Original Love: "Klaus Mikaelson" [2]

OL: ¿El final de la familia?

Klaus

Entramos sigilosamente al recinto mientras vemos a los vampiros pelear por diversión. Me acerco rápidamente a una de ellas y la tomo del cuello.

-Buenas noches. - digo y rompo el cuello de la vampira antes de mirar a Marcel en la planta superior observando todo. - Me gustaría hablar.

-¿Qué crees que estás haciendo? – gruñe Marcel.

-Parece que hemos interrumpido una colección de aficionados asquerosos. - las miradas se centran en Elijah. - Estamos aquí por Danielle, entrégala o mataremos a todos aquí. Empezando contigo, Marcel.

-Vaya si tienen descaro al venir a mi casa y demandar así. - responde este.

-Tú casa ¿cierto? – río sin humor.

-La chica, no volveré a pedirlo. – gruñe mi hermano.

-Asumo que no solo hablas de Danielle... otra chica más, así de alta. - expresa con sus manos. - Cabello oscuro, actitud malhumorada.

-No juegues conmigo, Marcel. - gruño.

-¿Qué tiene de especial? - me pregunta.

-Si te refieres a la loba, es una amiga de la familia. Sabes como soy de sentimental con los amigos. – lo miro fijamente y sostiene mi mirada.

-Bueno, yo no las tengo. Y antes que empieces a enojarte, les hice una visita anoche. Sentía nostalgia. Así que hice un pequeño viaje a la plantación donde solía ser un esclavo, te imaginas mi sorpresa cuando me di cuenta de que la familia Original de vampiros había establecido su residencia. Tu chica abrió la puerta junto a la morena. Intercambiamos saludos. Eso fue todo. – murmura y mis ojos transmiten desconfianza. – No me crees, echa un vistazo. Diablos, incluso voy a ayudarte a encontrarla, pero la pregunta que me hago es... Si Danielle no está aquí ¿Dónde está entonces?

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Danielle

Abro mis ojos pesadamente antes de darme cuenta que estoy en el maletero de algún auto. Nos atacaron por detrás y no tengo idea de quién malditamente fue por lo distraída que estaba. Me alarmo al ver a Hayley a mi lado aún inconsciente antes de pegar una patada al ventanal del coche y romper el cristal.

El auto se detiene de manera brusca y a los segundos siento pasos caminar hasta el maletero. Lo abren y lanzo patadas sin mirar a mi atacante aún.

-¿En serio? – pregunta el chico antes de que lo mire confundida.

-¿Tyler? – aprieta las sogas con verbena que mantienen mis pies juntos y suelto un grito. – Déjame ir, me...

-¡Cállate! – me ordena.

Me toma en sus brazos como si fuera un costal y no puedo atacarlo por lo debilitada que me tiene la verbena.

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Me sienta en el suelo antes de que observe la cabaña del pantano que no reconozco.

-¿Qué es este lugar? – le pregunto.

-El centro de la ciudad. – responde.

-¿Qué vas a hacer con eso? – sostiene un cuchillo.

-Depende de ti. – se acerca a mí.

-Nos atacaste ¿Recuerdas? – le pregunto y me desata. – Me emboscaste en mi propio patio trasero. Ha pasado mucho desde la última vez que te vi.

-¿Te refieres a que estás embarazada? Un bebé híbrido. Sí, lo sé todo. Estuve dando vueltas por el barrio haciendo preguntas. Déjame decirte que aprendí. – se acerca a mí y baja mi suéter. – Esta marca que ambas tienen viene de una gran familia, algo así como de la realeza de los lobos de esta región. Y justo aquí. Es todo lo que queda de ellos.