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ARIANNA SHARP
📍UBICACIÓN DESCONOCIDA





Ahora mismo, lo único que me motivaba a seguir era saber que mis dos amigos de la Royal se recuperarán pronto y que volveremos a la ciudad Inazuma.

En la autocaravana inazuma iba con la mirada en la ventana recordando momentos, con Jude, con los chicos, con Samford y Joe...incluso se me caía una que otra lágrima que apartaba rápidamente.

Una vez vi la torre relámpago miles de recuerdos llegaron a mi, principalmente con Axel, nunca lo admitiría pero no era lo mismo sin él, ya no tenía con quién pelearme.

—Señor, pare un momento porfavor.—Mark bajo como una bala, yo por simple curiosidad bajé con él, así podría apartar mis pensamientos.

—¡Tornado oscuro!—Era un chico, probablemente menor que nosotros, realizaba exactamente la supertecnica de Axel solo que le dio un toque suyo.

—¡Feldt!—Mark llamo al portero del instituto Brain.

—Oh, hola Mark, Arianna.—Le dedique una sonrisa a forma de saludo.

—Cuanto tiempo sin vernos.—Hablaba un muy animado Mark.

—A si que habéis vuelto.

—Sip.—Le contestaba Mark.—Estábamos a punto de ir al Raimon cuando os hemos visto aquí.

—Que bien.—Le respondió.

Ellos dos seguían intercambiando palabras mientras yo inspeccioné con la mirada al chico, me gustaba el misterio que desprendía, parecía ser buen chico.

Volví a de mis pensamientos cuando Feldt presentaba al chaval.

—Este chico de aquí es Shadow Cimmerian. Pero todos le conocen como Shadow.

Shadow, estaba segura de que no me olvidaría de él.

—Hola Shadow.—Le saludó Mark.—Oye ¿Por qué llevas el chándal de nuestro Instituto?

—Porque le trasladaron hace poco al Raimon.

—¿Qué lo trasladaron?—Preguntaron Nathan y Mark.

—El día que destruyeron el Instituto.—Dijo Shadow.

—Entonces fue cuando nos atacaron los de la Academia Alius.

—Me gustan los equipos fuertes, por eso vine al Raimon, pero fue después de que ya os hubierais ido.—Habló apenado.

Feldt dijo de que estaba creando un equipo de apoyo anti Academia Alius, se sentía genial ver cuanta gente te apoyaba, me sentía querida.

Mark le agradeció casi llorando de la alegría y volvimos a la caravana con dirección al Instituto.

Allí nos dijeron que podíamos tomar un descanso. Yo volví a recorrer la ciudad sin compañía de nadie, me gustaba estar sola, me gustaba fundirme en mis pensamientos sin que nadie me hablara.

También pasé por el hospital, visité a Sam, Steve y a mis demás compañeros.

Por más que intentará sacarme a Axel Blaze de la cabeza me era imposible, ¿Seguirá en la ciudad? Seguramente no, me arrepiento muchísimo de no haber corrido tras él a darle un abrazo, me arrepiento de no haberme despedido por mi orgullo.

¿Y Julia? ¿Estará bien? Esa niña se había ganado mi corazón, era como una hermana pequeña a la que debía de proteger.

Suspiré hondo al ver que había caminado sin rumbo y sin enterarme de que estaba caminando si quiera, a saber cuántos coches casi me atropellan.

Bufé al no saber dónde me había metido, nunca pero nunca había visto está calle y me estaba empezando a preocupar.

Me taparon la boca, me puse mucho más nerviosa de lo que estaba, cuando iba a morderle la mano, reconocí el perfume que esa persona llevaba puesto.

Era el puto perfume de Blaze.

Me destapó la boca al ver que dejé de imponerme.

Me di vuelta, era un chico encapuchado, se quitó la capucha y quede perpleja, era Axel.

—¿Axel?—Pregunté susurrando.

—Escucha Ari, no tenemos mucho tiempo ¿vale?

—Me da igual, ¿dónde coño estas metido?—Pregunté. Buscando respuestas.

—Si te lo digo te pondría en peligro, y es lo último que quiero, nesecito que no le digas a nadie que me has visto.—Asentí—. La Academia Alius tiene muchísimos equipos detrás, Épsilon no son los últimos ni mucho menos...—Veía la intención de Axel de seguir explicándome aquello que me iba a contar.

Mordí mis uñas con nerviosísmo, él apartó mi mano de mi boca, para que dejase de comerme las uñas. Solía hacerlo todo el tiempo, diciéndome que eso a la larga me acabaría afectando.

Sabía que la Alius nos traería problemas, pero no tantos.

—¿Qué vas a hacer ahora, Axel?—Pregunté cambiando radicalmente de tema, no me importaba la Alius ahora.

—Irme. Saldré de la ciudad.—Respondió.—No nos veremos dentro de mucho tiempo Ari, espero que cuando llegué el momento de reencontrarnos no sigas con tu estupidez de que eres mejor que yo.—Se burló.

Ambos nos reímos.

—Sabes que soy mejor.

—Sinceramente, eres una increíble delantera, no lo niego, sólo que yo soy mejor.—Miro hacia arriba con aires de grandeza.

—Te juro que para cuando vuelvas, te demostraré que te doy mil vueltas.—Lo señalé con mi dedo índice.

—Solo dedicame tus goles, soy tu fan número uno.

—¡Axel aceptando que es mi fan!—Me reí.

Ambos empezamos a reír, a sabiendas de que tal vez sea la última vez dentro de mucho que lo mire a los ojos.

Él empezó a sacar momentos vergonzosos míos de cuando éramos niños, la verdad es que me daban tanta vergüenza que incluso me reía.

—Por favor, cállate.—Supliqué entre risas.

Me acerqué para pegarle, él agarro mi muñeca antes de que pudiera pegarle y me apegó a el. Levanté un poco mi mirada encontrándome con sus ojos casi negros, tan difíciles de leer.

No sabía lo que hacía, pero tampoco había vuelta atrás. Ambos juntamos nuestros labios en un beso calmado y con mucho sentimiento.

Hacía tanto tiempo que no lo besaba, que casi olvidaba lo bien que se sentía, lo bien que encajaban nuestros labios.

Nos separamos por falta de aire, juraría que fue el beso más perfecto que había tenido nunca.

Su mirada me indicó que tenía que irse, por lo que lo abracé como si fuera la última vez que lo haría.

—Volveremos a vernos.—Susurró en mi oido.

Sentí como su simple voz me movía el suelo. No quería aceptarlo, pero estaba jodida.

Jodidamente enamorada de Axel Blaze.

𝐋𝐀 𝐑𝐄𝐈𝐍𝐀 𝐃𝐄 𝐋𝐎𝐒 𝐃𝐄𝐋𝐀𝐍𝐓𝐄𝐑𝐎𝐒 || 𝐈𝐧𝐚𝐳𝐮𝐦𝐚 𝐞𝐥𝐞𝐯𝐞𝐧¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora