamientos y sentimientos están muy mezclados y confusos.

-¿No te preguntas que habría sido de nuestras vidas si los Otros nunca hubiesen aparecido?- dice de repente.

-Al principio, pero dejé de hacerlo. ¿Y tú?

-Sí. Me gustaría saber muchas cosas.

-¿Cómo cuáles?

Niega –Es ridículo, te vas a burlar.

-No lo haré, puedes decirme, no te preocupes.

Suspira y no me mira a los ojos -Me gustaría saber si me hubieran aceptado en la universidad al verme jugar, si hubiera alcanzado el último nivel de mi videojuego favorito, o si tal vez te hubiera pedido que me acompañaras al baile de graduación, te hubiera llevado en mi auto.

-¿Tu auto?- le pregunto.

-Solo para impresionarte- confiesa con una timidez repentina -. Era un proyecto que teníamos con mi papá. O bueno, él me ayudaba.

Me río de él -¿Sólo para impresionarme a mí?

-No seas cruel- se queja, pero también está riendo -Me gustaría saber si ese Ben Parish se hubiera animado a invitarte a salir.

Me quedo en silencio un momento -¿Querías invitarme a salir?

-Sí, es decir, lo planeé un par de veces. Al principio no sabía que me gustabas, creí que era solo amistad, pero después de un tiempo comenzó a ser más que eso. Nunca hice nada porque me acobardé. Siempre creí que podría haber ocurrido algo más entre nosotros- se queda en silencio un momento -. Aunque nunca se lo dije, creo que Daniel lo sabía. ¿Me pregunto qué diría él ahora?

Siento un nudo en la garganta -Se burlaría de nosotros por ser tan tontos y no confesarlo cuándo aun había tiempo.

-¿Quieres decir que ya no hay tiempo?

-Quiero decir que jamás lo sabremos- le respondo.

-¿Entonces es un no?

-¿Era una pregunta?

Nos reímos.

-Disfrutas verme sufrir.

-Si lo hubieras confesado hace un par de meses me habría muerto de la felicidad- admito, siento que el calor sube por mi cuello -. Aunque supongo que también fue mi culpa, yo también podría haber dicho algo. Por supuesto que no cuenta, pero el único momento en que tuve el valor de hablarte de mis sentimientos fue cuando creí que jamás podría verte de nuevo, fui demasiado cobarde y nada justa contigo.

-Me dolió mucho que te confesaras en aquél momento, porque supe que podríamos haber tenido una oportunidad.

Estoy nerviosa, me sudan las manos por lo que estoy a punto de decir -A mí también, hasta el día de hoy lo lamento- él me observa pero yo mantengo la mirada fija en las llamas -No es porque esté enamorada de ti, y no es que no lo esté, yo solo creo que estuve mal en confesarlo en aquél momento.

-Pero yo si estoy enamorado de ti.

Sus palabras me recorren todo el cuerpo, dejándome paralizada por un segundo, no sé bien qué decir -Está bien.

El suelta una carcajada -Creo que es la peor respuesta que he recibido nunca.

-Lo siento.

-Está bien, que esté enamorado de ti no significa que tienes que sentir lo mismo, no te preocupes.

Y lo dice así, con toda naturalidad, como si no tuviera mi corazón en sus manos justo en éste momento -Pero, si tienes dudas puedes besarme otra vez, yo no tengo problema.

Ahora soy yo la que suelta una carcajada, estoy muerta de los nervios, y probablemente no debería estar haciendo esto, pero después de todo lo que pasamos creo que un poco de relajación no está tan mal. Me acerco más a su rostro y él baja sus labios hasta los míos. En ese instante el mundo desaparece para mí, lo único que existe es él, su calidez, sus manos acariciando mi espalda, el aroma a tierra, ceniza y sudor de su piel...

Nos separamos, y yo siento que podría vomitar mi corazón en cualquier momento. Ben se aclara la garganta -Nada mal- dice con la voz un tanto más grave de lo usual, también está nervioso.

-Olvida lo que dije antes. ¿Quieres?- pregunta.

-¿Por qué?

-Porque no respondiste y me siento como un idiota- se ríe y juro que se ilumina todo su rostro, a pesar de estar pálido, ojeroso y con el cabello revuelto.

-No tengo una respuesta en este momento, Ben. Después de todo lo que sucedió, creo que hay cosas más urgentes que debemos resolver primero.

El asiente, sigue sonriendo, ya se esperaba la respuesta -Lo sé, Liv.

Nos quedamos en silencio una vez más y después ambos nos dormimos así, yo con una mano en su pecho, él aferrado a mi cintura.

Por primera vez desde que llegamos a Campo Asilo, y aunque sea un poco irresponsable, ambos bajamos la guardia.

Esa noche ninguno tiene pesadillas.

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To be continued...

Llegamos al fin de la primera parte de ésta historia!! Que emoción!!

ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO, es el primero escrito que he escrito y publicado nunca, está lleno de errores y muchísimas cosas que podrían mejorar, pero le puesto mucho tiempo, energía y cariño a esta obra.😂😂

Anyways, me disfruté mucho escribir esto, gracias por estar ahí y darme la oportunidad de compartirlo con ustedes. GRACIAS POR LEER Y SEGUIR ESTA HISTORIA CONMIGO!! DE VERDAD MUCHAS MUCHAS MUCHAS GRACIAS!! ❤️❤️❤️