Epílogo

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La fría brisa golpea mi pecho. Soplo antes de darle un sorbo a mi café, me siento agotada pero el sentimiento de frescura me hace soltar una sonrisa. Las personas con bata blanca caminan de un lado a otro, unos con bolsas oscuras bajo los ojos, otros con un gesto de preocupación evidente y otros con su lenguaje corporal demuestran que ya no les importa absolutamente nada, porque quizá ya lo han visto todo.

Tres meses, tres meses han pasado desde aquel día y aún mi mente no deja de repetir los recuerdos como si de una cinta videográfica se tratase. No supe cómo sentirme, es decir, cientos de sentimientos encontrados chocaron y parecieron crear un universo propio en mi mente, uno donde la tristeza gobierna y me hace gritar internamente a cada nada.

Quise asesinar a todos luego de ver el cuerpo inmóvil y ensangrentado de Aiden, lo llevaron en una ambulancia y de inmediato me lancé encima de Caín lanzando puños que obviamente no le generaron ningún dolor por su corpulento cuerpo. Estaba molesta porque todo lo había hecho a pasos de tortuga. Luego, pasé a un estado de shock, donde me quedé en silencio por un rato y mirando a un punto en específico mientras íbamos camino al hospital.

Las técnicas de reanimación no estaban funcionando, su pulso estaba muy débil y yo quería que me tragara la tierra o simplemente intercambiar de lugar con él. Prefería mil veces estar en su puesto que viviendo el dolor y miedo de perderlo. Por suerte, cuando su pulso recobró algo de fuerza tuvieron que operarlo con urgencia para sacar la bala que se había alojado en su interior y la cual estaba causando una hemorragia.

Durante ese tiempo de operación de nueve horas, experimenté el miedo a perderlo, el dolor se alojo en mi corazón por lo que pareció ser una eternidad y hubo un momento en el que no me di cuenta que las lágrimas ya no salían. Muchas veces dicen que llorar te hace sentir mejor, porque sacas esa presión del pecho, pero yo sentía que cada vez que lo hacía me afligía más y el dolor en lugar de irse desvaneciendo, se multiplicaba.

Cayó en un estado de coma, por lo que llevo tres meses viviendo en este hospital.

Termino mi taza de café, me levanto a botar el recipiente, compro uno nuevo para llevar y suspiro, yendo por el camino que ya he memorizado hasta su habitación. Está ubicada en una de las zonas VIP, por lo que hay gran comodidad.

- Hola, Rosa. - Le sonrío a la enfermera que me ha levantado el ánimo todo este tiempo. - Ten, te he traído café.

- Mi linda Grace, ¿Cómo te sientes hoy? - Pregunta. - No debiste molestarte, muchas gracias.

Yo evito encontrarme con su mirada, siento que se me nubla la vista y trago grueso.

- Verlo en ese estado me parte el alma, sabes que no ha sido fácil para mí. - Me sincero.

Ella se acerca a mí y estira sus brazos.

- ¿Un abrazo? - Yo asiento y noto como las lágrimas se empiezan a desplazar por todo mi rostro. - Lo más grave ha pasado, pero él no te puede notar en estas condiciones, sabes que todo se transmite, hasta el estado de ánimo.

- Lo sé, por eso me tomé un respiro y salí del cuarto para buscar un café antes de estallar.

- ¿Con quién lo dejaste? - Pregunta curiosa.

- Con Caín. - Le explico y ambas nos soltamos a reír porque sabemos que en lugar de cuidarlo, se sienta y se queda dormido. - Bueno, fue una decisión repentina.

Hablamos un rato sobre los diagnósticos de los médicos y finalmente nos despedimos. Abro la puerta de la habitación en la que se encuentra Aiden y me sorprendo por la pantalla que muestra los signos vitales moverse con anormalidad.

Echo un vistazo asustada a donde dejé a Caín y lo veo roncando plácidamente.

Menudo tonto.

- ¡Caín, despierta, joder!

Él pega un brinco y me mira molesto.

- Me despertaste Grace, ¡qué te pasa! - Todavía tiene el descaro de enojarse.

- Te has quedado para cuidarlo, no para dormirte.

- No se va a mover a ningún lado. - Suelta sin filtro y yo me cruzo de brazos molesta. – Ahí está acostado.

- Más bien cállate. Iré por las enfermeras.

Doy la vuelta y antes de tocar el pomo de la puerta nuevamente oigo dos sonoras carcajadas.

- Te dije que iba a caer, es muy amargada. - La voz que reconozco de inmediato me hace quedar helada.

- Y eso que no la has visto estos tres meses, he tenido que soportar su mal humor. Si eso no es amor por ti, no sé qué lo es - Secunda el otro.

Me volteo con lentitud, como si de un fantasma se tratara. Siento mi cuerpo temblar de los nervios y cuando confirmo lo que mis ojos están viendo salto a su lado con una felicidad que no tenía en años.

Aiden está sentado, sonriéndome y las lagrimas se acumulan en mis ojos. Salgo corriendo a sus brazos.

- ¡Has vuelto! ¡Lo has hecho! - Grito emocionada. - Rosa, Rosa, ¡ha despertado Aiden!

Ella entra con unos globos en sus manos y un ramo de flores enorme con una sonrisa de oreja a oreja.

- ¿Lo sabías? ¿Pero han planeado todo esto sin mí? - Pregunto anonadada y ella asiente. - ¡Están locos!

Por primera vez en mucho tiempo, sonrío, lo hago sin fingir, sin temor a reproches o a que me vean vulnerable porque me siento feliz, siento como si el sueño de toda mi vida se estuviera cumpliendo y no puedo describirlo, simplemente es una sensación de completitud.

Me aferro a sus brazos y me siento tan segura, tan invencible y jamás he experimentado todo lo que Aiden causa en mí.

El gran ramo de rosas me lo entregan a mí y lo recibo dudosa.

- ¿Por qué para mí? Yo no he sido la afectada.

- Es una forma de pedirte perdón por ser la causa de tu tristeza en este tiempo y para preguntarte si me permites ser parte de tu vida durante el resto de la mía.

Mi corazón se encoge de amor y mi confirmación hace que la habitación se quede en silencio durante un buen rato.

- Sí. — Respondo eufórica. - Pero ni se te ocurra ser un tonto conmigo, porque ya sabes, soy una mala cautiva. —Le guiño un ojo.

Él niega y me da un beso en los labios.

Lo amo, de la forma más pura que nunca.

Fin.

***

Hola.

¿Cómo están? Yo tenía un bloqueo, pero después de darle mil vueltas en mi mente, este capítulo ha sido el resultado.

¿Qué les ha parecido?

Espero les haya gustado.

Gracias por la paciencia.

¡Hasta la próxima!

Bad Captive | 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora