Nueve.

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T/N:¡Oye, despierta idiota! -Le grité a Cinco tirándole una bola de papel que había por ahí.-

Cinco: Ya desperté, no tienes por qué aventarme cosas.

T/N:¿Y dónde queda la diversión si no puedo aventarte cosas? -Reí y él me miró mal.- Lance está metiendo su perro al auto, es ahora o nunca.

Cinco: Preferiría que nunca, pero está bien, Vamos.

Bajamos de la furgoneta y fuimos hacía su auto sin que nos vea, saqué una navaja y la sostuve con fuerza.

T/N: Tú ve al asiento de atrás, yo al de adelante.

Él asintió y frunció el seño al ver la navaja.

Cinco:¿De dónde la sacaste?

T/N: No quieres saber.. -Me miró incrédulo.- De la habitación de Diego.

Cinco: Shh, ahí viene.

Lance dejó a su perro en el asiento de atrás y él se subió adelante.

Cinco se teletransportó al asiento de atrás y en simultáneo me subí al asiento del copiloto, me acerqué rápidamente a Lance y puse la navaja en su cuello.

Lance:¡Wow!

T/N: Escucha con atención por qué tienes una sola oportunidad, una sola, Para decirme qué es lo que hacen en ese laboratorio.

Lance: Fabricamos diversas prótesis para pacientes falsos, se lo facturamos a las aseguradoras y las vendemos en efectivo en el mercado negro.

T/N:¿Incluyendo ojos?

Lance: Si, son lo que más me solicitan, se venden cómo pan caliente, tengo cómo veinte compradores en la lista de espera.

T/N:¿Osea que el ojo con el número de serie que te di..?

Lance: Pudo ser uno de ellos, si.

T/N: Necesito esa lista Lance, con nombres y números de teléfono y la nececito ahora.

Lance: No la tengo, o no encima, en el laboratorio está la única copia.

Cinco: Bueno, enciende el auto, vamos a hacer una pequeña excursión.

Le quite la navaja de el cuello para que pueda conducir y me puse el cinturón, al igual que Cinco, el cuál iba viendo de reojo al perro.

(...)

Estacionamos a una calle de ahí, según Lance siempre lo hacía en el mismo lugar, caminamos hasta allá y a media calle pude ver cómo un eminente humos salía de la fábrica.

Corrí hacía ella, quizás aún no era tarde.

Cinco me gritó y corrió tras de mi, pero yo fuí más rápida, siendo que al llegar ahí el lugar explotó literalmente frente a mí y me arrojó hacia atrás por la onda expansiva.

Cinco:¡T/N! -Corrió hacía mi y se arrodilló a mi lado en el suelo.- ¿Estás bien?

Las sirenas de la policía y los bomberos comenzaron a escucharse a lo lejos.

T/N: Estoy bien, pero.. la fábrica, el laboratorio, los papeles..

Cinco: Eso no importa, esas cosas tontas no importan, lo que importa es que estás bien.

Volteé a verlo.

T/N:¿Qué no importan?

Cinco: Eso no es lo que quise decir.

T/N: Pero lo hiciste.

Cinco: T/n no lo tomes personal, esto que haces es..

T/N: Déjalo, ni siquiera quiero oírte.

Cinco: Levántate, va a llegar la policía, vámonos de aquí.

Me extendió su mano para ayudarme pero no la tomé, me levanté sola y él suspiró ante mi acción.

T/N: Estoy bien, no necesito tu ayuda.

Cinco: Vámonos.

T/N: No, yo me voy por mi lado, tú te vas por el tuyo.

Cinco: Ya te dije que...

T/N: No me importa lo que tú hayas dicho, sólo ya no me busques, hablo en serio.

Me di la vuelta y me fuí.

Cinco: T/n, espera.

T/N:¡Lárgate!¡Olvídalo! Yo ya lo hice.

-Narra Cinco.-

Ví cómo ella se elejaba.

Por supuesto que se va y lo olvida, es todo lo que sabe hacer.

Comencé a caminar para alejarme de ahí y vi a mis hermanos urgando en la furgoneta que usamos ayer.

Me acerqué hasta ellos.

Cinco:¿Qué diablos hacen aquí?

Ambos se sobresaltaron hasta que supieron que era yo.

Luther: Estamos buscando a número Ocho.

Diego: Tú estabas con ella, ¿Dónde está?

Cinco: Acaba de dejarme aquí, conociéndola puede estar en cualquier lado ahora.

Diego:¿Nos ayudas a buscarla?

Cinco: Mientras no protagonicemos un capítulo de Dora la exploradora por mi está bien.

Luther: Oye, el nombre ya lo tiene. -Bromeó.-

Diego: Uy si, muy graciosos, pero así no ayudan a encontrarla.

(...)

Ya era de noche, sólo se nos ocurría un último lugar en el cuál buscar, la biblioteca pública, se me ocurrió buscar allí por qué solíamos escaparnos de niños para venir aquí e investigar sobre viajes en el tiempo.

Diego y Luther se encontraban peleando cómo de costumbre hasta que escuché a una señora hablar.

—Llamaré a seguridad para que la saquen.— Dijo.-

Me acerqué hasta allá y la Vi, durmiendo en el suelo al rededor de un par de botellas de alcohol vacías y con la maniquí, ¿Cómo dijo que se llamaba? ¿Daniela?¿Daisy?¿Delfina? No lo recuerdo.

Cinco: Oigan idiotas. -Llamé a Diego y a Luther.- Ya la encontré.

Ambos vinieron hacia mi y la vieron.

Luther:¿Está...?

Diego: Ebria cómo cosaco. -Rió.-

Me puse de cuclillas y moví su hombro.

Cinco: Oye.. Despierta t/n.

Luther:¿T/N?

Cinco: Ese es su nombre.

T/N: Te dije que te fueras. -Murmuró con tono de ebriedad.-

Cinco: Ven, hay que irnos.

Quise cargarla para irnos, dudo que pueda caminar en este estado, pero ella palmeó mis manos.

T/N:¡Aléjate!¡Tú no me toques!

Suspiré, me puse de y miré a Luther.

Cinco:¿Piensas hacer algo o sólo te quedaras ahí parado?

Luther: Oh, si claro.

Luther la cargó e intenté tomar al maniquí.

T/N:¡No! No quiero tus sucias manos en ella, yo la llevo. -Dijo aprentando a la maniquí con fuerza.-

Diego: No sé que hiciste, pero ella de verdad te odia ahora, hermano. -Rió a carcajadas.-

Cinco: Cómo sea, vámonos, antes de que llamen a seguridad y nos saquen de aquí.

Cambio de roles.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora