Capítulo 2

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El timbre suena justo cuando me empiezo a sentir algo mejor, así que salgo del salón bastante menos nerviosa que antes. Camino hacia mi casillero para dejar los libros y luego ir a buscar a Ben para esperarlo y finalmente hablar con él.

Ay dios.

Aunque no hace falta que vaya a ninguna parte, porque aparece por el pasillo y se acerca casi trotando. Un amigo lo detiene antes de que pueda llegar y le dice algo, Ben niega con la cabeza y se despide.

-Déjame, yo te ayudo- dice cuando llega a mi lado y sostiene mis libros mientras termino de ordenar mis cosas y los guarda por mí.

-Gracias- intento no mirarlo a los ojos, me pondría más nerviosa.

-¿Vamos?- me pregunta.

-Creí que estabas en tu práctica.

Se encoge de hombros con una sonrisa de suficiencia -Sobrevivirán sin mí.

-Estoy segura de que ni notarán que no estás allí- me río.

-¿Sabías que eres cruel?

-Me lo han dicho.

Volvemos a reír y comenzamos a caminar. Se forma un silencio incómodo, al menos lo es para mí, por que Ben luce normal y tranquilo como siempre.

-Oye, Ben....- comienzo, y me aclaro la garganta para que mi voz sea mas clara -Quería hablarte de algo.

-Ok- continúa normal, no ha notado lo nerviosa que estoy. Saluda con la mano a algunos amigos suyos mientras recorremos el pasillo.

Y es que Ben Parish es increíble.

Es amigo de la mitad de la escuela, todos lo conocen y lo quieren. Tiene ese tipo de popularidad que no te da envidia, solo quieres ser parte, quieres caerle bien, quieres que te note, que te dirija la mirada y si tienes suerte, que hable contigo y recuerde tu nombre. Siempre fue agradable y amable, es educado y guapo, suele coquetear con la mayoría de las chicas con las que habla, lo que no es mucho de mi agrado, y es fácil hablar con él.

Siempre es fácil, excepto ahora. No sé cómo decírselo, no sé por donde empezar, no sé qué decir.

-Bueno... tal vez te suene estúpido- suspiro nerviosa.

-No lo creo. Nunca dices cosas estúpidas- dice, ajeno a lo que estoy sintiendo. Se me acelera el corazón, pero intento mantener la calma. Respiro por la nariz lentamente.

-¡Ay, gracias al cielo era la última clase!- Daniel se acerca por detrás y se cuelga de mis hombros, haciendo que casi pierda el equilibrio. -¡No estaba seguro de soportar otra hora mas sentado en un salón!

-Ten cuidado- le digo, pero me ignora y deja caer todo su peso sobre mí. Antes me molestaba, pero llegó un punto en que me rendí y tuve que acostumbrarme. Así es Daniel, y es mi mejor amigo después de todo.

-Tampoco yo, de hecho hoy decidí faltar a la práctica- dice Ben, orgulloso de sí mismo. Es la segunda vez, desde que comenzamos la secundaria, que falta a una práctica de fútbol americano, y la primera vez fue solo porque estaba enfermo.

Daniel me mira con curiosidad, yo me encojo de hombros -A mí no me preguntes.

Entonces observa a Ben -¿Qué es esto? ¿Ben Parish faltando a una práctica de americano?

-No me juzgues- ambos nos reímos.

-Está bien, pero no quiero escuchar uno de tus sermones sobre la responsabilidad-dice Daniel, luego, me suelta y se para frente a nosotros con una enorme sonrisa -Cambiando de tema... ¡Fiesta de piscina en mi casa este domingo! Mis padres se van de viaje a Nueva York.

La Quinta Ola - El Inicio (Ben Parish)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora