Bell Cranel, convocado desde el trono para luchar en una guerra junto a su Master por el preciado santo grial o al menos así es como debería de ser.
pero tal vez. . . y solo tal vez esta podría ser una segunda oportunidad.
Nos encontramos con una escena un tanto cómica, un hombre pelinegro con ojos azabache estaba regañando a dos adolescentes albinos uno mayor que el otro, este vestía una armadura ligera plateada junto a una bufanda color bermellón al lado de este una elfa los veía algo desconcertada.
— ¡QUE TAN IMPUIDENTES PUEDEN SER!¡ARGO!¡BELL! EN QUE ESTABAN PENSANDO AL TRATAR DE LIBERER SUS NOBLE PHANTASM EN UNA HABITACION COMO ESTA.
— Pero viejo...
—NADA DE PEROS.
— lo siento Albert / lo siento viejo
ambos se disculparon pero... ¿Cómo llegamos a estas circunstancias?
para eso necesitamos remontarnos unos minutos antes.
...
una capa de polvo se esparcía por la habitación y en medio de ella un albino con una armadura ligera portaba en cada mano una espada. roja y dorada respectivamente.
posando "heroicamente" con sus ojos cerrados.
Lefiya le entrego la espada a Bell y tomo su daga cuando el otro albino empezó a hablar.
— Servant, clase Alter Ego... ¡Argonauta!
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todo quedo en silencio, Lefiya iba a hablar pero Bell la detuvo viendo divertido la escena.
al no recibir respuesta el servant empezó a abrir los ojos lentamente solo para quedar congelado en el acto.
sus piernas empezaron a temblar, sus brazos perdieron fuerzas mientras miraba a Lefiya con terror.
— Fi-Fi-Fi-Fi ¡FINAAAAA! ¿Q-qué haces aquí?, ¿es por lo de los baños? o ¿acaso es por que toque el trasero de ella? ¡ya te dije que no fue mi culpa, estaba en frente y no pude evitarlo!
los ojos rojos del héroe parecían estar al borde de las lagrimas, realmente una vista bastante penosa considerado que era.
— esto... ¿Quién es Fina?
— ¿eh? ¿no eres Fina?
— ehmm creo que ¿no?.
con un suspiro la esperanza volvió a los ojos de Argonauta, al menos hasta que sintió un golpe en la espalda.
— es un gusto volver a verte Argo.
los ojos de ambos se entrecerraron viendo al otro directamente.
— oh... así que aquí estabas, conejo
— ¡no me llames conejo!
— ¿por que no? pareces uno
— ¿acaso te has visto al espejo?.
todo era visto por la elfa que se estaba preparando para la siguiente invocación.