Extra.

64 7 5
                                    

AIDEN

Volar por las nubes es algo que te causa emoción, pero prepararte para el paracaidismo es como debatirte entre querer o retroceder. El instructor asiente con su cabeza haciéndonos saber que ya es momento, que estamos en la altura necesaria en el avión para hacer el salto tándem.

Grace traga saliva nerviosa, al igual que yo.

- Si morimos, lo haremos juntos. - Bromeo y ella palidece.

- ¿Quién dijo que van a morir? - Pregunta el instructor con paciencia, al parecer esta situación es más normal de lo que parece. - Nos tienen a nosotros, señala a su compañero, quien se lanzará conmigo.

Ambos compartimos miradas, encogiéndonos de hombros y soltándonos a reír a la vez que aceptamos.

La miro y ella asiente, haciéndome saber que está lista.

- 1,2,3... - Es Grace quien salta primero con el instructor y sus gritos se escuchan apenas se lanzan. Miro hacia abajo y me causa dolor de estómago.

- Nuestro turno. - Dice el otro instructor mirando su reloj.

Nos acomodamos de forma en que se pueda realizar bien el salto y nos lanzamos.

No grito, evito hacerlo porque lo reemplazo por una celebración. Dios, esto jamás lo había hecho. No siento el vacío, no siento cómo soy arrastrado por la gravedad, sino que imagino que estuviese volando, como si la imponente altura no importase, porque todo se ve controlado desde aquí.

El tremendo paisaje de Hawaii me hace saber que la decisión perfecta fue arriesgarnos a hacer skydive. Estoy teniendo el momento más liberador, relajante y emocionante de todos. No sé si Grace opine lo mismo, pero yo he amado esta experiencia.

Es un paisaje majestuoso, no creo que otro llegue a superarlo y wow, ahora sí me permito gritar, cerrando los ojos mientras vuelvo a sentir que hemos tocado el suelo nuevamente.

Veo a Grace desde el otro lado y cuando me sueltan el equipo que llevaba encima, camino a rápidos pasos hasta su lado.

- ¡Joder, como te amo! - La alzo y ella enrolla sus piernas en mi cuerpo. Me besa sin frenesí, como si fuéramos los últimos seres humanos que quedasen en el planeta tierra y sé que a su lado cualquier peso es liviano, que puedo ser yo sin temor a sentirme juzgado, puedo sacar hasta mi lado más oscuro y retorcido que ella no me dejará solo, me demostrará que me amará hasta que sea el final de mis días.

Sé que la cuestión que ha intrigado a mi corazón durante semanas, con esto la he resuelto. Ahora espero que ella acepte.

***

Abrocho el botón de mi traje azul oscuro y me miro al espejo. Las manos me están temblando, no puedo describir todo lo que se viene a mi mente en cuestión de segundos, porque mi imaginación me lleva a escenarios temporales de pasado, presente y futuro.

La ansiedad me pone a sudar, ya he perdido todo el coraje y tengo un nudo en la garganta que me obstruye la respiración.

Bajo por las escaleras sosteniéndome de la baranda dorada, cada paso es difícil de dar, pero como puedo, llego hasta el gran salón donde se ubica la biblioteca y reviso que todo lo que he mandado a hacer en torno a iluminación y decoración, esté listo.

Los candelabros color dorado iluminan toda la sala, hacen juego con los libros y los lirios crean una combinación con la capsula de cristal en el techo que permite ver la noche atestada de estrellas.

Sonrío, lleno de nervios.

- Pss... - Alguien hace un sonido y confuso miro a todos lados. - Pss.

Bad Captive | 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora