Hero's Fate

XIV

"Prueba"

Otra mañana era presenciada en el 18º piso.

El ambiente era pacifico, tal vez demasiado como para representar algo bueno.

El campamento de la <Familia Loki> ya no se encontraba donde antes había estado, el primer grupo ya había partido hacia la superficie con el segundo en espera para partir.

Albert había a acompañado a Lefiya junto con el primer grupo lo que dejaba tanto a Bell como Argo con el segundo grupo.

No era algo que les molestara a ambos Servants que sabían que Albert era lo suficientemente fuerte como para cuidar a su Master tanto en la mazmorra como en la superficie.

Aun así...

— Qué aburrido. . .

Argonaut suspiro con pesadez.

La situación no había cambiado en más de una hora y eso comenzaba a aburrir al Servant clase Alter ego.

Algunos miembros menores de <Loki Familia> que se habían quedado con ellos se movían por la zona, preparando sus cosas para la partida, los miembros de <Takemikazuchi Familia> que habían rescatado estaban igualmente en espera junto a los acompañantes que Bell había traído, el herrero y la pallum.

Nadie sabia donde estaba el dios Hermes.

Bell por su parte se encontraba entrenando con el Capitan de la <Familia> oriental quién se había acercado a el después de escuchar a algunos miembros de la "Familia mata gigantes" hablar de sus proezas en los pisos profundos.

Era más que obvio el hecho que Ouka no tenía oportunidad contra el albino, la brecha de niveles era demasiado grande, aun así, Bell se aseguraba de no lastimarlo mucho.

Aun tenían que subir y Bell no estaba dispuesto a cargarlo dieciocho pisos hasta la superficie, pero no iba a dejarse a Argo tampoco quién probablemente lo arrastraría hasta la entrada de Babel.

— ¡Vamos!, ¿eso es todo?

El rey conejo provoco.

— ¡¡Claro que no!!

Ouka, siendo el orgulloso guerrero que era, cargo contra el héroe con su hacha y un audible grito de guerra que llamo la atención de varios que pasaban por el lugar.

Solo para que su rostro se encontrara frente a frente con el plano carmesí de la espada supuestamente indestructible, mandándolo volando en dirección de un árbol por décima vez.

Vio su cuerpo girar hasta impactar con el árbol en el que reboto y finalmente cayo al suelo.

— Eso fue muy predecible... otra vez.

Aun que realmente no importaba.

Independientemente de qué tan rápido el guerrero oriental se moviera o qué estrategias implementara, simplemente no parecía moverse a sus ojos.

Tal era la diferencia... un movimiento mal calculado y podría arrancar la cabeza del chico con solo la brisa del impacto.

Era un sentimiento con el que había aprendido a lidiar en vida con forme creía y se volvía cada vez más fuerte a un ritmo extremadamente acelerado.

Podría sonar un poco pretencioso, pero... además de otros Servants y la gran calamidad que habitaba en aquel valle de la muerte, realmente no había ser en este mundo que rivalizara con el en cuestión de fuerza.

Al menos que supiera, nadie sabia realmente qué era lo que habitaba en las profundidades del agujero que llaman calabozo.

Pero el oriental quería hacerse más fuerte... uno o dos huesos rotos no podían evitarse.