51

809 58 0
                                    


ARIANNA SHARP
📍MONTE FUJI


Nos dimos un abrazo grupal, contentos de haber derrotado a la academia alius, por fin.

—Mark—. Se acercó Xavier.

—Xavier.

—Es fantástico tener compañeros así.

—Es verdad, pero ¿sabes?, me alegro mucho de que tú también lo comprendas, Xavier—. Mark le tendió la mano y este la aceptó.

Astram bajó y se disculpó con Génesis.

—Siento mucho haberos hecho sufrir tanto. Lina, creo que estaba poseído por esa piedra alius, pero gracias a tu equipo he llegado a darme cuenta de todo.

—Padre...

—Si, ahora veo que el proyecto Génesis ha sido un error.

—¡No vengas con esas! ¡No permitiré que reniegues de nosotros después de haberlo dado todo por ti!—. Bellatrix se levantó y chutó un balón contra su padre.

Balón que Xavier paró con su estómago.

—¿Por que Xene?—. Le preguntó Bellatrix—. ¿Por qué lo has parado? ¿No lo has visto? ¡Se ha renegado de todos nosotros!

—Es verdad, puede que tengas mucha razón en lo que dices, comprendo cómo te sientes, ¡pero aún así este hombre es mi padre!

Xavier...

— Lo sé, sé que no se trata de mí verdadero padre, incluso mi nombre, Xavier, procede del auténtico hijo de Astram Schiller, que murió hace mucho tiempo. Pero no me importó nada, sabía muy bien que padre estaba manifestando sobre mí los recuerdos del auténtico Xavier. Nadie puede decir que no disfrutásemos cuando padre venía al orfanato. Con solo ver su rostro, ya me sentía contento, era la felicidad.

—Aunque padre decida renegar de nosotros para siempre, no quita lo mucho que significó en mi vida. Sobre todo porque tú eres el único padre que tengo en este mundo.

—Xavier...¿Pero tanto te importo, de verdad? Y sin embargo he cometido un gravísimo error, no merezco que vosotros me sigáis llamando padre—. Astram le pasó el balón a Bellatrix, para que chute contra él.

Ella hizo el amagó, pero rompió a llorar, cayendo al suelo.

—No, no puedo tirar, no puedo chutar, porque tú eres el padre que tanto significa para mí—. Dijo mientras lloraba.

Todos rompieron a llorar junto a ella, incluso a mí me llegaron ganas de llorar.

—Va a tener que explicarnos algunas cosas señor Schiller. ¿Puede contarnos por qué empezó el proyecto Génesis, y en qué punto del mismo se desvió del camino recto?—. El detective Smith hizo acto de presencia.

Un nudo se formó en mi garganta, ya casi llegaba la hora.

(...)

Una explosión sonó cerca nuestro, el estadio estaba cayendo en pedazos.

La salida estaba bloqueada.

Veteran plantó la autocaravana en medio del campo y nos incitó a subir.

Pasé el brazo de Xavier por mis hombros y me acerqué a la autocaravana.

—Padre—. Xavier hizo el amago de devolverse.

—Xavier, no hay tiempo—. Grité.

—Sube, te alcanzaré ahora—. Me ordenó el pelirrojo.

Una mierda, el delantero no podía ni caminar solo.

Me di vuelta junto a él aún sujetándolo.

—Padre, tenemos que irnos, corre.

—No, yo me quedo aquí, quiero estar seguro de que este es el final de la piedra Alius. Creo, que esto puede compensar el daño que os he echo.

—¿Pero que está diciendo? ¿En que va a ayudar que usted muera aquí? ¿Cree que eso va a hacer felices a Xavier y a los demás? ¿Todavía no lo comprende? ¡Xavier, Bellatrix y los demás le necesitan!—. Grité.

—Ahora entiendo porque mis hijos te quieren tanto—. Murmuró.

—Vamos, padre.

—Xavier, ¿Crees que algún día podréis llegar a perdonarme por todo lo que os he hecho?

Xavier asintió, con lágrimas en los ojos.

Corrimos hacia la autocaravana y esta arrancó.

Salimos del monte Fuji a tiempo, un poquito más y moríamos a causa de una explosión.

—Se acabó, por fin.

(...)

Habían comunicado que los de tormenta de Géminis y Épsilon estaban bien.

Quería ver a Claude y Bryce, pero tendría que esperar.

—Muchas gracias, equipo, quiero que sepáis que sin vosotros nunca hubiera llegado hasta aquí, gracias por todo—. Se despidió Aquilina.

(...)

—Que ocurre.

—Que mi padre quiere daros las gracias en una ceremonia oficial.

¿Qué?

—Pues vamos corriendo al Raimon, tenemos que decírselo a Nathan y a los demás.

De camino al Raimon, la caravana se estropeó, por lo que bajamos a un pequeño campo que había cerca, mientras arreglaban la caravana.

Axel pasó su brazo por mis hombros y nos sentamos en el césped frente al campo.

—¡Oh, venga ya! ¡Estos dos no van a jugar por estar besuqueándose!

—¡Yo no me besuqueo con nadie, Hurley!—. Quite mi zapato y se lo lancé al nombrado.

Corrió despavorido, causando mi risa.

—¿Sabes? No sé qué pasará después de esto. Pero, quiero que sepas que las decisiones que tome, son por mi bien. Prométeme que nunca vas a odiarme—. Le pedí

—Te lo prometo, pero ¿a que viene todo esto Ari? ¿Que está pasando?

—No es nada—. Negué.

(...)

El instituto estaba muy sombrío, incluso llegaba a darme miedo.

—Amigos del Raimon, os estaba esperando. Porque no sé si sabéis que todavía os queda un último partido por jugar.

Uno de los encapuchados que estaba detrás del peli azul que acompañaba a Astram, se deshizo de su capucha.

—¿¡Nathan!?

—¡También Kevin!

Jim, Steve, Tom e incluso Timmy estaban allí.

—Cuanto tiempo sin vernos, Mark.

—¿Que significa esto?

— Que ha llegado el momento de hacer realidad mi propia ambición.

Nathan enseñó el balón de la Alius, casi se me cae la mandíbula.

—Consideradlo un saludo.

Ellos se colocaron en el campo.

—Les ayudaremos, a que sean otra vez como eran.

—Estoy de acuerdo. Ellos estuvieron a mi lado cuando estuve a punto de abandonar el fútbol. Ahora toca ayudarles—. Dijo Axel.

—Bueno chicos, ¿estáis preparados? Tenéis que demostrarles cuál es el fútbol del Raimon.

Un "¡Sí!" de todos nosotros se hizo presente ante las palabras del entrenador Hillman.

Por nuestros compañeros.




















YA CASI EN EL FINAL DEL PRIMER ACTOO
voy a llorar
Casi dos años para terminar esta historia

𝐋𝐀 𝐑𝐄𝐈𝐍𝐀 𝐃𝐄 𝐋𝐎𝐒 𝐃𝐄𝐋𝐀𝐍𝐓𝐄𝐑𝐎𝐒 || 𝐈𝐧𝐚𝐳𝐮𝐦𝐚 𝐞𝐥𝐞𝐯𝐞𝐧¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora