Diesinueve.

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T/N:¡¿De dónde sacaste esa granada?!

Cinco: Es una larga historia, ahora vámonos. -Dice él, para tomar mi mano y comenzar a correr por los pasillos.- Hay que buscar uno de esos maletines para irnos.

T/N: No creo que haya tiempo para eso Cinco, mira allá. -Le digo señalándole a unos guardias de seguridad.-

Jalo su mano para escondernos detrás de una pared y que los guardias no nos vean.

Cinco:¿Y cómo nos iremos entonces? Por qué no quiero saber que es lo que va a pasar si nos quedamos aquí.

T/N: Sólo se me ocurre una idea, y por dónde lo veo, es la única opción viable que tenemos.

Cinco: Bien, ¿Cuál es tu idea? -Yo lo mire obvio, y él entiende de inmediato lo que quiero decirle.- ¡No!

T/N: Acéptalo, tu poder es lo único que nos queda.

Cinco: ¡No, eso no es una opción viable! Es todo lo contrario, es una locura.

T/N: Nos gusta eso, ¿No es así?

~Flashback.~

—¡Están locos!— Exclamó número tres.—

—Bajen de ahí o se lastimarán.— Ordenó el primero.—

—¿Qué hacen ellos tres ahí? —Preguntó número seis, viendo a tres de sus hermanos colgando de cabeza.—

—¡Es un experimento social!— Exclamó número Ocho balanceándose un poco.—

—Se me está yendo la sangre al cerebro.— Carcajeó Cinco.—

—Yo ya veo doble.— Dice el cuarto entre risas.—

—¡Déjense de mover o les daré en la cabeza!— Les dice el segundo de mala manera, arrojando el primero de sus cuchillos.—

—¡No vuelvas a hacer eso o le diré a papá!— Le ordenó el primero a su hermano, responsable de que ese cuchillo se clavara en la pared.—

—¡Ay!— Exclama Número cuatro, quién acababa de caerse.—

—¿Ven? Ya se averió.— Dice Luther, viendo a su hermano sobándose la cabeza por el golpe.—

—Él nació averiado.— Dice número Seis.—

—¡Oye! Te escuché Seis.. Y otro Seis.— Dice apuntando a un punto vacío, justo al lado de su hermano.—

—¡Ahí va otro!— Avisa el número dos, para luego tirar otro cuchillo.—

—¡Uy, casi me das!— Ríe número Ocho.— Intenta de nuevo, por qué sigues teniendo puntería de abuela.—

—Quiero creer que no vas a reírte cuando te dé en el riñón.— Comenta número Siete.— Estás loca de remate, Ocho.—

—Las locuras son las le dan sentido a nuestra patética vida.— Explica número Cinco, bajándose de el tubo en el que estaban colgados.—

—Sin eso, todo sería muy aburrido. —Completa Ocho, bajándose con ayuda de número Cinco.— Además, ustedes también se rieron.—

—Para no llorar.— Corrige el primero.—

—Aguafiestas.— Le dice Cuatro, sacándole la lengua.—

—¡Cuidado!— Advierte Diego, quién había lanzado otro cuchillo.—

—Oye, ya nos bajamos de ahí.— Se queja Cinco.—

—Da igual, que los tire hasta que logre acercarse a mi siquiera.— Ríe Ocho, para luego empezar a correr mientras él segundo de su hermano le lanza cuchillos.—

Cambio de roles.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora