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AIDEN

Soy un imbécil. Su cara de desconcierto lo dijo todo y no he tenido tiempo de explicarle la razón de todo esto porque hasta para mí fue inesperado. Debía llevar las cosas con calma porque el hecho de que todo suceda de repente, pone en peligro casi todo.

Creí que iba a ser más difícil acercarme a ambos, pero el hecho de solo estar unas noches con Samantha, fue suficiente.

La manipulable que tengo como prometida, traza círculos en mi espalda con sus dedos mientras me besa.

— Estás tenso. — Se separa de mí. — ¿Te hago un masaje? Eso ayudará.

Asiento y ella hace con sus manos debo decir, un muy buen trabajo, siento que la pesadez en mis hombros disminuye y el dolor a causa del estrés desaparece. Me dejo llevar por la relajación y una cosa termina en otra, así que mis besos se desplazan por todo el cuerpo de Samantha, quien jadea sin esfuerzo alguno.

Si Grace supiera todo lo que está sucediendo, sería hombre muerto. Hasta yo quiero morir, es una tortura. ¿Cómo ha podido ella hacerlo por tanto tiempo?

¿Por qué carajos le temo a su reacción cuando se entere y no a Bruno quien es el verdadero peligro?

Acaricio su zona con mis dedos, no he querido poner mi boca allí a pesar de llevar semanas saliendo y no entiendo la razón. Es una mujer hermosa, debo admitir. Sin embargo, es muy aburrida para mí gusto sinceramente. Me siento mal por referirme así a una mujer, pero tampoco es que merezca mucho, he visto todo el informe acerca de ella así que un par de adjetivos sosos no afectarán en nada.

Siento su néctar en mis dedos y me acomodo en su canal humedecido, ajusto un preservativo y permite la entrada de mi miembro en su interior. Ella gime y trato de callar sus sonidos con un beso. Solo basta con un par de estocadas para derramarme en ella, quien no para de hacer movimientos extraños y su orgasmo no tarda en llegar.

Estamos sudados, ella se acomoda en un lado de la cama y yo igual. Trato de controlar mi respiración, tengo la mirada fija en el techo, pero solo puedo pensar en Grace.

Mierda, la odio. Odio no poder sacarla de mi puta cabeza.

Oigo unos ronquidos que me sacan de mis pensamientos y es Samantha quien duerme plácidamente a mi lado con una mano cubriendo su cabeza y la otra encima de mi pecho. Frunzo el ceño, no sé cuánto tiempo debe pasar para acabar con esto de una vez por todas.

He esperado 5 años para llevarlo a cabo, he luchado contra viento y marea para llegar a donde estoy en estos momentos y no permitiré que nada lo arruine. Ni siquiera mis putos sentimientos.

Lograré tumbar su maldita organización, lograré poner a salvo a mi hermana, quien no sé si siga con vida...

***

La luz de la ventana se asoma y unos pequeños ruidos me despiertan. Me froto los ojos tratando de ver y una muy arreglada Samantha me sorprende.

— Te he despertado, lo siento. — Se acerca a darme un beso. — Debo marcharme unos días por unos asuntos importantes.

— ¿A dónde?

— Eso no interesa. — Evade mi pregunta. — No puedo hablar de cosas que no te corresponden.

Va a ser más difícil de lo que imaginé. Lo que sucedió hace días con Bruno y Samantha fue el inicio, ahora veo lo complicado que será obtener información, aunque estar en el círculo de confianza de Bruno me permite tener acceso a muchos privilegios.

Aunque sé, que esto no debe ser normal. Debo pasar primero por un periodo de prueba y es en el inicio donde mejor debo llevar la situación.

— ¿Irás sola? — Cuestiono levantándome. — Puede ser peligroso.

Bad Captive | 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora