Capitulo 27

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Lo primero que hago es llevarme la mano al lente y sacarlo del casco, luego lo vuelvo a colocar.

Verde.

-¿Qué pasó?- pregunta Hacha.

-Se encendió, estás en verde- murmuro aun en estupefacción.

Ninguno dice nada por varios segundos.

-¿Entienden lo que significa? Si eres verde estás infectado. O mejor... si eres verde es porque no llevas rastreador- dice Hacha.

-Eso no tiene sentido- dice Ben con la voz tensa.

-Tiene todo el sentido del mundo.

Ben levanta el arma hacia Hacha pero no la apunta directamente, aún -No.

-Vamos Zombi, nos recolectaron, nos entrenaron, nos marcaron y nos enviaron a exterminar a los pocos humanos que quedaban, es simple.

Él me toma por el brazo y me aleja de Hacha. Me pone tras él y empieza a retroceder lentamente.

-Las lentes muestran a los que no llevan dispositivo, no a los infestados.

-No te acerques- le advierte, pero ella sigue avanzando.

-Zombi...- le toco el brazo pero no baja el fusil.

-No la escuches, Liv.

-Nos enviarán en más misiones hasta que acabemos con todos los que no estén marcados, y luego se desharán de nosotros también. Nosotros somos la Quinta Ola.

Ben sube la punta del cañón hasta el pecho de Hacha y lo apoya sobre su corazón. Está a punto de disparar, tengo que hacer algo.

Me doy cuenta de que aún tengo el cuchillo de Hacha en la mano, así que no lo pienso dos veces.

Me lo llevo a la nunca y palpo con un dedo hasta encontrar el pequeño bulto alojado en la base de mi cráneo.

Paso la hoja de forma limpia, el dolor me aturde por un momento, pero lo extraigo.

-Zombi- le digo. Él se voltea y retrocede cuando me ve. Se queda de pie sin creerse lo que ve.

-Liv- es todo lo que dice.

-Oye, soy yo. Créeme, soy humana- no sé muy bien que decir -Hacha también lo es y tiene razón.

Él vuelve a mirar a la chica que está parada a un metro de nosotros.

-Ben- le digo suplicándole con la mirada. Me acerco a él despacio, sé que no va a dispararme. De hecho suelta el arma, se le resbala de los dedos, cae al suelo con un estruendo metálico.

Me mira muy serio y sé que tiene miedo de que en verdad yo sea uno de ellos, pero debo demostrarle que no es así -Soy yo- le digo. Me sigo acercando hasta quedar a pocos centímetros de él.

-Pruébalo.

Mi mente se queda en blanco un momento y mi cuerpo se mueve solo. Así que me acerco más a él y pego mis labios a los suyos.

Es un beso muy simple, aunque desesperado, ansioso, lleno de alivio... y demasiado corto.

Al separarme de él me cuesta un segundo extra recordar donde estoy y lo que acaba de pasar. Me siento demasiado aturdida. Y no sé por qué lo hice.

En realidad sí lo sé: fue porque quería. Y la verdad el momento se presentó solo.

Intento ordenar mis pensamientos ya que por un segundo sentí que estaba de vuelta en la secundaria, siendo la adolescente tonta y cobarde que nunca confesó sus sentimientos hasta que fue muy tarde.

La Quinta Ola - El Inicio (Ben Parish)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora