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— Te he dicho que no me contradigas en absolutamente nada. — Su carácter imperativo hace que la mesa quede en silencio. — Eres mi mujer, estás para complacerme, para apoyar todo lo que hago y digo, no para refutar cuando menos lo necesito. Debes estar detrás mío, solo así podré protegerte.

Ojalá pudiera hacerte tragar esas palabras.

Agacho la cabeza.

— Lo siento, no volverá a pasar. — Me mira esperando escuchar más. — Mi amor.

Le sonrío y él asiente sin decir nada más. Se limpia los rastros de comida con una servilleta y se levanta dejándome sola.

Arrugo la servilleta cargada de ira y me voy a mi habitación.

Cierro la puerta con fuerza y me acerco al tocador a retocar mi maquillaje. Mi ojos están fijos en el  espejo a la par que mis manos conducen el labial rojo por mi boca. Pero la realidad es que mi mente divaga en semanas anteriores, en los recuerdos que tengo de Aiden junto a mí en lo que podría llamar el carrusel de la escapatoria.

No lo he visto desde que llegamos ya que Bruno lo envió de viaje a terminar unas labores, pero sé que es una prueba de fuego para mí.

Debo actuar con cuatela y con indiferencia ante su temporal partida para no levantar sospechas.

Lo había estado haciendo de maravilla, hasta hoy.

Felicidades, ahora debes acostarte con él para no hacerlo endurecer más.

Aunque me produzca náuseas, debo hacerlo y así evitaré problemas.

No lo pienso más, me levanto de la silla, tomo unos dulces que reservo para este tipo de situaciones y me dirijo a su estudio. Toco la puerta antes de entrar y un adelante me da acceso libre.

— Hola, mi amor. — Coloco los dulces en su mesa. Él me mira serio.

— Siempre que lo arruinas me entregas dulces. Es tu forma de pedir perdón. — Su tono de voz es desconfiado. — Dime, esposa mía, ¿Has fallado en algo? ¿Quieres decirme algo?

Sí, quiero ahorcarte y dejar de verte.

— Claro que no, amor. —Miento. — Reflexioné hace un rato y tienes razón. No tuviste ninguna falla en tu manejo de la empresa, fue seguramente un empleado sin las capacidades de llevar a cabo las labores que encargaste desde un principio. — Trato de sonar herida. —Fue una total equivocación el tratar de atribuirte hechos que están fuera de tu esfera de control.

Él asiente mirando a la ventana.

— Yo jamás cometeré algún error. Y de ser así, tienes prohibido hablar del tema.

Hago el mayor intento de llorar y varias lágrimas solitarias ruedan por mi rostro, él se da la vuelta y se agacha hasta quedar frente a mí.

— Claro que te perdono, todo lo hago por ti. — Me da un beso en la frente y me abraza. — Te amo.

Yo ruedo los ojos sin que se dé cuenta.

— Yo también te amo. —Aseguro.

Cuidado, tus sentimientos pueden delatarte.

AIDEN

Gotas de sudor bajan por mi frente, cerca a la costa mediterránea del mar Adriático, Podgorica es uno de los lugares destinados a pasar durante tres semanas por mi querido jefe, Bruno.

Si existiera solo una persona que pudiera odiar en el mundo, lo elegiría a él. Es un asqueroso ser andante que se regocija del mal que ha ocasionado y construido con el pasar de los años.

Reviso el reloj, hace poco que he llegado y aún no recibo llamada de él.

Como si lo hubiera invocado, suena el móvil con su nombre grabado en la pantalla.

— En un par de minutos llegará un camión, debes transportarlo a las coordenadas que te van a llegar en dos minutos al móvil. No preguntes de qué trata la carga, solo cállate y mucho cuidado con perderla.

Cuelga antes de permitirme pronunciar palabra alguna.

Aaaaaaghhhhh, maldito infeliz.

Las coordenadas y el camión llegan al mismo tiempo. Trago saliva, sé lo que haré y me cuesta procesarlo.

Agarro mi otro móvil y escribo un texto rápidamente.

De: Mí.
Para: Desconocido.
Mensaje: Código azul.

Mis sospechas no tardan en confirmarse, al abrir la parte de la caja trasera del camión, un nudo en la garganta me avasallar al ver lo que tengo frente a mis ojos.

***

¡Hey!

¿Cómo han estado? Espero que muy bien y si no, un abrazo enorme que reconforte aunque sea un poquito.

Bueno, pues, la verdad los personajes los he imaginado de la siguiente forma, sé que algunos detalles que he descrito no se ajustan, pero pues, mi mente hace el trabajo de unir todo jajaja.

Grace:

Grace:

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Como me imagino a Aiden.

Tiene detalles que me hacen decir sí y no, pero es el que más se asemeja para mí

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Tiene detalles que me hacen decir sí y no, pero es el que más se asemeja para mí.

Cómo me imagino a Bruno. (la verdad es un papucho físicamente Jjaja)

Claro, es una pequeña ayudita aunque si los imaginan distinto déjenme veeeer como se los imaginan 👁️👄👁️

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Claro, es una pequeña ayudita aunque si los imaginan distinto déjenme veeeer como se los imaginan 👁️👄👁️

En fin, espero haya sido un capítulo de su agrado. Tengo un examen desastroso el martes, deseenme mucha suerte, por favor!! ✨💜

Bad Captive | 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora